Ambos estuvieron juntos en el ATP Lima 2018. (Foto: Eduardo Cavero / El Comercio)
Ambos estuvieron juntos en el ATP Lima 2018. (Foto: Eduardo Cavero / El Comercio)
/ EDUARDO CAVERO
Christian Cruz Valdivia

(Nota originalmente publicada el 31 de octubre del 2018)

Hay que tener buena memoria para acordarse”, bromea Pablo Cuevas. Pero ni él mismo se lo cree porque cuando empieza a hablar de lo que fue el título de dobles de Roland Garros 2008, lo hace con la misma precisión de un ace. Los buenos recuerdos se quedan en un lugar especial, para siempre, y la semana que pasó hubo tiempo para recordar. Un día como hoy, 7 de junio, pero de hace 12 años, peruano y uruguayo tocaron la gloria. Y así lo recuerdan.

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El Lima Challenger Copa Claro 2018 tuvo la presencia del tenista uruguayo y se dio un emotivo reencuentro con Lucho Horna, con quien ganó el Abierto parisino hace 12 años. El charrúa tenía 22 años y el peruano 27, pero en el campo parecían uno solo, se entendieron a la perfección. “No habíamos jugado mucho juntos y por eso creo que no tenían estudiado nuestro juego. Además, no teníamos ninguna presión pero éramos muy cómplices”, recuerda Cuevas.

Como anécdota, el uruguayo recuerda que en el sorteo bromeó con Lucho cuando les tocó debutar con Clément y Llodra, campeones del Australia Open de ese año. “Uy, qué mala suerte... para ellos”, le dijo, y ambos rieron. Ganaron seis partidos.

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En la final superaron claramente a Nestor y Zimonjic. Sin embargo, los partidos más disputados fueron ante los hermanos Bryan en cuartos y frente a Soares-Vemic en semifinales, ya que en este último partido ninguna de las duplas tenía mucho que perder por no ser favoritas. “Tras los cuartos ya todos nos mandaban mensajes”, recuerda Cuevas.

(Foto: Reuters)
(Foto: Reuters)
/ PASCAL ROSSIGNOL

Cada quien tiene sus propios recuerdos. En su carrera como tenista, Horna tiene como tope la clasificación de Perú al Grupo Mundial de la Copa Davis en el 2007, mientras que Cuevas destaca que Roland Garros 2008 fue espectacular, pero su carrera estaba hecha para el singles. “Fue bienvenido pero no buscado. Lograr un singles es el sueño de chico y ese fue ganar un ATP 500”, destaca.

Hoy, con 34 años, Cuevas sigue trabajando a conciencia para mantenerse en el circuito ATP. Horna ahora ve el tenis desde fuera del campo, pero a ambos siempre les quedará París.

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