¿Y por qué es clave estudiar una maestría? Los entrevistados para este informe coinciden en que existe una razón que resalta entre todas: abre muchas oportunidades.
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Lo confirma Vanina Farber, directora general de la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico (UP), quien dice que, en noviembre del 2015, realizaron un estudio de mercado sobre la empleabilidad de sus egresados y hallaron que el 40% había cambiado de centro de trabajo u obtenido un ascenso laboral, mientras estudiaba una maestría. Pero eso no es todo, un 35% incluso había cambiado de sector laboral.
Otra razón trascendental para estudiar una maestría es que da mayores herramientas para emprender aquella idea de negocio que tanto se anhela. Bruno Garro, director de IE Business School para el Perú, Bolivia y Paraguay, piensa así: “La posibilidad de emprender un negocio por cuenta propia bajo un alto enfoque en innovación y creatividad es alto”, explica.
Cita casos como Tierra Viva Hoteles o la plataforma online Magnolia, emprendimientos que surgieron del Venture LAB del Centro de Emprendimiento de IE.
LA BUENA ELECCIÓN Una de las maestrías preferidas en el Perú es el MBA. En los últimos años, además, las maestrías en finanzas y márketing están ganando aceptación entre los profesionales. La elección depende de qué es lo que busca cada persona en su entorno laboral.
“El hecho de poder manejar el tema de finanzas, que en otras palabras es hablar el mismo lenguaje del gerente general, representa una ayuda definitiva para aquellos jóvenes competitivos que buscan un plus diferenciador en el mercado”, explica Milagros Zegarra, directora de Human Capital de PwC.
Tras elegir la maestría deseada y la institución donde empezará a estudiar, el siguiente paso es el financiamiento. De acuerdo a un estudio de Global Research Màrketing (GRS), el 55% de ejecutivos que cuenta con estudios de posgrado financió su maestría con ahorros propios, y un 28,6% tuvo apoyo de la empresa donde laboraba. Asimismo, un 20% recurrió al financiamiento bancario o de la casa de estudios.
Zegarra recomienda negociar con las empresas la firma de un convenio de permanencia, que por lo general es del período que dura la maestría e incluso hasta el doble. “Esta es una excelente herramienta de retención, y a su vez es la opción más solicitada; incluso hay compañías que la ofrecen a aquellos jóvenes pertenecientes al quinto superior o primeros puestos”, añade.
Se calcula que el retorno de la inversión destinada en una maestría es de siete a ocho años en el Perú. Pero para procurar que el tiempo sea menor, hay valiosos consejos a tomar en consideración .
APROVECHAR AL MÁXIMO “Lo primero, y aunque parezca evidente, sé el mejor de tu grupo”, dice Quiroga. A su entender, esto no solo permitirá un desarrollo del capital personal, sino también tentar nuevas propuestas laborales. “Muchos de los profesores son consultores y las empresas les piden referidos”.
En segundo lugar, dice Quiroga, se deben forjar vínculos con los compañeros de la maestría. “Explotar al máximo el ‘networking’ es clave, porque la red de la maestría es una de las de mejor calidad”, apunta.