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Después de varios meses de preparación y muchos sacrificios llega el momento tan esperado de la carrera. Y no hay nada peor que sentir que el esfuerzo de tanto tiempo no valió la pena por tener que parar o, simplemente, por no poder dejarlo todo en la competencia por los incómodos calambres.

Los calambres son pequeños espasmos que regularmente se dan de manera repentina. Estos pueden durar segundos o minutos y pueden ser generados por varios motivos: esfuerzos intensos, desequilibrios a nivel de electrolitos, pérdida de líquidos y minerales, permanecer mucho tiempo sin actividad, falta de oxigenación muscular, por problemas nutricionales o, lo más común, por realizar mal ciertos ejercicios o aplicar mal la técnica al  (por no entrenar lo debido o saltarse el calentamiento y estiramiento).

¿CÓMO EVITARLO?
1. Regula tu alimentación:
El entrenador funcional Mario Salazar, sugiere que aumentando el consumo de alimentos ricos en vitaminas y minerales comenzarás a regular tu alimentación. Además, considera que es importante agregar cítricos. La dieta balanceada ayuda a mantener una buena circulación de la sangre.

2. Mejora tu técnica al correr: Es importante corregir los temas relacionados a la técnica del corredor, ya que una correcta ejecución y la postura adecuada ayuda a que los músculos no se sobre exijan y presenten molestias. También es necesario escoger un calzado adecuado.

3. Sesiones fisioterapéuticas: El fisioterapeuta deportivo José Prieto nos comenta que también es importante tener una sesión de drenaje muscular de por lo menos una hora cada 15 días, pues en estas se liberan los desechos producto de la acumulación de láctico. Adicionalmente, nos recuerda la importancia del estiramiento de por lo menos 15 minutos al terminar un o carrera.

¿QUÉ HACER ANTE UN CALAMBRE?
Mario Salazar nos deja una serie de sugerencias para saber qué hacer en estos casos.
1. Parar de correr y empezar a bajar el ritmo hasta poder caminar unos minutos para luego, proceder con el estiramiento, especialmente enfocado en los músculos afectados.
2. Recibir un masaje en la zona afecta que permite estirar el músculo, estos deben ser hechos por un especialista.
3. Aplicar aceites que permitan relajar los músculos.
4. Comer y tomar alimentos y bebidas ricos en calcio, magnesio, potasio, vitaminas y hierro.

Los especialistas recuerdan que la mejor forma de evitar este tipo de molestias es siguiendo un plan de entrenamiento y seguirlo conscientemente. Una correcta preparación a nivel muscular y una dieta balanceada serán la mejor forma de no tener calambres ni lesiones.

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