Lejos de prohibir su uso, el verdadero reto para madres, padres y educadores es aprender a guiar a los niños en su interacción con tecnologías como ChatGPT: cuándo, cómo y para qué utilizarla.
Lejos de prohibir su uso, el verdadero reto para madres, padres y educadores es aprender a guiar a los niños en su interacción con tecnologías como ChatGPT: cuándo, cómo y para qué utilizarla.

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Inteligencia artificial y niños: ¿Debería mi hijo usar ChatGPT? Guía para padres con beneficios, riesgos y uso responsable
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Inteligencia artificial y niños: ¿Debería mi hijo usar ChatGPT? Guía para padres con beneficios, riesgos y uso responsable

Inteligencia artificial y niños: ¿Debería mi hijo usar ChatGPT? Guía para padres con beneficios, riesgos y uso responsable

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Imagina a tu preguntándole a cómo se forman los arcoíris o resolviendo un complejo con la ayuda de Google Gemini. En pleno 2025, esta escena no es futurista; es una realidad cotidiana. ha trascendido la ciencia ficción para integrarse activamente en nuestra vida, desde la medicina hasta, cada vez más, en nuestros hogares y la Con plataformas conversacionales al alcance de la mano, muchos no solo tienen acceso directo a estas , sino que las exploran, las entienden y las incorporan a su diario, potenciando su curiosidad y abriendo un universo de posibilidades educativas.

En definitiva, la IA llegó para quedarse y es inevitable que nuestros hijos crezcan con ella. Por eso, el desafío no está en prohibir su uso, sino en entender cómo, cuándo y para qué permitirlo. En este proceso, la información, el criterio y la guía de los adultos marcan una gran diferencia al momento de decidir si deberíamos dejar que nuestros hijos usen ChatGPT, explorando tanto sus beneficios como sus riesgos.

¿A qué edad un niño puede comenzar a interactuar con la inteligencia artificial?

Si bien no existe una edad exacta para que un menor comience a interactuar con herramientas como ChatGPT o Google Gemini, según señaló Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de Clínica Internacional a , entidades como la sugieren que, antes de los 12 años, el uso de estas tecnologías debe estar supervisado y guiado por un adulto. A partir de los 13 o 14 años, cuando los adolescentes han desarrollado un mayor razonamiento abstracto y pensamiento crítico, podrían empezar a utilizarlas de forma más autónoma, aunque siempre bajo la guía de los padres.

a partir de los 10 años, edad en la que poseen habilidades básicas de lectura y comprensión. No obstante, es sumamente importante considerar el grado de , así como el propósito del uso —sea educativo, creativo o formativo—y que el acercamiento sea gradual y acompañado por un adulto”, planteó Annabell Padilla Cuadros, psicóloga clínico-educativa.

La inteligencia artificial puede ser una gran aliada para el aprendizaje: mejora la comprensión lectora y estimula el pensamiento crítico.
La inteligencia artificial puede ser una gran aliada para el aprendizaje: mejora la comprensión lectora y estimula el pensamiento crítico.

Ambas expertas coincidieron en que, más allá de la edad, es clave observar ciertas habilidades en el niño:

  • Comprenda la diferencia entre lo real y lo virtual, es decir, que sepa que está interactuando con una máquina y no con una persona.
  • Tenga la capacidad de autocontrol y cuando no obtiene la respuesta que busca.
  • Mantenga una atención sostenida durante algunos minutos.
  • Que muestre una comprensión básica de lo que lee o escucha y pueda formular preguntas con sentido.

¿Cuáles son los beneficios que no hay que pasar por alto de la IA?

La inteligencia artificial cuando se emplea de manera adecuada y consciente puede ofrecer múltiples beneficios. De acuerdo con Mónica Mansilla Cruzado, psicóloga educativa, el uso de herramientas como ChatGPT puede tener efectos positivos tanto a nivel cognitivo como emocional en niños y niñas.

En el plano cognitivo, ayuda a organizar ideas, resolver problemas, fomentar el aprendizaje autónomo, enriquecer el vocabulario y mejorar la Además, estimula el pensamiento crítico al invitar a los estudiantes a formular preguntas y reflexionar sobre las respuestas. Desde el punto de vista emocional, puede fortalecer la confianza en sí mismos, reducir el miedo a equivocarse y aumentar la motivación, al tiempo que ofrece un espacio seguro para explorar intereses personales y desarrollar mayor autonomía.

Por su parte, la psicóloga Padilla resaltó que la IA puede convertirse en una aliada pedagógica muy valiosa si se incorpora de manera estructurada y acompañada por docentes. Entre sus beneficios, destacó:

  • Responder en tiempo real a las preguntas de los estudiantes, fomentando la curiosidad y el deseo de aprender.
  • Adaptar los contenidos al nivel de comprensión de cada niño.
  • Explicar conceptos complejos con un lenguaje accesible.
  • Proponer actividades interactivas que refuercen lo aprendido.
  • Impulsar competencias como la creatividad, la comunicación efectiva y el pensamiento crítico.

En este sentido, Carlos Luna, asesor pedagógico de ciencias de la computación del Colegio de la Inmaculada, aportó una mirada complementaria al afirmar que la IA no debe ser vista como un reemplazo de la sino como una herramienta que, bien aplicada, puede enriquecer los procesos educativos y hacerlos más atractivos y significativos.

Por ejemplo, estas herramientas pueden servir para generar ciertas dinámicas personalizadas que, además de lúdicas, permiten desarrollar competencias clave:

  • El juego de “estoy pensando en un animal”: El estudiante piensa en un animal y el chatbot formula preguntas para adivinarlo. También puede invertirse la dinámica: el chatbot piensa en un animal y el estudiante hace preguntas para descubrir cuál es. Luego se comparan ambas experiencias y se reflexiona sobre los resultados, lo que fomenta el razonamiento deductivo.
  • Mejora de escritura: Tras redactar un párrafo breve (una descripción, resumen o hecho del día), se le pide al chatbot que lo evalúe, sugiera mejoras y justifique sus recomendaciones. Esta actividad es útil tanto en el idioma nativo como en la práctica de lenguas extranjeras.
  • Planificación de proyectos: Al describir un proyecto escolar en etapa inicial, el chatbot puede ayudar a organizar las tareas necesarias. Con base en sus sugerencias, los estudiantes elaboran un plan de trabajo con etapas, metas, indicadores, roles, etc.
Sin acompañamiento, los niños pueden volverse dependientes de la IA, perder habilidades sociales, evitar el esfuerzo cognitivo o incluso poner en riesgo su privacidad.
Sin acompañamiento, los niños pueden volverse dependientes de la IA, perder habilidades sociales, evitar el esfuerzo cognitivo o incluso poner en riesgo su privacidad.

“El verdadero valor educativo de la IA no está en la herramienta en sí, sino en cómo y cuándo se utiliza. Tal como ocurre con otras tecnologías, su pertinencia dependerá del momento del desarrollo en que se introduzca. Así como una calculadora científica no tiene sentido en los primeros años de primaria, pero resulta muy útil en la las herramientas de IA deben incorporarse gradualmente y en función de las necesidades cognitivas y pedagógicas del grupo”, agregó el pedagogo.

¿Qué riesgos implica dejar que un niño use ChatGPT sin supervisión?

Permitir que un niño use ChatGPT sin supervisión adulta puede implicar varios riesgos que afectan tanto su desarrollo cognitivo como emocional y social. Según Karin Domínguez Ayesta, psicóloga y coordinadora de Modo USIL de la Universidad San Ignacio de Loyola, uno de los principales peligros es que una interacción excesiva con esta herramienta puede limitar el desarrollo de habilidades sociales fundamentales, como la comunicación interpersonal, la y la resolución de conflictos.

Domínguez advirtió que el uso frecuente de la inteligencia artificial también puede llevar a confundir la practicidad con la comodidad, haciendo que el niño prefiera interactuar con una aplicación antes que con personas reales.

En la misma línea, Padilla mencionó que, sin una guía adulta adecuada, los niños que utilizan con frecuencia IA corren el riesgo de desarrollar una dependencia que limite su autonomía intelectual. Al obtener respuestas inmediatas y elaboradas, pueden dejar de esforzarse por investigar, reflexionar o resolver problemas por sí mismos, lo que afecta su pensamiento crítico y creatividad. “Esta dependencia también puede reducir la tolerancia a la frustración, disminuir el interés por el diálogo humano e incluso fomentar el aislamiento, al sustituir las relaciones sociales por una interacción con una tecnología que, aunque parece comprensiva, no posee reales ni empatía auténtica”, aseguró.

Además, el Es esencial que los padres supervisen la información que sus hijos comparten en línea, evitando que revelen datos personales, y asegurándose de que las herramientas cumplan con normativas de protección de datos y cuenten con controles parentales.

¿Cómo fomentar un uso consciente y saludable de la IA?

El uso de herramientas como ChatGPT en la infancia puede ser una oportunidad para potenciar el aprendizaje, siempre que exista un acompañamiento activo por parte de adultos. Según Liliana Tuñoque y Annabelle Padilla, fomentar un uso consciente y saludable implica supervisión, diálogo reflexivo y . Algunas recomendaciones clave:

Acompañar para evitar una dependencia pasiva

Como indicó la psicoterapeuta de Clínica Internacional, es fundamental que padres y docentes estén presentes durante el uso de herramientas como ChatGPT, para evitar que los niños desarrollen una relación pasiva o Para ello, es necesario fomentar el análisis y el pensamiento crítico, haciendo preguntas como: ¿Qué opinas de esa respuesta?, ¿Cómo la aplicarías tú?, ya que permite construir un uso activo.

Fomentar el pensamiento crítico, establecer límites claros, supervisar el uso y equilibrarlo con otras actividades son pasos clave para que la IA sea una herramienta útil.
Fomentar el pensamiento crítico, establecer límites claros, supervisar el uso y equilibrarlo con otras actividades son pasos clave para que la IA sea una herramienta útil.

Estar atentos a señales de uso inadecuado

Existen ciertos indicadores que pueden alertar sobre un uso problemático de la IA, tales como:

  • Uso excesivo sin criterio (cuando vemos que el niño solo copia y no lo analiza ni lo usa como complemento).
  • Pérdida de iniciativa para investigar o resolver problemas por sí mismos.
  • Evita tareas reflexivas.
  • Disminución en la creatividad o en la capacidad de argumentación.
  • Aislamiento del entorno o irritabilidad cuando no lo dejan usarlo para las tareas.

Integrarla como un recurso pedagógico

Tanto en casa como en el aula, el uso de la IA puede ser enriquecedor si se emplea con objetivos específicos. Según las psicólogas, se recomienda usarla en tareas como:

  • Buscar ideas iniciales para proyectos.
  • Explorar diferentes perspectivas sobre un mismo tema.
  • Generar ejemplos o explicaciones adaptadas a la edad del niño.

Sin embargo, no debería ser utilizada en actividades como:

  • Redacciones personales o reflexivas.
  • Resolución de problemas complejos que exigen razonamiento autónomo.

Establecer normas y límites de uso

Para promover un uso responsable, Liliana Tuñoque sugirió:

  • Definir un horario de uso para evitar la sobreexposición y el sedentarismo digital.
  • Dejar claro que será usada bajo supervisión de un adulto.
  • Conversar con los niños sobre los objetivos de uso: ¿para qué se va a usar y qué se espera lograr?
  • Enseñar que la IA no siempre tiene la razón y que es necesario verificar la información que ofrece.

Fortalecer el pensamiento crítico y la autonomía

La psicóloga clínico-educativa recalcó la importancia de que la IA complemente, pero no reemplace, el proceso de aprendizaje. Para ello, es clave:

  • Promover el diálogo reflexivo: ¿Qué aprendiste con esa respuesta?, ¿La contrastaste con otra fuente?
  • Enseñar sobre las limitaciones de la IA, dejando claro que no sustituye la comprensión ni la experiencia humana.
  • Fomentar un ambiente donde el error y la exploración sean parte del aprendizaje, fortaleciendo la confianza en las propias capacidades.

Fomentar el equilibrio digital

Tanto Padilla como Tuñoque coincidieron en la necesidad de equilibrar el uso de la tecnología con otras experiencias. Para ello:

  • Incentivar actividades sin pantallas, como el juego libre, el arte o el deporte.
  • Favorecer la interacción social con pares y adultos.
  • Ser modelo de uso saludable de la tecnología: los niños aprenden también al observar cómo los adultos se relacionan con lo digital.

“ChatGPT, como cualquier herramienta de inteligencia artificial, puede ser muy útil si se utiliza con guía, propósito educativo y límites claros. No reemplaza a los docentes, al pensamiento propio ni al diálogo humano. La clave no está en prohibir por miedo, sino en acompañar a los niños, enseñarles a usarla con criterio, respeto y curiosidad y, sobre todo, fomentar en ellos el análisis y el pensamiento crítico. Si decidimos permitir su uso, debe ser como un complemento dentro de un entorno rico en experiencias humanas, donde la interacción, el juego, la creatividad y el aprendizaje activo sigan siendo el centro. Por ello, se trata de formar a niños capaces de aprovechar estas herramientas de manera segura y ética, preparándolos no solo para el presente, sino también para el futuro”, concluyó la psicóloga Mónica Mansilla.

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