La primera vez que ganó una competencia recibió una canasta llena de víveres. “Estaba muy emocionada y motivada, y mis papás también porque por aquellas épocas no teníamos la solvencia económica de hoy”, dice Jovana De la Cruz.
Cuenta que siempre le gustó el deporte. Su pasión por el atletismo la llevó a establecer que primero correría y luego pensaría en seguir estudios superiores. “Cuando salí del colegio yo ya había planificado a qué competencias iba a ir. Pero no salió como yo quería y en un momento mis papás me dijeron ‘ya hija no vas a vivir toda la vida del atletismo’ y comencé a prepararme en una academia”, cuenta la joven de 25 años.
A Jovana le angustiaba la idea de ir a una academia preuniversitaria. No le gustaba. Ella quería entrenar y correr. Lo suyo estaba en las pistas, en el asfalto. Después de dos meses de estar alejada del deporte, regresó. Poco a poco fue ganando experiencia y su rendimiento mejoró notablemente. Participó en varios campeonatos nacionales, incluso en Cross Country. Tiempo después, en el 2011, clasificó a los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Ella estaba embarazada, pero eso no sería impedimento para continuar su entrenamiento; una lesión si lo sería.
Se lastimó una rodilla y dejó de entrenar. Cuando Nayara, su hija, nació tuvo muchas ansias de volver a su vida de atleta. Pero no podía le dolía el vientre, “pasaron dos meses y no podía entrenar, tres, cuatro, cinco. Yo ya me desesperaba a toda costa quería correr, a como de lugar. Ya a los casi 7 meses de mi hija dije tengo que correr aunque me duela. Y comencé a usar una faja para aguantar el dolor”. Nada iba a detenerla ella continuaría luchando por sus sueños. Y valió la pena porque 5 meses después en una 10k de ADIDAS quedó segunda y eso la motivó más.
Entrenamientos de 3 a 4 horas en las mañanas y tardes. Todos los días. Un atleta se cansa y cuando llega a casa busca descansar. Jovana lo sabe muy bien, por eso dice que muchas veces se siente más atleta que mamá. “No hay vacaciones. A veces pienso y siento que no cumplo mi función como madre como que no estoy a tiempo completo con mi hija. No juego, no la llevo a pasear muchas cosas me cuestiono, pero digo tiene que valer la pena lo que hago. En gran parte lo que hago es por ella, por mi familia y sé que algún día se va a dar lo que estoy buscando y habré cumplido. Y valdrá la pena”.
Jovana De la Cruz representó al Perú en los Juegos Olímpicos de Río 2016, recientemente quedó en tercer puesto en el Entel 10k realizado en noviembre del 2017. La atleta es huancavelicana, pero desde los 10 años vive y entrena en Huancayo. “Correr ya se ha vuelto parte de mi. Me siento mejor cuando lo hago que cuando no entreno. Inclusive creo que yo puedo vencer el cansancio corriendo”.