Luis Silva Nole

Sin proponérselo y con Liliana cogiéndole el brazo derecho, Orestes marca el ritmo de la caminata. El paseo por el , que ambos forjaron hace 36 años y al que siguen dedicando sus días, es entusiasta, parsimonioso, seguro. Como si protagonizaran una analogía de sus vidas, van hacia adelante, siempre juntos. Quieren continuar haciendo realidad lo que parece imposible: convertir en autovalentes a personas con habilidades diferentes.  

Al pasar por cada ambiente de la institución ubicada en San Miguel, buque insignia de la educación especial en el país y referente internacional, padre e hija llaman por su nombre a cada alumno que corre a abrazarlos. “Son muy cariñosos. Somos una gran familia”, dice Orestes Mayo Musso, químico farmacéutico de 91 años.

Él ha heredado a la psicóloga de 63 años un inquebrantable espíritu de servicio social. “En su farmacia mi padre preparaba gratis remedios para personas pobres. Yo tengo esa vocación de servicio. Tengo esa energía. Mi padre es mi energía. Siempre me dice que vaya en busca de mis sueños”, refiere . Ella recibió en el 2007 la Orden del Sol del Estado Peruano en el grado de Comendador.

"No tengo lo que heredé, lo que gané lo perdí, solo tengo lo que di’, me decían mis padres”, recuerda Liliana, directora del Ann Sullivan.

Entre un par de aulas del tercer piso, apenas detienen el paso para saludar a Eduardo Quintanilla,egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ex alumno del Ann Sullivan. El síndrome de Asperger, un tipo de autismo, no le impidió a Eduardo estudiar una carrera, resalta Liliana, ganadora del Premio Reconocimiento  Adulto Mayor Prima AFP 2014 en la categoría Campo Social.

“Acá hay alumnos con síndrome de Down, parálisis cerebral, autismo y diversos grados de deficiencia cognitiva. El objetivo es que sean independientes, productivos y felices. ¡Sí se puede!”, exclama la doctora.

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Liliana y Orestes Mayo, padre e hija, motores del Centro Ann Sullivan del Perú. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)

“¿Nuestro sueño? La educación especial no es prioridad en el Perú. Queremos que todos los niños con habilidades diferentes del país tengan educación y que sus padres sean capacitados para acompañarlos en su desarrollo. Por eso ahora tenemos filiales en Piura y Reque, y queremos seguir creciendo”, afirma la también ganadora en 1999 del premio Reina Sofía de España en el área de Integración y Rehabilitación.

EL INOLVIDABLE GARAGE
Aun con su paso lento, Orestes también tiene clara la filosofía del centro: “La Escuela de Familia que brindamos compromete a los padres para que practiquen lo aprendido con sus hijos en casa”, señala el patriarca de los Mayo.

"Muchos de nuestros egresados trabajan en empresas importantes. Buscamos que la sociedad los trate con respeto y los valore”, dice el padre de la renombrada psicóloga.

Liliana siempre recuerda que el 20 de agosto de 1979 el centro empezó en el garaje que sus padres le cedieron en la casa familiar de La Punta. “Mi mamá [Yolanda Ortega; falleció en 1981] también me apoyó y me decía que ver la sonrisa de una madre de un niño especial es ver la sonrisa de Dios. Y hoy mi padre –dice la psicóloga– ve orgulloso que aquellos niños especiales del garaje y muchos otros son el sostén de sus familias. Él siempre me ha acompañado en este esfuerzo”. 

BENEFICIAN A MÁS DE 400 FAMILIAS

A los 23 años, en un hospital limeño, Liliana Mayo conoció a Paty, una niña con autismo que no hablaba y se golpeaba. Estimulándola y conversando mucho con ella, hizo que la menor hablara y mejorara su conducta. Tras ello, la psicóloga, graduada en San Marcos y con maestría y doctorado por la Universidad de Kansas, se inclinó hacia la educación especial.

Hoy el Centro Ann Sullivan , la institución sin fines de lucro que fundó en 1979 y que se sostiene en gran medida con donaciones, tiene 450 alumnos, entre niños y adultos. A los de bajos recursos se les beca. En la institución trabajan unos 80 profesionales. El teléfono de la institución es 514-7100.

A puertas del Día del Padre, que se celebrará este domingo, Liliana besa la mejilla de Orestes. Le agradece y siguen caminando.

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