La Selección Peruana sumó su segundo triunfo consecutivo en la era Juan Reynoso. Esta vez el contrincante fue Paraguay, rival que propuso un poco más que El Salvador, exigiendo por momentos a nuestro combinado. Un partido perfecto para que el DT siga probando jugadores, algo que no dejó pasar. De inicio decidió mandar a la cancha a Carlos Ascues y José Rivera, futbolistas que muy pocos tenían en su radar, pero que parecen haberle llenado los ojos al ‘Cabezón’.
Eso no fue todo, nuestro seleccionador también optó por posicionar dos hombres de marca en la medular, Pedro Aquino y Wilder Cartagena. Una dupla de volantes que era habitualmente convocada en el proceso anterior, pero que muy pocas veces se pudo ver en acción.
Por último, Reynoso le ratificó la confianza a Bryan Reyna. El hombre que esta temporada la rompió con la camiseta de la Academia Cantolao, fue colocado como extremo por izquierda, formando parte del tridente ofensivo bicolor junto a José Rivera y Alex Valera.
Una nueva oportunidad
Hace ocho años que Carlos Ascues disputó su primer partido con la Blanquirroja. Gozó de grandes momentos, alcanzando uno de sus momentos cumbre en la obtención del tercer lugar de la Copa América Chile 2015. Empezó a ser borrado en la última parte del proceso clasificatorio a Rusia 2018. Malas decisiones dentro y fuera del campo lo alejaron del universo de Ricardo Gareca. Pero como el fútbol siempre da oportunidades, volvió a ser tomado en cuenta por Juan Reynoso.
El estratega nacional lo consideró desde su primera convocatoria, aunque formó parte del segundo grupo de seleccionados. En esta oportunidad, donde varios de los habituales convocados no pudieron estar, el hombre de César Vallejo fue tomado en cuenta entre los titulares. Compartió zaga central con Alexander Ascues y no desentonó. Metido en lo suyo, firme para el despeje y ávido para las anticipaciones. El futbolista de 30 años parece querer reivindicarse con el combinado patrio.
Mención aparte tiene José Guillermo del Solar en todo esto. El exDT del cuadro trujillano conversó en extenso con Reynoso sobre lo provechoso que puede ser Ascues para la selección. Gozó de sus cualidades en la línea de tres con la que jugó el último campeonato, ya sea por el sector derecho o como último hombre.
El ‘tapadito’
José Rivera es un jugador que ha tenido muy pocos flashes dentro de su carrera. Eso no quita su calidad en el terreno de juego. Acaba de completar su séptima temporada en primera división, en la cual viene de marcar siete goles y brindar dos asistencias con Carlos Mannucci. Todo hace indicar que el siguiente años cambiará de colores, siendo Universitario de Deportes uno de los más interesados.
Así como los equipos que lo tienen en la mira, Juan Reynoso también notó sus destacadas características como extremo. Sobre todo las diagonales que traza para desmarcarse de los rivales. También destaca por su capacidad para tener el arco en la cabeza, acompañada de su potente zurda. Ante Paraguay no pudo mostrar mucho de su juego, tal vez limitado por la poca vocación ofensiva de Miguel Araujo. Eso sí, la entrega no la negocia.
Mucha marca, poca acción
La ausencia de Renato Tapia le permitió al DT de la bicolor poder utilizar a Pedro Aquino y Wilder Cartagena. Una sociedad que no terminó por asentarse en el Estadio Monumental. Al ser dos jugadores netamente de marca, el elenco nacional careció de un hombre más de juego. La calidad de estos jugadores es indudable, pero hoy quedó claro que siempre tiene que haber alguien que distribuya más el balón.
Ya en la segunda mitad, Reynoso pasó a jugar con un 4-4-2, teniendo como pivoté al jugador del América y moviendo hacia el interior izquierdo a Cartagena. Esta variante le dio más orden a los nuestros, pero terminó por limitar la vocación de marca que tiene el mediocampista del Orlando City.
La joya de Reynoso
Después de su gran estreno ante El Salvador, con anotación incluida, Bryan Reyna apuntaba a ser uno de los fijos para este última convocatoria del año. Con pie y medio fuera de Cantolao para el 2023, Alianza Lima y clubes del extranjero lo han sondeado, el extremo de 24 años estuvo desde el pitazo inicial en el choque ante la escuadra paraguaya.
No tuvo un rendimiento sobresaliente. Esta vez le costó amar una sociedad con Marcos López, abocado más a tareas defensivas. El chalaco no dejó de intentar y encarar, pero esta vez se chocó con la férrea defensa guaraní y sus oportunas coberturas. Cuando logró llegar a la última raya, sus centros no pasaron de ser tímidos avisos al arco de Juan Espínola. Ante Bolivia tendrá una gran oportunidad para mostrar todo lo que puede darle a la selección en las Eliminatorias Sudamericanas.
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