A diario mueren 1.400 niños en el mundo por falta de agua
A diario mueren 1.400 niños en el mundo por falta de agua
Redacción EC

En estas últimas semanas Lima padeció lo que sufren casi 8 millones de peruanos a diario; un abastecimiento limitado de agua. Este hecho ha dado notoriedad al problema de la insuficiente infraestructura que garantice el abastecimiento continuo de agua, lo cual es consecuencia en parte de la mala gestión y de las bajas tarifas que se cobran por este recurso.

¿Cómo se distribuye la demanda de agua en el Perú? Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el sector agrario consume el 86% del agua del país, pero ésta no se utiliza siempre de forma eficiente. El 65% del agua para la agricultura se pierde debido a las deficientes condiciones del sistema de riego. Por su parte, el uso poblacional consume el 7% del agua total disponible y se estima que aproximadamente una tercera parte de ésta se pierde en el sistema de conducciones. Finalmente, el sector industrial y minero demandan 6% y 1%, respectivamente.

Dado que el agua es un recurso tan escaso como indispensable, la identificación de tarifas adecuadas es crucial. En este sentido, los precios del agua tienen dos grandes objetivos, uno social y otro económico. En lo social, se busca ampliar la distribución hacia las áreas que no cuentan con agua. En lo económico, las tarifas deben dar incentivos para el uso eficiente del recurso y cubrir el costo del servicio.

En el Perú, la Sunass es el organismo que regula y determina el criterio que debe seguir cada EPS para el establecimiento de tarifas. En el caso de Lima, en promedio, la tarifa de agua en Lima es de S/2.81 por metro cúbico. Este precio es cercano la mitad de lo cobrado en ciudades como Santiago o Bogotá, metrópolis que además no presentan los niveles de aridez y estrés hídrico que tiene Lima. 

PAGAN MÁS LOS QUE TIENEN MENOS

Como consecuencia de este ineficiente esquema de tarifas de precio bajo, el servicio de agua en el Perú presenta un sistema regresivo que afecta a los hogares más pobres.

Según Eduardo Zegarra, investigador de Grade, para el año 2012 los hogares peruanos del decil de gasto más bajo (el 10% más pobre del Perú) dedicaban entre 6% y 11% de su presupuesto al pago de servicios de agua. En el resto de deciles este porcentaje se reducía a solo entre 1% y 2% del gasto de la familia. 

Ello se relaciona con el acceso a una conexión de red pública: el precio del agua es mayor para aquellos hogares que acceden al recurso a través de camiones cisterna. Mientras que la tarifa promedio por agua en Sedapal no llega a los S/3 por m3, el precio del agua provista en camión cisterna es de S/15 por m3, aproximadamente seis veces más. Si estos hogares estuviesen conectados a red pública, ahorrarían en promedio S/724 anualmente. 

MALOS PRECIOS, MALOS RESULTADOS

Otros efectos de la mala gestión del agua y de sus precios inadecuados se reflejan en la baja calidad del agua, la baja continuidad y la escasez de infraestructura. Respecto a la calidad, Zegarra señala que mientras que entre el 28% y 32% de la población en el Perú con conexión a red pública consume agua con un nivel de cloro seguro, este porcentaje se reduce a solo 3.6% para la población que acceden a través de camión cisterna.

Sobre la continuidad, según estadísticas de las 50 empresas proveedoras de agua en el Perú, un cuarto de estas no tienen una continuidad de más de 12 horas al día. Por el lado de la infraestructura, las tarifas aprobadas para Sedapal solo cubrirían el 51% de la inversión programada. Obras adicionales para prevenir emergencias hídricas, como la de las últimas semanas, son muy difíciles de ejecutar con ese presupuesto de bajo precio.

Por el lado de la demanda, las bajas tarifas ocasionan un mal uso del agua pues las personas no tienen incentivos suficientes para controlar su consumo. La OMS calcula que los hogares pueden satisfacer de manera óptima sus necesidades de consumo e higiene con 100 litros al día por persona. No obstante, en Lima cada persona consume en promedio 250 litros al día, incluyendo distritos como San Isidro y Miraflores con 447 y 395 litros por persona al día, respectivamente. 

Una de las soluciones pasa entonces por un aumento de tarifas. Zegarra estima que las tarifas agrarias deberían multiplicarse 3.5 veces para cubrir los costos de operación y mantenimiento. Para el caso de Sedapal, se calcula que la tarifa promedio en Lima debería llegar a por lo menos S/3 por metro cúbico y de ahí incrementar el precio en base a la cartera de inversiones programada. 

El principio fundamental que se debería respetar para lograr el uso eficiente y justo del agua es que las tarifas reflejen el costo social de proveer el servicio; entre tanto, se seguirá con bajas coberturas, servicios descontinuados, pobre infraestructura, desperdicio en el consumo y riesgo hídrico ante nuevas emergencias naturales.

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