Tipos de apego: ¿cuáles son y cómo influyen en el comportamiento de mi hijo?

Hay varios tipos de apegos, pero estos básicamente son el vínculo que se forma entre los padres y el recién nacido. También se puede dar con las personas que están a cargo del menor, ya que esto no se rige por el parentesco, sino por la cercanía que puede fluir entre ambos.

Pero, ¿qué hay más allá de este concepto? John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista infantil, explica para Mentes abiertas que el apego es el encargado de que el pequeño sienta seguridad o no en cualquier tipo de situaciones.

El especialista también recalca que el tipo de apego que se ha construido en la infancia influirá en la vida adulta del niño, tanto en la forma de expresar sus emociones, hasta en la elección de su pareja.

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Hay cuatro tipos de apegos y los detallaremos a continuación:

Apego seguro: en este caso, el menor se siente querido, aceptado y valorado, y esto se verá reflejado en la seguridad que transmitirá en la adultez. También tendrá comportamientos muy activos y se le hará fácil interactuar con el resto.

Los niños que hayan crecido con este apego tampoco tendrán miedo al abandono ni a ser independientes.

Apego ansioso y ambivalente: él o la menor no confía en los cuidados y presencia de sus padres o tutores, lo que genera inseguridad. Sentimientos como el miedo y angustia también afloran aquí.

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Los pequeños que han crecido en un ambiente así, siempre necesitarán la aprobación de sus progenitores. En el ámbito sentimental nunca estarán seguros, pues sentirán que sus parejas no los quiere o desea. Se dice que tendrán dependencia emocional.

Apego evitativo: los hijos son distantes porque no han llegado a sentir seguridad por parte de sus padres. También se sienten poco queridos y valorados, lo que les dificulta reforzar vínculos con otras personas.

Apego desorganizado: aquí se ve una mezcla entre el apego ansioso y evitativo. De acuerdo a los especialistas, es todo lo contrario al apego seguro, por ello los menores suelen tener comportamientos contradictorios e inadecuados.

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En la niñez, se puede ver que los pequeños tienen conductas explosivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus padres y otras personas.