Selección peruana: las razones extradeportivas de la crisis que vive el equipo de Ricardo Gareca

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Si bien Gareca nunca quiso dar una explicación detallada, estamos con la posibilidad de informar que la salida de Márquez fue una decisión unilateral del ‘Tigre’ por discrepancias personales y profesionales. La relación del entrenador de la selección con el psicólogo Márquez sobrepasaba lo profesional. Era evidente la fuerte amistad que tenían, sobre al inicio de cada entrenamiento de la selección, cuando ambos eran de los primeros en aparecer en el campo para establecer una charla.

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Christian Ramos, uno de los capitanes de la selección, nos contó el año pasado la trascendencia del trabajo de Márquez. “Por ejemplo, nos pedía que estemos concentrados hasta para hacer los reclamos en las jugadas. Eso era algo que no hacíamos antes y que nos sirvió, por ejemplo, cuando quisieron anularle el gol a Ruidíaz ante Brasil. Con Aldo Corzo fuimos rápido a conversar con el árbitro Cunha”, relata el defensor.

Hoy la parte psicológica en la selección peruana está a cargo de Giacomo Scerpella; mientras que Juan Cominges se mantiene en sus labores de coaching cercano a los jugadores. Ambos, ante la ausencia de Márquez, hoy tienen una responsabilidad titánica: levantar el ánimo de un equipo que comienza a enlazar resultados negativos sin pausa.

“Tenemos que recuperar la mentalidad ganadora”, comentó Paolo Guerrero al final de la goleada 3-0 sufrida ante Colombia. El ‘Depredador’ fue uno de los que más arengó en la noche del último jueves, confirmado que el problema del cuadro bicolor no solo fue futbolístico ante los ‘cafeteros’, sino también fue de concentración y enfoque. Márquez siempre decía que una de las primeras cosas que trabajó en Perú fue quitarle la presión a los futbolistas. Hoy más que nunca se necesita eso.

-Peso dirigencial-

La noticia llegó ayer e indigna. La Conmebol solo se demoró 24 horas en suspender a los árbitros colombianos Nicolás Gallo y Miguel Roldán por su fallida actuación en el partido de Eliminatorias ante Uruguay y Paraguay. La jugada que determinó esta sanción fue el gol mal anulado a Jonathan Rodríguez, por un off side de Luis Suárez, quien no participó en la jugada.

Llama la atención la velocidad de enmendar la plana cuando el reclamo llega desde la dirigencia uruguaya. No olvidemos que este país fue decisivo en la obtención de vacunas Sinovac para la Conmebol. ¿Por qué no se tuvo la misma celeridad cuando se envió el reclamo por la pésima actuación del juez Julio Bascuñán y del VAR en el partido entre Perú y Brasil? ¿Será acaso que el poco dirigencial del actual presidente de la FPF, Agustín Lozano, también comienza a jugar en contra de la selección?

Lozano, que fue investigado por la misma Conmebol por el caso de reventa de entradas en las anteriores Eliminatorias, hoy está muy lejos de ser un directivo con representación sólida ante el máximo ente del fútbol sudamericana. Sus funciones hoy se resumen en unirse en el voto unánime de apoyo al presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez. La FPF fue una de las primeras asociaciones que respaldó públicamente a Conmebol en la organización de la Copa América.

Hasta en esa plana directiva está desamparada la selección peruana. Antes de acumular procesos judiciales, el presidente de la FPF en funciones suspendidas, Edwin Oviedo, viajó a Paraguay para entrevistarse con Wilson Seneme, el encargado de las designaciones de ternas de árbitros, en partidos internacionales sudamericanos. Lo que Oviedo le llevó a Seneme fue una estadística de árbitros que habían tenido un triste papel ante Perú. Gareca siempre estuvo agradecido por esa labor, la cual se percibe lejana en la actual gestión de Lozano. Lo de Bascuñán confirma que la FPF es un ente sin el mínimo peso en el contexto internacional sudamericano.

-La bendita política-

Existe libertad de expresión, así estemos en un momento polarizado a un día de las elecciones presidenciales. Pero es inevitable reconocer que la campaña “Ponte la Camiseta”, donde los futbolistas aparecían invitando a un voto para impedir que “el comunismo” llegue al poder, hizo demasiado ruido y produjo un nivel alto de sensibilidad negativa en el hincha peruano, ese incondicional que, en tiempos sin pandemia, no solo llenaba estadios sino que también producía efectos sísmicos en las tribunas.

La “mejor hinchada del mundo”, premiada por la FIFA, tomó distancia con una selección que debe representar a todos. A los que votarán por Keiko Fujimori y a los que votarán por Pedro Castillo. Y, por eso, las manifestaciones de los jugadores también puede ser analizada como un factor para distanciar más al equipo con la gente. El partido con Colombia debe haber sido uno de los que menos interés despertó en la era Gareca.

El factor principal de esta crisis es el tema físico y futbolístico. Jugadores cada vez más alejados de sus mejores versiones con la selección y algunos que recién se recuperan de lesiones complicadas como Guerrero. Pero lo psicólogico, el peso dirigencial y el calor de la hinchada también jugaron sus partidos para llegar a Rusia hace cuatro años. Hoy, esos partidos fuera de la cancha también los estamos perdiendo.

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