Vivian Baella camina mientras conversamos. Tiene que hacerlo durante una hora y es parte de su rutina de ejercicio. Luego de volar -es tripulante de avión- y entrenar en un gimnasio, a la exmatadorcita aún le quedan cosas por hacer. Preparar su comida saludable, alistar sus cosas para un nuevo vuelo o simplemente descansar. Es la vida de una fisicoculturista, el nuevo deporte que practica.
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La vimos como matadorcita en las selecciones de vóley -jugó mundial de menores y Juegos Olímpicos de la Juventud donde alcanzó el tercer lugar-, luego también incursionó en el vóley playa y llegó a trabajar en la Federación de Vóley. Pero se apartó de la net alta e incursionó en la aviación y ahora, en el fisicoculturismo.
—¿Qué se evalúa en el fisicoculturismo?
Es todo un conjunto. El cuerpo que esté tonificado, el conjunto en la pasarela. Que hagas las poses reglamentarias porque no es que subas y hagas las poses que quieras. En la categoría donde estoy que es bikini fitness, tiene que ser un cuerpo mas finito. Hay wellness donde las chicas tienen más masa muscular, más volumen.
—¿Y en el caso del cuerpo, qué musculatura debes tener?
En mi categoría, en caso de las piernas, no se busca tener los cuádriceps tan desarrollados. Hay que tener más marcado la parte de atrás, los glúteos y los isquitobiales. Buscan que tengas buena espalda, hombros tonificados, no tan grande. La gente piensa que es otra cosa. Cuando le conté a mis amigos, me decían: “Pero vas a sacar un cuerpo grande”. Es la idea que tienen.
—¿Cómo así ingresaste al mundo del fisicoculturismo?
Por los horarios que tengo. Me recogen en la madrugada, llego en la tarde. Descanso un ratito y salgo a entrenar. Yo iba al gimnasio convencional y mi coach me dijo que había otro gimnasio que es fierrero cerca de mi casa. Fuimos y me gustó. Empecé a ir y justo fui en una semana cuando iba a haber una competencia de otra organización y veía como los chicos se preparaban. Era una semana en la que estaban en ‘secado’, donde tienen que cortar carbohidratos, agua. Me pareció tan fuerte. De afuera parece fácil. “Increíble que haya personas que hagan eso”, me decía.
—Pero que te guste es distinto a meterte a practicarlo…
Mi entrenadora Nancy me dijo: “¿por qué no compites. Tienes la talla para bikini fitness”. Yo seguía yendo, pero quería una meta. Entonces pensé que sí lo podía lograr. Y me animé. Eso fue justo fines de agosto, inicios de setiembre.
—¿En dos meses ya estabas lista para competir?
Yo pensaba competir en diciembre, en Barranca. Era mi meta. Pero como iba avanzando, mi coach me decía que iba bien y así llegué al Cusco.
—¿Qué fue lo más fuerte para ti en este cambio?
Lo más complicado es el tema de la dieta, tienes que seguir tu plan al pie si quieres conseguir resultados. Si te provoca algo, una pizza, no puedes hacerlo. Te tienes que privar. Es un deporte y hay que ser disciplinado.
—¿Con qué idea fuiste a Cusco?
Mi mentalidad fue soltarme, romper el hielo. Sabia que iban a competir chicas con más experiencia. No fueron chicas de Lima, pero había gente con más preparación. “Voy a romper el hielo, si no gano, no me importa. Ya pisé un escenario voy a soltarme”. Di lo mejor de mí y gané sin pensarlo.
—¿Miedo? ¿Presión?
Mi temor era el escenario. Yo me decía: “me voy a caer”. Parecía Bambi [risas].
Bikini fitnes: Una chica armononiosa en su estructura física, que no se note el corte muscular. Que no tenga desarrollo muscular, pero que se note que es una chica deportista. Se evalua todo, la belleza al acaminar, lo armonioso de la pasarela.
Fitness acrobático: Combina la gimnasia artística y la parte física. Tiene dos etapas, una mitad que es desarrollo de rutina coreográfica que equivale un 40% de la puntuación. Luego las chicas salen en bikini y se compara su estructura corporal.
Wellness: Es para chicas con la estructura más gruesa de la cadera hacia abajo.
Body fitness: Ellas marcan un poco más el músculo.
Women´s Physique: Las que antes eran culturismo.
* Model Fit: las chicas que además desfilan en vestido, como modelaje.
—¿Cuáles fueron los grandes cambios que afrontaste?
Son varios cambios, sobre todo en la parte de la dieta y el gran reto que tuve, lo más difícil, lo que me causaba estrés fue el tema de la pasarela. El posing, salir y hacer las poses. Jamás en mi vida me imaginé pisar un escenario en bikini. Para mi era romper una barrera bastante difícil.
—Eso es algo que más llama la atención. Te conocíamos un tanto tímida…
Yo era un poco vergonzosa. No era de modelar, jamás me imaginé estar en un escenario en ropa de baño. Lo que me quitó la vergüenza fue pensar a que es una pasarela atlética, diferente a la de una miss. Pensaba en una pasarela deportiva y me ayudó a soltarme. Sí había un cachito que pensaba en qué va a decir la gente. Eran muchas cosas. Por eso no le conté a casi nadie para que no me llene de miedo. Cuando publiqué todos se sorprendieron. Nadie se lo esperaba.
—Te das cuenta de que es una exposición en un momento en el que en redes sociales se critican los cuerpos, y más el de las mujeres…
Yo era consciente de eso. Jefferson es mi coach y me dijo: “tienes que prepararte para las críticas porque va a ver gente que te va a decir que eres hueso y pellejo o que se te ve las costillas”. Yo estoy preparada. De verdad, sí hubo ese tipo de comentarios. Lo más gracioso es que son hombres lo que me comentaban.
—Igual, de alguna manera afectan…
Ahora se meten con mi cuerpo. Yo sé, pero lo manejo aparte. Estoy en una edad en la que no voy a aguantar esas cosas, no me afecta. He bloqueado a todos. No me importa. Alguien me puso: “pareces una momia”. No voy a estar aguantando esos comentarios.
—Comentaste de la etapa del secado ¿A qué nivel se lleva el cuerpo en el fisicoculturismo?
Para que subas a la tarima llevas a tu cuerpo a un nivel extremo. Tiene que restringirte en la comida, pero es netamente para la competencia deportiva. En el caso del secado es que te cortan algunos carbohidratos. En mi caso mis carbohidratos eran galletas de arroz la ultimas semana. Las proteínas eran pollo y frutas, papaya. Cortas el agua. Empiezas tomando litros de agua y luego vas cortando con el propósito es que el cuerpo no retenga líquidos. Todo esto para que el músculo resalte más.
—¿A qué apuntas con este nuevo deporte?
Yo quiero seguir el camino de selección, me gusta y mi meta es representar a mi país en el fisicoculturismo. En diciembre hay una competencia en Barranca y en enero es el Mister lima. Ese va a ser fuerte, con mucha gente. Voy a prepararme super bien.
—¿Ya con la vida saludable que llevas, pensaste en algún momento volver al vóley?
Cuando empecé mi vida saludable pensé que cómo hubiera sido mi vida en el vóley si hubiera sido consciente en mi alimentación. Cuando jugaba, terminaba de entrenar en las noches me comía una hamburguesa, un salchipollo y no pasaba nada. Si hubiera sido más consciente de mi alimentación mi resultado en la cancha hubiera sido diferente. Ahora soy consciente y cuido eso.
—¿Pero pensaste en volver?
Lo que pasa es por el trabajo. Por los horarios me resultaba imposible regresar. Con este deporte [el fisicoculturismo] se adapta, si lo puedo manejar por más que los horarios sean complicados.
—Parece que cada cosa que haces genera mucha repercusión…
Sabia que iba a tener repercusiones, pero ha sido más de lo que yo pensaba. Si cuando salió lo de tripulante también rebotó bastante. Ahora me han escrito de varios medios, pero estoy full con los vuelos. Me siento bien que lo hayan reconocido, me da un poco más de motivación.