Julio César Uribe. Ese es uno de los nombres que no debe faltar en el popular debate de la elección del mejor jugador de la historia del fútbol peruano. Un deportista de talla mundial que ingresó al Olimpo del fútbol en una época también plagada de figuras como en la actualidad. Fue considerado el tercer mejor futbolista de América por detrás de extraterrestres como el argentino Diego Armando Maradona y el brasileño Zico.
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Esa elección estuvo a cargo del prestigioso diario El País de Uruguay y celebrado en un copado Estadio Monumental de Buenos Aires, un miércoles 24 de marzo de 1982, tras el amistoso entre Argentina de Maradona y Alemania de Lothar Matthäus. Ahí, un joven Uribe que militaba en Sporting Cristal, ya brillaba. Meses después, desbordaba todo su talento en Cagliari.
Con este pequeño resumen, el ‘Diamante’ en el Perú, el ‘Fuoriclasse’ en Italia y el ‘Emperador’ en Colombia (Junior, América de Cali, DIM y Envigado), es la persona idónea para hablar del presente de la selección peruana, donde también deslumbró en Eliminatorias, disputó el Mundial de España 82 y también se ha puesto el buzo de entrenador en dos oportunidades (2000-2002 y 2007).
Responde también con finura, elegancia y con dribling –recordando sus mejores tiempos sobre el gramado– sobre la Liga 1, de Sporting Cristal –equipo del que es hincha y donde es uno de los mayores ídolos– Alianza Lima y Universitario de Deportes.
-¿Cuál es su opinión sobre la actuación peruana en el inicio de una atípica Eliminatorias?
Ha sido atípica para todos. Uno tiene que partir de ese razonamiento. El mundo está viviendo un momento muy difícil por la pandemia y obvio no somos la excepción. Desde que ha empezado a competir, Perú tiene buena memoria. El grupo sigue conduciéndose con la intención de sostener esa sonrisa que generó al clasificar al Mundial de Rusia 2018. Si bien es cierto, el equipo ha logrado un punto, compitiendo así tiene que pensar en puntuar porque sus presentaciones son dignas. Está a la altura de lo que quiere conservar.
-Entonces, ¿se podría decir que Perú está compitiendo de igual a igual con las otras selecciones?
Para mí, la connotación “de igual a igual” es otra cosa, pero de que compite es un tema lógico. Perú es un equipo mundialista y enfrentó a un Paraguay que no lo ha sido en Rusia 2018.
-¿A qué se refiere Julio César Uribe con la connotación “de igual a igual”?
Para mí “de igual a igual” es tú atacas, yo ataco. Tú generas cuatro posibilidades de gol, yo genero cuatro, tú dominas, yo domino. Tu me haces correr, yo te hago correr.
-Ante Paraguay y Brasil, ¿el equipo extrañó a Paolo Guerrero?
Prefiero direccionar la respuesta. Paolo va a ser importante. Es el referente en ataque y consecuentemente siempre va a ser importante. Ahora, qué hay que suplirlo por la coyuntura, pues eso pasa en todo el mundo, pero no podríamos afirmar que el equipo funciona sin él. La selección tiene que adaptarse a su ausencia, como pasará con Jefferson Farfán y otros jugadores. Por eso vienen los cambios generacionales. Así que aquí siempre hay que darle su lugar a Paolo y entender que el fútbol, la selección, tiene que seguir hacia adelante. Su importancia va a estar siempre.
-Hablando de cambios, ¿usted ve a algún jugador que se acerque al juego de Guerrero?
Hay jugadores con buenas cualidades en ataque y simplemente hay que prepararlos conceptualmente y que no sean solo cualidades.
-¿Uno de ellos podría ser Aldair Rodríguez de América de Cali de Colombia?
Prefiero no dar nombres para no omitir otros. Él es una de las opciones, un chico con muy buenas condiciones. Tiene muy buen perfil y solo me queda desear que le vaya súper bien en su desafío internacional y ojalá se pueda empezar a adaptar a ser parte de la historia de la selección peruana.
-El universo de delanteros seleccionados está aumentado y eso es un punto positivo...
Siempre va a ver. El tema es elegir lo correcto y no solamente el jugador con cualidades, sino aquel que esas cualidades lo convierta en conceptual y productivo de manera sostenida. Ese es el tema y han desperdiciado seis años en formación de menores, que bajo un criterio de unidad técnica, no veo absolutamente nada o no vemos que ese tiempo haya redituado un universo de jugadores conceptualmente bien preparados.
-En las últimas semanas, atacantes de doble nacionalidad, Ormeño en México y Lapadula en Italia para ser exactos, han asegurado o brindaron pistas de que aceptarían el llamado de la selección peruana, ¿cuál es su posición?
Cuando leo esas cosas, con todo respeto me genera hasta sonrisas. Antes uno tenía que esperar a ser tenido en cuenta después de un seguimiento. Hoy los jugadores se están ofreciendo y en un pasado no quisieron estar. Siempre debe haber predisposición, pero en un momento no lo hubo. Ahora es como ha debido ser siempre, pero uno ya no entiende. El técnico es el que tiene que evaluarlos. Es como si mañana Juan Pérez diga “yo también quiero estar en la selección”, entonces yo quiero ser astronauta. Por Dios. El seleccionador tiene un comando técnico, que se encarga de efectuar un seguimiento y tiene que ver todo un tema de mediciones. Además, lo más importante es que el técnico mencione el nombre. Ahora hasta la familia busca a los entrenadores. Hay muchas cosas que no termino de entender, pero bueno, si hay algo bueno que puedo resaltar de esto es que todos quieren estar en la selección y por ese lado es saludable. Eso sí, dejemos trabajar al estratega, que tenga la tranquilidad para evaluar y tomar decisiones que beneficien al equipo.
-Retomando las Eliminatorias, ¿qué grado de influencia tuvo el árbitro chileno Julio Bascuñán en la derrota ante Brasil?
Hice una declaración para un diario chileno (La Cuarta) y aquí todo el mundo se erizó. Cuando dije ‘para mí el arbitraje de Bascuñán no fue tan malo’. Hay que leer, hay que interpretarlo como ha sido expresado. Cuando digo no fue tan malo, igualmente ha sido malo y aquí lo calificamos como desastroso porque obviamente influyó en uno de los momentos más importantes del partido. El penal, es de gran influencia porque obviamente lo es, pero sino lo pitaba, no pasaba nada porque ninguno de los dos jugadores tenía ventaja sobre la acción, pero hay un contacto, intencional o no y eso leen los árbitros. Yo soy técnico y analicé la jugada. No doy opiniones por comodidad como casi todos lo hacen y no voy a opinar faltando la objetividad. Claro que me puedo equivocar en mi apreciación y eso tiene que ser respetado como yo respeto a los demás.
-Tras la derrota, Gareca dejó de lado el arbitraje y se enfocó más en lo que hizo el equipo…
Ricardo es un gran técnico. No es pasional, es analítico. Los buenos técnicos debemos ser analíticos más que pasionales y bueno entiendo su respuesta.
-Ahora Perú va a Chile y luego recibe a Argentina. ¿cómo esos encuentros?
Uno de los dos va a salir herido. Aunque siempre se menciona de que falte mucho para terminar los 18 partidos. Es obvio que falta, pero aquel que empieza con ventaja ve más factible intentar sostenerla. Entonces, dentro de esa lectura se encuentran dos selecciones golpeadas. Chile lamenta su derrota ante Uruguay (2-1) y reclamó también lo mismo que Perú. Zapateó, pataleó. Está herido. Contra Colombia, que para mí jugó mejor, empató (2-2) con buenos y malos momentos. Así que se van a enfrentar dos selecciones que tienen un punto. Uno con la localía que no tiene el peso de antes por la ausencia del público que es el jugador número 12, pero que no estuvo en el Mundial de Rusia 2018 y Perú sí estuvo. Ya es otro peso, es otro análisis. La selección peruana tratará de defender el porqué es mundialista, de mostrar esa sonrisa de haber estado en un Mundial y Chile tratará de encontrarla. Hay muchas aristas por evaluar, la previa y lo que va a ser ese partido que está para cualquiera. Chile no es favorito, porque no lo es y Perú tiene con qué hacerle daño. Hoy, la selección se ha ganado el respeto de todos sus rivales de turno como consecuencia del buen trabajo que está haciendo el comando técnico y obviamente esta generación. Eso es lo que hay que valorar.
-Y Argentina será otro capítulo lleno de suspenso seguramente…
Sí, pero Argentina históricamente está muy cerca a lo que es Brasil. Claro, respetando las distancias. Sin embargo, este es otro momento, como suele pasar y la selección argentina a mí en el análisis de la previa, durante y después, me arroja algo que no había visto en todo el proceso anterior de los técnicos y del mismo Lionel Messi en sus 15 años que tiene en la equipo. No recuerdo ningún partido donde Messi haya hecho el esfuerzo que hizo en La Paz. Más allá de su interminable talento, corrió en la altura de Bolivia, trabajó, buscó, peleó. Vi a un equipo solidario y eso se refleja en el abrazo post partido. Messi abrazó de manera muy sentida a todos sus compañeros y a todos los miembros del comando técnico. Uno por uno. Al ver eso, como jugador que uno ha sido y como técnico, me di cuenta que había un clima totalmente diferente y ahí podría radicar el problema del juego contra ellos. Sin embargo, si hacemos el partido que corresponde, si estamos en una noche iluminada, tenemos con qué hacerle daño a Argentina. No son muchos nuestros argumentos ofensivos, pero hay material.
-Cambiando de tema, ¿qué conclusiones tiene sobre la Fase 1 de la Liga 1 y qué espera de la Fase 2?
Lo primero que hay que resaltar es que se ha empezado a desarrollar un campeonato que para muchos era imposible que se haga por la coyuntura. Eso es bueno. Los primeros tres o cuatro partidos del Apertura fueron de un nivel muy pobre y de algunos riesgos de lesión, pero era normal, era lo predecible por lo que ya se conoce. Los últimos partidos la verdad que el nivel fue bastante bajo, a excepción de dos o tres equipos. No es un nivel que digas “qué lindo que está el campeonato”, pero ahora en la Fase 2, seguramente ya con todos afiatados se acaban las excusas, porque ya han tenido un rodaje por demás suficiente para que empecemos a decir “qué partidazos”. Las propuestas deben mejorar, los árbitros no están siendo protagonistas como antes y eso es bueno. Mientras el juez menos protagonista sea, el fútbol será más fluido y habrá menos conflictos y esa es la parte buena. Ojalá que este segundo torneo esté a la altura de los que amamos el buen fútbol.
-La ‘U’ y Cristal están en un mismo grupo, uno solo debe quedar primero, mientras que Alianza se encuentra en la otra zona, ¿cómo observa a estos tres equipos que siempre tienen la obligación de ganar?
Son los que han escrito la historia de nuestro fútbol en el tiempo. Universitario, el que más títulos tiene, seguido de Alianza Lima y luego Sporting Cristal. Diferentes realidades e hinchadas y así se ha ido escribiendo la historia. Pero bueno, la ‘U’ ha sido ganador del primer torneo del año, ganador, eso hay que subrayarlo. Vamos a ver quién es el ganador del segundo torneo. Si la ‘U’ lo es, ya es campeón, eso es diferente, pero Cristal también quiere ese campeonato, obviamente por lo que significa el club y también levantó mucho con Roberto Mosquera, por supuesto. Además, Sport Huancayo está haciendo un gran torneo con Wilmar Valencia como entrenador y César Vallejo también realiza una gran campaña. Después, los otros equipos tratarán de acomodarse. Hay equipos a los que le va a costar mucho subir, a los de media tabla con el riesgo de irse para abajo. Lo de Melgar es sorprendente, tiene un buen plantel, pero no termina de lograr los resultados que por ahí debería por la calidad de sus integrantes. En conclusión, esperamos un mejor torneo y no hablo de Alianza Lima para no herir susceptibilidades.
-Pero, ¿Alianza Lima está obligado a despertar en esta Fase 2?
Bueno sus dirigentes lo saben, su entrenador lo sabe y vamos a ver lo que empieza a encontrar después de un torneo que no ha estado a la altura de lo que ellos buscan.
-¿Ve algún problema interno en los blanquiazules?
Cada quien es dueño de sus propias acciones y tiene que responder a las responsabilidades que han asumido. Yo siempre digo que en el trabajo en equipo existen jerarquías y se tiene que respetar las mismas para que a través del diálogo logren un acuerdo que beneficie al club. Cuando se busca beneficios personales no pasa eso. No hay que ser un genio. Con la experiencia y la inteligencia se logran grandes cosas, pero la experiencia sin inteligencia, cuesta mucho, por más dinero que tengas. Cada quién es como es.
-Frente a la crisis, algunos hinchas empiezan a lanzar nombres de entrenadores y entre ellos aparece usted…
Aquellos que por ahí piensen en uno, simplemente gracias. Sé perfectamente que tengo los argumentos como para poder cambiar la ruta del equipo, pero uno tiene que respetar al técnico que está trabajando. Respetar las decisiones como lo he hecho toda mi vida y por lo demás hay que entender cómo son las cosas en mi país. A esta altura de mi vida ya nada me perturba, nada me incomoda, ahora entiendo más que nunca el porqué somos como somos. Nada más. Yo no puedo cambiar muchas cosas que veo mal, pero de lo que sí estoy convencido es que puedes ayudar a que sea mejor. Eso sí lo puedo firmar en blanco. Puedo apostar por mis activos porque de eso estoy convencido, pero no depende solamente de mí. Son muchos los factores que deben complementarse y aquí en el Perú creo que eso no hemos aprendido. Estando en épocas de permanente aprendizaje, hay mucha gente que ya no va a aprender. Yo ya aprendí y lo seguiré haciendo seguramente, pero de manera correcta. Trabajando en equipo, no sintiéndome como algunos que percibo se creen dueños de la verdad. Cada uno es dueño de su verdad y eso hay que respetar.
-¿Cuál cree que es el obstáculo de Mario Salas para no poder plasmar lo hecho en Sporting Cristal ahora en Alianza Lima?
No… Tendría que dar una opinión muy profunda. Yo soy entrenador y quiero ser siempre ético. Los entrenadores, repito y lo voy a sostener toda mi vida, ayudamos a ganar campeonatos. Las piezas fundamentales de un título son los jugadores. Ahora, esto no es una relación profesional de favores. Esta es una relación laboral de responsabilidades porque todos son profesionales, pero somos tan pobres a veces en lo mental y consecuentemente en lo conductual, que cuando yo te remunero es porque me prestas un servicio. Esa es la razón del vínculo laboral. Acá nadie le hace el favor a nadie, pero somos tan pobres de razonamiento. Si el técnico cree que le hace un favor al jugador o viceversa, todo está jodido. De igual forma el club con el técnico o al revés. Esto es una relación profesional por un propósito colectivo y cada quién tiene su remuneración por eso es profesionalismo, pero aquí creen que todos se hacen favores. Es terrible.
-¿Cuál es el panorama de su amigo Roberto Mosquera en Sporting Cristal, una institución en la que es catalogado como ídolo?
Es el profesional idóneo para una institución como Sporting Cristal. Honesto, capaz, serio, transparente. Es lo normal. Yo siempre digo que cuando te ofrecen manejar un Ferrari hay que saberlo conducir nada más. Lógico. Para eso hay que estar capacitado. Hay que ser un buen líder y Roberto lo es. De ahí a más, no soy de magnificar porque sé lo que es tener y sé lo que es no tener. Así que no me hace una cosa más grande y la otra más chica como se estila en el Perú. Yo trato de ser lo más ecuánime posible, lo más sencillo posible y lo más objetivo posible, entendiéndose que uno se puede equivocar, pero tengo mi verdad. No es lo mismo manejar un Ferrari que un Tico. Así que no hay nada que magnificar cuando las cosas están bien. Esa siempre ha sido mi forma de pensar y lo seguiré haciendo.
-Los hinchas celestes también piden a Julio César Uribe como entrenador del equipo que lo vio nacer futbolísticamente…
Solo puedo agradecerle a cada uno de ellos porque me colocan dentro de la historia del club, pero yo tengo una hoja de vida de 25 años de entrenador, dos veces de Perú. Dentro de los diez mejores partidos de la selección, de los últimos 20 años, hay tres o cuatro partidos que me tocó dirigir. En cada etapa cada técnico tiene sus mejores partidos. Creo haber hecho un buen trabajo. Mis equipos han jugado siempre bien al fútbol. San Martín fue el equipo mejor que jugó en el 2013 y 2014. Me tocó heredar un equipo con -15 de diferencia de goles y terminó con +7 en seis meses. Disputó un campeonato que perdió con Alianza por vía de penales porque en el global empatamos 3-3. Unión Comercio clasificó a la Copa Sudamericana cuando lo encontré en zona de descenso. Cienciano fue un equipo que campeona el Clausura en el 2006 ganándole a la ‘U’ de manera honesta, transparente. En México he resuelto problemas salvando categorías, he clasificado al octogonal después de 18 años. He trabajado en Colombia clasificando a la liguilla cuando era decimotercero. Entonces, he hecho las cosas bien, pero aquí no lo quieren reconocer. Qué más necesitas. No he tenido diferencias con los dirigentes. He sido respetuoso y correcto siempre, trabajador transparente, honesto, propositivo, proactivo, que es la terminología que hoy se usa. ¿Qué tendría que hacer? Para mí, mis campeonatos son los problemas que yo no provoqué. El único año que yo reviso y no me ha ido bien es el 2017. Ha sido un año sin ninguna duda el más negativo. Eso lo tengo registrado en mis estadísticas. Pero de que soy competitivo, de eso no tengo ninguna duda, pero bueno soy de los que no compra el éxito. Soy paciente para tratar de volver a conseguirlo.
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