El pasado 10 de enero el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, anunció que el Ejecutivo viene evaluando el incremento del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), que grava a los productos que no son de primera necesidad y que tienen externalidades negativas en el ámbito social o ambiental, como las bebidas alcohólicas, el tabaco, los combustibles, entre otros.
“Lo estamos evaluando. Hay un retraso importante. En términos prácticos, la carga se ha reducido, pero estamos evaluándolo. No queremos afectar la reactivación, en su momento también lo comunicaremos”, dijo.
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En el 2023 no se dio un incremento del ISC debido a la alta inflación acumulada en el año anterior.
Por otro lado, la Sunat confirmó que durante el 2023 la recaudación por el ISC llegó a los S/9.328 millones. Dicho resultado representó un ingreso de S/302 millones más que en el 2022.
A pesar de esto, en los últimos meses se apreció una desaceleración en lo recaudado por este concepto. Según el Banco Central de Reserva, en octubre del 2023 se recaudaron S/807 millones, lo que representa un retroceso del 1,4% interanual, mientras que en noviembre la recaudación del ISC fue de S/775 millones, una disminución interanual del 13,1%.
En total, la recaudación tributaria del 2023 sumó S/147.246 millones.
Reacciones
Los especialistas consultados para este informe coincidieron en que el incremento del ISC en un contexto de recesión y desaceleración del consumo no sería una medida acertada.
“Estamos en una situación en la que hay recesión y queremos salir de ella. Hay un compromiso del ministro Contreras para salir. Entonces cualquier elevación de impuestos no sería conveniente. Es cierto que la ley indica que hay que actualizar el ISC cada enero, pero en el contexto actual las expectativas son muy importantes. Si se suben los impuestos las expectativas se deteriorarán y vamos a tener problemas”, afirmó Carlos Casas, exviceministro de Economía.
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Casas explicó que una de las consecuencias de elevar el ISC mientras cae el consumo sería fomentar el contrabando de productos como el licor o los cigarrillos. En ese sentido, planteó que se posponga el incremento del impuesto de este año para los siguientes.
“La inflación este año va a estar dentro del rango meta. Entonces en el siguiente año el incremento del ISC podría incluir la inflación y un adicional ligero, para compensar que no se subiera este año. Este ajuste se puede hacer cada año para nivelar”, añadió.
Por su parte, Klever Espinoza, socio del estudio KERZ, advirtió que en otros países de la región la subida del ISC se tradujo en mayor contrabando.
“Cuando se incrementa la carga impositiva, también el consumo ilícito. No necesariamente porque se aumente el precio uno va a dejar de comprar, sino va a conseguir alternativas. En los últimos años en países como Colombia, Ecuador y Panamá se incrementó la carga impositiva a los cigarrillos y la venta ilegal aumentó”, cuestionó.
Asimismo, remarcó que los efectos de esta situación podrían reflejarse en el mediano y largo plazo, como pasó en los referidos países.
“Por ejemplo, Colombia experimentó un aumento del 200% en la tarifa [del ISC], entre 2016 y 2018. En paralelo, la incidencia de comercio ilícito pasó del 13% en 2016 a un 34% en 2022. En Ecuador, el impuesto se incrementó en casi un 80% en el período del 2014 al 2016 [...] y hoy ocho de cada 10 cigarrillos son de origen ilegal en ese país”, detalló.
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La reducción del consumo de este tipo de productos se da porque se consideran bienes de demanda elástica, es decir, su demanda puede verse afectada significativamente con pequeñas variaciones en su precio.
“Si incrementas el ISC lo que vas a generar es menor consumo y al generar menor consumo va a haber menor recaudación. Al ser bienes de demanda elástica, si se da un incremento importante puede haber un impacto en la cantidad que se adquiere en el mercado. Pero también dependería de cuánto sea el aumento de la tasa”, explicó Víctor Valdez, socio del estudio Rebaza, Alcázar & De Las Casas, firma que tiene como clientes a marcas de bebidas alcohólicas.