Este lunes se reiniciaron los vuelos internacionales desde y hacia el Perú, con rutas que nos conectarán a siete países de Centroamérica y Sudamérica, como parte de una primera etapa de reactivación en el mercado aerocomercial. Esa reapertura de nuestras fronteras aéreas tendrá al aeropuerto Jorge Chávez de Lima como un eje central. Será básicamente desde este ‘hub’ –el principal que tiene el Perú- que se soportarán la mayor parte de los vuelos. Es en ese contexto que la gerenta general de Comex, Jessica Luna, llama la atención sobre una serie de problemas que están limitando el servicio que el aeropuerto brinda a pasajeros y empresas.
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-Hoy es un día de optimismo en el sector aerocomercial. Sin embargo, ustedes en Comex están disconformes. ¿Cuál es el problema?
Todo estamos optimistas sobre el reinicio de los vuelos internacionales. Entre los asociados a Comex tenemos a aerolíneas y concesionarios de aeropuertos, además de empresas importadoras y exportadoras, por lo que esta reactivación nos impacta positivamente. Es precisamente porque creemos que el sector comenzará a despegar que llamamos la atención sobre una serie de medidas que ha estado tomando el concesionario del aeropuerto Jorge Chávez, Lima Airport Partners (LAP), que consideramos van a limitar ese despegue. Decisiones que van a mellar nuestro crecimiento y que, sobre todo, van a afectar a los pasajeros.
-¿Cómo cuáles?
Una de las más perjudiciales es el pedido que ha hecho LAP al Estado para postergar la construcción del segundo terminal de pasajeros, una obra que inicialmente está proyectada para que la entregue en el 2024. Es un pedido que hizo en abril y que está en la carpeta del Ministerio de Transportes (MTC), aún sin respuesta. Eso nos preocupa porque el argumento de LAP es que luego de la pandemia no volveremos a tener un tráfico de pasajeros de tal magnitud que amerite la construcción de un segundo terminal, sino hasta dentro de algunos años. Pues bien, lo que nos está planteando con eso es retrasar obras que ya estaban bastante retrasadas.
-En efecto, se espera que el sector retome los números que tenía en el 2019 –en cuanto a tráfico de pasajeros, por ejemplo- recién dentro de tres años.
Sí, pero lo que no dice LAP es que ya en el 2019 estábamos colapsados. Es decir, ya el año pasado había un alto grado de insatisfacción entre los usuarios del aeropuerto porque estaba congestionado. En ese momento ya era tarde para ampliar el Jorge Chávez. Dentro de todo, esta pandemia nos ha dado una oportunidad para comenzar a nivelar las cosas y aprovechar el tiempo para construir lo que debimos construir hace años. Lo que está pasando este 2020 no es una buena referencia para mostrar cómo estábamos. Lo único cierto es que el aeropuerto no daba para más.
-¿Han conversado con LAP sobre esto?
Sí, hemos conversado continuamente con Juan José Salmón, gerente general de LAP, y con distintas autoridades. Les hemos expresado nuestra preocupación pero lo que notamos es que hay falta de claridad sobre el tema.
-En tanto el Gobierno no responda la solicitud de LAP, no deberían postergar ninguna obra. De hecho, ya están avanzando con la segunda pista de aterrizaje y la torre de control. ¿Le parece factible que se acepte la postergación del segundo terminal?
Es una preocupación latente. Necesitamos urgente capacidad porque el tráfico en el Jorge Chávez se va a recuperar y no podemos volver a donde estábamos antes de la pandemia. Hay que recordar que el terminal estará listo en el 2024, sólo si se comienza a construir ahora, y el 2024 ya es tarde. Quizás no para LAP, cuya concesión termina en el 2041, pero sí para nosotros que somos los pasajeros y usuarios.
¿INGRESOS INDEBIDOS?
-Recientemente, el concesionario comunicó que había garantizado el financiamiento para la ampliación total del aeropuerto, que entiendo está valorizada en alrededor de US$1.500 millones, ¿eso los deja más tranquilos?
No. Debo decirte que desde el 2009 LAP ha estado cobrando a los usuarios del aeropuerto por obras o inversiones que no ha concretado, es decir, que no se hicieron. Así, ellos han recabado ingresos indebidos por más de US$300 millones en el aeropuerto.
-¿Tiene cómo probarlo? ¿Cómo han hecho esos cobros?
A través de cargos por el uso de infraestructura y servicios aeroportuarios, entre otros conceptos que se validan a través del llamado factor Z. Este es un factor que se incorpora a la fórmula con la que LAP actualiza sus cobros, una fórmula que es aprobada por OSITRAN, el regulador del transporte. Por eso, nosotros en el 2019 hicimos la consulta a OSITRAN sobre cómo evitar que se cobre por estos conceptos, pero nos dijeron que eso requería una adenda adicional al contrato de concesión.
-Una adenda más al contrato cuando se acababa de hacer una para reprogramar las obras de ampliación, aunque vale aclarar que fue porque el Estado no tenía listos los terrenos para esos trabajos.
No es lo único. Como sabemos todos, pues se ha reporteado en distintos medios, LAP ha pedido un incremento de las tarifas aeroportuarias en 3% debido a la afectación por la pandemia. De hecho lo descartó públicamente cuando se dio a conocer esa solicitud, pero lo cierto es que esa petición está en las oficinas de OSITRAN, y se está moviendo.
-La pandemia no es justificación para retrasar las mejoras en el aeropuerto.
Si se retrasan afectamos la competitividad del país. Al haber tugurización, no tenemos capacidad para recibir más vuelos. El año pasado los aviones nos dejaban en la pista porque ya no había mangas. ¿Eso queremos? Ya hemos perdido suficiente en la carrera por convertir a Lima en el ´hub' más importante para Sudamérica.
VUELOS A ESTADOS UNIDOS
-Ser el ‘hub’ de la región parece cada vez más difícil, ahora, como también ha señalado la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Pese a ello, ya nos estamos volviendo a conectar, aunque Comex ha llamado la atención sobre la necesidad de reconectarnos con Estados Unidos.
No entendemos por qué no estamos volando a Miami en esta primera fase de reactivación de los vuelos internacionales. O a México o a Brasil. Son países que tienen abiertas sus fronteras y a donde se van a seguir operando vuelos humanitarios, que son muchísimo más caros que los comerciales.
-¿Qué les dijo el MTC o el Mincetur sobre ello?
Todos los ‘stakeholders’ del sector trabajamos muy de cerca con el MTC y el Mincetur sobre las rutas de reapertura. Pero esto no ha sido un tema de ellos, sino del Minsa.
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