Integró el comando técnico de Ricardo Gareca. Hoy sueña con dirigir otra vez y educar a los niños. ‘Ñol’ en exclusiva.
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—¿Cuál diría que fue su aporte principal al comando técnico de Gareca?
Decirlo yo es muy difícil, siento que desde mi lado no lo puedo decir. Te lo podría decir Ricardo si se lo preguntas. Pero creo que incidí en los futbolistas en la previa de los partidos y luego aporté en los ejercicios de campo por lo mismo que todavía estoy en actividad.
—Era un comando técnico grande, que fue creciendo con el tiempo. ¿En algún momento su labor se superpuso con la de otros miembros, como Santín, por ejemplo?
No, lo mejor que nos pudo pasar es que cada uno respetaba sus espacios. Como yo, el profesor Santín, el profesor Bonillo, todos estábamos supeditados a lo que decía Ricardo.
—¿Qué aprendió de Ricardo Gareca?
Es muy sabio para el planteamiento, pero sobre todo para el manejo de grupo. Ese es el éxito de los grandes entrenadores. Te pongo un ejemplo: Callens venía tantos años a la selección y no tenía espacio. Ricardo nunca le prometió nada y fue su perseverancia la que le dio un lugar.
—Sáqueme de una duda: ¿en los días previos al repechaje practicaron penales?
Sí, claro, se trabajaron.
—¿Y cuál fue su influencia allí? Si alguien de todo el comando técnico podía dar una mano con los penales era usted.
Te digo una cosa: en la previa, todos la ponen en la esquina. Pero en el momento es difícil para todos. A mí me tocó vivir etapas de definiciones y uno mismo siendo especialista se pone nervioso. No busquemos culpables.
—¿Pero se reafirma en que practicaron? Hasta ahora no he escuchado a alguien que lo diga con firmeza.
Sí, cómo no. Eso no se puede escapar. A ese nivel por detalles te ganan.
—¿Qué tan preparado se siente para dirigir en Primera otra vez?
Del técnico que fui cuando apenas me retiré del fútbol, soy totalmente otro entrenador. Uno no es el mismo arquitecto después de cien obras. Ahora sí realmente me siento preparado.
—¿Siente que como entrenador ha recibido las oportunidades que merecía?
Bueno, recién retomo otra vez. Son un par de meses que he quedado fuera de la selección.
—Se lo digo porque ha dirigido a una selección Sub-23 y a Universitario.
Eso fue al comienzo de todo. Hubo un torneo Preolímpico. Juan Carlos (Oblitas) me dio la responsabilidad de la Sub-23. Fue un torneo medio a la apurada, no hubo tiempo ni para entrenar. Bueno, no quiero dar excusas. Ahora, con tranquilidad a esperar un buen proyecto.
—Hace poco hizo hincapié en que al técnico peruano no se le valora. Habló por los demás, supongo, porque no puede decir que no le dieron oportunidades.
Uno mira el escenario. Eso es lo malo de hablar con el periodista que te agarra con el micrófono y no se escuchan las preguntas que te hacen. Me preguntaron: ¿y ahora qué va a ser de su futuro, profesor? Y yo dije: me toca esperar y ojalá que en mi país... Siempre lo digo: hay extranjeritis. Date cuenta, ¿cuántos extranjeros dirigen aquí? Con los buenos no tengo problema. Pero tengo varios amigos capacitados como Paul Cominges, Pajuelo, Jayo Legario, Pablo Zegarra.
—Insisto: entonces fue por los demás.
Sí, yo hablo por los demás, por mi generación. Al comienzo sí recibí oportunidades. Alzo la voz por mis compañeros.
—A raíz de esas declaraciones lo tildaron de ser alguien sin códigos...
¿Por qué sin códigos?
—Porque eso de ‘extranjeritis’ se relacionó directamente con Gareca.
Pero, ¿quién relaciona eso?
—El público, la gente, la prensa. ¿O no sonó así?
¿Me escuchaste lo que te dije? El periodista cuando quiere polémica lo hace. El que sabe cómo soy no dudaría. Nos conocemos todos en este ambiente. ¿Cómo voy a quejarme de Ricardo luego de haber trabajado con él? Siempre hay mala intención. Así somos.
—Reynoso es su compadre, ¿no?
Sí, yo soy padrino de su segunda hija, María Fernanda.
—Eso claramente habla de la gran relación que tienen.
Mira, con Juan no hablamos muy seguido, pero normal, todo bien. Nos da gusto que esté en la selección.
—¿Le sorprendió que no fuera considerado por él en su comando técnico?
No, él tiene su comando técnico de México. Él ha traído a un buen grupo y se respeta su decisión. Yo también ya estoy con ganas de dirigir.
—¿Ha podido darle las felicitaciones a Reynoso?
No, no he podido. No hablamos hace mucho tiempo. Me tienen que pasar su contacto nuevamente para saludarlo.
—Pero las cosas están bien entre ustedes, ¿no?
Sí, ¿por qué van a estar mal?
—Se decía que iba a quedarse en la Federación. ¿Qué pasó?
No, eso lo mencionaban ustedes. Lo suponían ustedes (los periodistas).
—Entonces, ¿nunca se lo propusieron?
No, no. Mi contacto director siempre ha sido Juan Carlos (Oblitas) y me da gusto que se haya quedado en la selección.
—¿Le sorprendió que Oblitas se quedara luego de haber renunciado?
Sorprender, no. Porque él venía hablando con Agustín (Lozano). Él siempre tuvo la predisposición de que Juan Carlos se quedara. Después, bueno, nos sorprendió leer el comunicado de que no seguía. Pero, vuelvo a repetir: lo bueno que ha pasado en este escenario es que Juan Carlos siga allí.
—Una decisión muy política la de Oblitas, ¿no le parece?
Mira, cada uno es dueño de sus decisiones. En este caso, Juan Carlos es un tipo inteligente. Además Agustín estaba hablando con él.
—Y también con Roberto Silva. Le ofreció su cargo.
Y, bueno, no sé. Desconozco. No voy a entrar en eso. Pero siempre lo digo: Juan Carlos es una persona muy valiosa para el fútbol peruano.
—Si Ricardo Gareca lo llama mañana, ¿ va o no va?
Sí, cómo no. Con Ricardo hay una relación espectacular. Cómo no trabajar con alguien que me mostró todo su respeto, todo su cariño y me ha valorado. Como dice Juan Carlos (Oblitas): nunca hay que decir nunca.