A diferencia de los adultos, los bebés suelen ser muchos más sensibles a todo lo que los rodea. Por ello es esencial tener un cuidado especial para el momento de interactuar con ellos y más aún con su higiene, pues cualquier procedimiento que no se encuentre dentro de ello podría producir en el pequeño algún tipo de daño.
Sobre todo en zonas que son particularmente más delicada, tal como lo es su boca, pues al ser el conducto por donde consume sus alimentos, deja el camino libre para la aparición de infecciones, reacciones alérgicas, entre otras enfermedades. Por tal motivo es necesario establecer patrones de cuidado, a fin de salvaguardar la integridad del menor. Te compartimos algunas rutinas que podrás establecer con facilidad y así mantener a salvo su salud bucal.
Aunque no haya dientes, limpia
Mayormente los padres comienzan a cuidar la salud bucal de sus hijos cuando comienzan a avecinarse los primeros dientes. Sin embargo, expertos aconsejan que el higiene debe realizarse desde antes, ya que la leche, la saliva o el vómito acumulan ácidos que producen el debilitamiento de las encías e incluso ser una causal para la aparición de infecciones. Hazlo antes de dormir, con ayuda de un cepillo dedal especial para bebés y un poco de agua hervida, los masajes que realices mientras haces la limpieza también le serán grandes alicientes a las molestias durante el brote de los dientes.
Evita hacer contacto con sus cosas
A veces, y de manera involuntaria, los padres realizamos acciones inocentes que pueden ser perjudiciales para el bienestar del bebé, como por ejemplo soplar la tetina para que deje de estar caliente, limpiar sus objetos con saliva o emplear el mismo cubierto que él, podría transmitir las bacterias al niño. Por ello es mejor optar por otros mecanismos, como dejar enfriar a temperatura de ambiente o separando la comida en pequeñas cantidades, pero nada que involucre que tu boca haga contacto con todo lo que tiene que ver con el niño
Cuida los primeros dientes
Algunas personas cometen el error de preferir el uso de agua para limpiar los primeros dientes del bebé, acción que está totalmente errada dado que desde su primera aparición éstos deben asearse empleando pasta dental especial para su edad. La cantidad adecuada de dentífrico para un bebé equivale a la de un grano de arroz.
No le des beso en la boca
Sabemos que es un signo de amor y complicidad para con tu bebé, sin embargo con esta acción estarías transmitiéndole un arsenal de gérmenes y bacterias.