En las últimas semanas, la atención de los analistas y mercados se ha centrado sobre los impactos, económicos y financieros, globales de las medidas proteccionistas que ha desplegado el gobierno de los Estados Unidos. En general, se anticipa que estas acciones inducirán, a corto plazo, una ralentización del crecimiento mundial y en la economía norteamericana algo más de inflación.

Pero la guerra arancelaria no es el único elemento con consecuencias sobre los precios de los activos y la economía: la incertidumbre también está induciendo impactos sobre estas variables. Lo que caracteriza la incertidumbre es la dificultad o imposibilidad para estimar eventos futuros o para asignarles probabilidades de ocurrencia. Como resultado, las decisiones de gasto de las familias, empresas e inversionistas financieros se ven afectadas de diversas formas, lo que depende de la fuente que da origen a la incertidumbre, su magnitud y duración.

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Maro Villalobos

Episodios de elevada volatilidad de las tasas de interés, del tipo de cambio, de los precios de bienes, activos e insumos, así como de los retornos esperados, impactan negativamente sobre el consumo y la inversión. En este contexto, valorar el precio de un activo o la rentabilidad de una inversión se complica, lo que lleva a contraer el gasto privado.

Asimismo, la incertidumbre vinculada a las políticas económicas puede afectar el momento en el que se decide realizar un gasto, su nivel o eventual cancelación. Ejemplos recientes los hemos visto luego de los pre-anuncios de aranceles sobre productos o minerales en Estados Unidos, lo que llevó a un adelanto de las importaciones. Un caso de particular interés para nosotros es la brecha que se viene observando entre la cotización del cobre en Nueva York y en Londres. Usualmente, los precios del metal rojo en estos mercados son muy similares. Sin embargo, ante el inicio por parte de la administración norteamericana de una investigación sobre las prácticas comerciales en el mercado de cobre se instaló un cierto temor de que venía un arancel, lo que llevó a los importadores en Estados Unidos a adelantar significativamente sus compras. Esto indujo un aumento pronunciado del precio de este metal en Nueva York que arrastró, aunque en menor medida al de Londres, generándose una cuña entre las cotizaciones en ambos lados del Atlántico.

Los indicadores que miden incertidumbre en los mercados financieros o sobre las políticas económicas están muy tensionados actualmente. El VIX, que mide la volatilidad esperada en la bolsa de Estados Unidos, y por lo tanto da una idea del grado de aversión al riesgo, llegó a ubicarse por encima de los 50 puntos el 8 de este mes. Si bien ha retrocedido hacia los 30 puntos, cabe señalar que niveles por encima de los 20 se consideran tensionados. Asimismo, los indicadores de incertidumbre de política económica registran sus niveles más altos desde la pandemia.

Lamentablemente, los cambios constantes en la política comercial de Estados Unidos anticipan que la incertidumbre se mantendrá elevada hacia adelante. En este contexto, en Perú y en otras economías emergentes pequeñas y abiertas, las políticas macroeconómicas deberán ser muy prudentes para evitar exacerbar episodios de turbulencias externas.

Hugo Perea Economista jefe de BBVA Research en Perú

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