La historia, según Juan Carlos Oblitas, es así: este lunes, un día antes de la conferencia final de Ricardo Gareca, quedó con Agustín Lozano en juntarse el último miércoles en la Videna para resolver su continuidad por un período más en la selección peruana.
Sin embargo, aquel día Lozano se excusó con él, alegando que tenía una reunión virtual con la Conmebol. Al día siguiente, Oblitas regresó a la Videna, pero solo lo recibió el secretario Jean Marcel Robilliard. Acordaron volver a conversar a inicios de la próxima semana. Fueron dos días seguidos donde no se llegó a juntar con el presidente de la federación.
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Mientras retornaba a su casa, Oblitas recibió una llamada de Roberto Silva, el presidente de la Agremiación de Futbolistas, quien le contó que le habían ofrecido el cargo de director deportivo. Fue en ese instante que tomó la decisión de concluir cualquier tratativa con Lozano y escribió el comunicado donde acusa su falta de reciprocidad.
“Quienes hemos jugado fútbol, tenemos códigos. Las formas debieron ser otras. Si conversaron con Silva, seguramente conversaron con otros. Por eso le dejé la cancha libre a la federación”, explicó ayer Oblitas, en una extensa conferencia de prensa, en un hotel sanisidrino. En primera fila, lo acompañan Antonio García Pye, gerente de selecciones; Néstor Bonillo, preparador físico de Gareca; y Nolberto Solano, asistente del ‘Tigre’.
Repitió que su contrato terminó al día siguiente de la eliminación de Qatar 2022 ante Australia, y que si no viajó a Argentina para definir las negociaciones con Ricardo Gareca fue porque él nunca se ocupó de la parte económica y, además, porque simplemente no se lo pidieron.
“Estoy en desacuerdo con el accionar de la federación en muchos aspectos. ¿Por qué actúan así? Es algo para mí inentendible o quizá un tema político. Y cuando mezclas lo político con lo deportivo es una bomba”, señaló Oblitas sin ahondar más en sus cuestionamientos. Fue más diplomático de lo que se pensaba. Insinuó, habló entre líneas, toreó.
Dijo, además, continuar en shock por la salida de Gareca y por el hecho de que casi ocho años de trabajo se desmoronaran por un partido. No obstante, por increíble que parezca, le dejó una puerta entreabierta a la FPF si las condiciones cambian en el futuro. “He aprendido que es mejor nunca decir nunca”, sostuvo.
Fue una hora y media donde Oblitas tuvo la predisposición de escuchar preguntas y responder. Incluso a caricaturas de colegas cuyo patrimonio periodístico es emular a un cavernícola. “Yo soy una piedra en el zapato para mucha gente en el fútbol. No tendría que serlo para Lozano”, dijo cuando se le consultó lo que su figura representaba para el actual presidente de la FPF.
Fueron las formas las que otra vez manosearon el nombre del artífice de la llegada del ‘Tigre’ Gareca en el 2015. Por ahora solo es un hasta pronto del ‘Ciego’ que ve con mayor nitidez el fútbol peruano.