CEO de Baldecash: “El 88% de los estudiantes reporta que mejoraron su rendimiento académico gracias al acceso a una laptop”

La startup peruana Baldecash ha sido reconocida por su enfoque innovador para democratizar el acceso a herramientas tecnológicas entre jóvenes de educación superior. A través de un modelo de financiamiento adaptado a quienes no califican para créditos tradicionales, la empresa no solo combate la brecha digital, sino que también impulsa la continuidad académica y mejora las oportunidades laborales de miles de estudiantes. En esta entrevista, Rubén Montenegro, su fundador y CEO, detalla el camino recorrido y las claves de su éxito.

Ganaron el premio Avonni en la categoría Innovación Social. ¿Cómo nació la idea de Baldecash y qué necesidad específica buscaban atender en el sistema educativo peruano?

Baldecash nació en 2019 luego de mi experiencia en el sector bancario. Detectamos una brecha importante: estudiantes de educación superior que, aunque trabajaban y podían pagar una cuota, eran excluidos del sistema financiero por no tener historial crediticio ni documentos formales. Queríamos ofrecerles acceso a herramientas tecnológicas como laptops o tablets, fundamentales para su formación, y así mejorar su educación y sus opciones laborales.

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¿Qué diferencia a Baldecash de otras soluciones de financiamiento para estudiantes? ¿Cómo logran evaluar a jóvenes sin historial crediticio?

Nos especializamos exclusivamente en este segmento. A diferencia de otras entidades que aplican los mismos requisitos para todos, nosotros desarrollamos un modelo de evaluación propio, que incorpora variables académicas y otros datos complementarios. Incluso en casos de informalidad laboral, usamos procesos de validación con tecnología, videollamadas, y verificación de ingresos para determinar la capacidad de pago.

¿Cómo ha evolucionado el modelo de Baldecash desde su lanzamiento hasta hoy? ¿Han incorporado nuevos productos o servicios?

Empezamos ofreciendo financiamiento de corto plazo para gastos educativos. La pandemia nos llevó a enfocarnos en la financiación de tecnología. También hemos mejorado tecnológicamente: hoy más del 30% de las solicitudes se procesan de forma automática con modelos de riesgo basados en inteligencia artificial. Además, contamos con más de 35 convenios con universidades e institutos, lo que nos da acceso a más de un millón de estudiantes.

¿Cómo miden el impacto de su trabajo y en qué regiones están presentes?

Iniciamos en Lima, pero ya el 30% de nuestro portafolio está en provincias, hace un año era solo el 10%. En cuanto al impacto, realizamos focus groups, encuestas y recientemente un estudio con 60 Decibels. Los resultados fueron contundentes. El 88% de los estudiantes mejoró su rendimiento académico y su capacidad para completar estudios.

El 87% tuvo con nosotros su primera experiencia financiera. El 58% mejoró sus ingresos, en muchos casos porque el equipo tecnológico les permitió acceder a mejores empleos.

¿Qué cambios han observado en la vida académica o profesional de los estudiantes tras acceder a una laptop mediante Baldecash?

Nuestro propósito es mejorar la calidad de la educación y las opciones de empleo de los estudiantes de educación superior.

El acceso a tecnología no solo mejora el rendimiento académico, sino que también reduce la deserción. Además, hemos visto casos de jóvenes que acceden a trabajos que requieren una laptop, cambiando su trayectoria laboral por completo.

¿Qué significó para ustedes recibir el Premio Avonni en la categoría Innovación Social?

Fue una gran alegría y orgullo. Este premio refleja nuestras dos principales motivaciones: la innovación y el impacto social. Validó nuestra propuesta en un contexto competitivo y nos impulsa a seguir generando soluciones para quienes más lo necesitan.

¿Qué consejo daría a otros emprendedores que buscan generar impacto social desde la innovación financiera?

Primero, entender que el impacto social y la rentabilidad no son excluyentes. Hay grandes oportunidades de negocio en resolver problemas sociales reales. Lo más importante es conocer profundamente al segmento que quieres atender. En poblaciones vulnerables, hay menos información disponible, así que es crucial acercarse, escuchar y validar cada supuesto.