Ningún empresario –esté en el Perú o en cualquier otro país– quiere anunciar el cierre de su compañía, pero ese desenlace también es parte de un negocio, si los planes no resultan como los inversionistas esperan. Y si esta ley no escrita del mundo empresarial se cumple en situaciones normales, con mucha más razón en tiempos de emergencia sanitaria, como el que estamos viviendo en estos días a causa del coronavirus.
Así, a medida que pasan las semanas, una a una van desapareciendo marcas de todo tipo, tamaño y rubro. Hoy le ha tocado a Soyuz, compañía de transporte de pasajeros y carga con 38 años de operación, pero la lista es, lamentablemente, más larga. Aquí un breve repaso de aquellas que ya no son parte del mercado local y que no volveremos a ver en un buen tiempo, si acaso alguna regresa.
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1. SOYUZ
Duración de la empresa: 38 años.
Nos habíamos acostumbrado a ver sus buses recorriendo la Panamericana Sur por décadas. Podría decirse que Soyuz era parte del paisaje al sur de Lima, sea en temporada de verano –cuando más tráfico hay en esta zona– o en cualquier otra fecha que provoque que los capitalinos salgan de casa. Y ocurría así porque Soyuz tenía 38 años operando en el Perú, casi cuatro décadas que la convierten en una de las empresas de transporte terrestre más antiguas del país. O, mejor dicho, que la convertían, tras el anuncio que hicieran hoy sus directivos, informando su liquidación.
El comunicado en el que informan su quiebra detalla que, la inactividad provocada por la pandemia, así como la informalidad en el sector del transporte terrestre interprovincial (que alcanza al 80% de este rubro), generaron su bancarrota. Sin duda son ingredientes letales, pero también hay otros factores que les jugaron en contra, como los estándares de calidad del servicio: en tiempos en que los pasajeros son cada vez más exigentes, Soyuz figura en el tercio superior del ránking de compañías de transporte interprovincial sancionadas por Indecopi.
2. UBER EATS PERÚ
Duración de la empresa: 2 años.
Dos años duró la aventura de Uber Eats en el Perú. Hasta mayo pasado, cuando la compañía anunció que descontinuaría este servicio en nuestro país, debido, entre otras razones, a los altos costos que implica operar en un contexto de crisis sanitaria.
Sin duda, habilitar un delivery con garantías de salubridad es costoso, pero también apuró la salida de esta empresa su frágil posición en el mercado, pues –según la consultora Arellano– era la tercera en el ránking de las dedicadas a este servicio, detrás de Glovo y Rappi.
Aspecto como la facilidad del uso y la amplitud de la oferta le quitaron ‘feeling’ con los usuarios. Igual, no descartan volver.
3. BRUJAS DE CACHICHE
Duración de la empresa: 29 años.
Si algo le faltaba al famoso restaurante Brujas de Cachiche para decidir su cierre definitivo, era un estado de emergencia que paralizara el consumo por cuatro meses. Y eso sucedió.
El coronavirus, entonces, fue el golpe de gracia para este negocio gastronómico, que se acercaba a cumplir tres décadas de operación el próximo año. Así, a inicios de este mes, la matriz del restaurante, Sertursur, decidió su disolución y liquidación, para poder cumplir con todos sus acreedores: extrabajadores y trabajadores, proveedores y entidades financieras, entre otros.
Tal parece que su espera por el reinicio de la atención en sala, habilitada recién desde hoy, fue muy larga.
4. PARIS PERÚ
Duración de la empresa: 8 años.
Con 11 locales a lo largo de todo el país operaba Paris antes de su cierre definitivo en el Perú, acontecido también este mes. Para cuando su matriz, la chilena Cencosud, tomó la difícil decisión, la cadena contaba con el 8,3% del mercado de tiendas por departamento aquí, según la consultora Euromonitor.
Ese ‘market share’, si bien no era despreciable, sí era pobre respecto de la competencia en este rubro, pues la líder Falabella cuenta con el 46,5%, mientras que Ripley tiene el 27,6% y Oechsle, el 11%.
Por eso, los expertos consideran que este cierre ya estaba siendo conversado desde antes de la pandemia, pues Paris Perú apenas aportaba con el 1% de los ingresos regionales a Cencosud. No dio la talla.
5. MOVO
Duración de la empresa: 1,2 años.
Apenas a inicios del año pasado se anunciaba el ingreso al Perú de Movo, el aplicativo para alquiler de ‘scooters’ eléctricos, con la idea de reforzar este segmento de creciente demanda en nuestro país.
La empresa, que forma parte del grupo español Maxi Mobility (también dueño de Cabify), tuvo el soporte del aplicativo de taxi para su operación aquí. Todo pintaba bien.
Hacia agosto del 2019, entonces, los ‘scooters’ de la marca ya circulaban por seis distritos limeños y se anunciaba su arribo a la ciudad de Arequipa.
No obstante, la crisis obligó a Movo, primero, a suspender sus actividades, y luego, a decir adiós de forma definitiva. Lo frenó.
6. AVIANCA PERÚ
Duración de la empresa: más de 20 años.
El período entre el 2012 y 2014 fue el más exitoso de Avianca en el Perú, a juzgar por las estadísticas de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). En ese lapso, fue la segunda aerolínea más importante del mercado local, solo detrás de Latam Perú.
Entonces nadie intuía que seis años después, y pandemia de por medio, Avianca Perú cerraría por completo, como parte de una estrategia para salvar a su matriz, Avianca Holdings, que se acogió a la Ley de Quiebras de Estados Unidos en mayo pasado.
Con US$10 mil millones en pasivos, un crecimiento demasiado acelerado explicaría los problemas de la aerolínea. Volverán, nos dicen, pero no cuándo.
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