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Congreso elimina el check-in obligatorio: qué hay detrás y qué dicen las aerolíneas
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La Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso de la República aprobó por mayoría el dictamen de un proyecto de ley que plantea eliminar el proceso obligatorio de check-in previo al embarque en vuelos comerciales. La iniciativa, propuesta por el congresista Guido Bellido (Podemos Perú), busca modificar el artículo 101 de la Ley 27261, Ley de Aeronáutica Civil. Ante ello, El Comercio recogió la opinión de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional.
El proyecto establece que la tarjeta de embarque debe ser entregada al pasajero de forma inmediata tras la compra del boleto aéreo, utilizando los datos ya proporcionados en ese momento. Con esta medida, se busca eliminar el requisito del check-in, tanto presencial como virtual, actualmente exigido por las aerolíneas varias horas antes del vuelo.
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Carlos Salas Abusada desglosa con rigor las noticias clave del día de lunes a viernes.
El texto aprobado sostiene que el actual proceso de check-in impone una barrera innecesaria para acceder plenamente al servicio contratado. Además, señala que condiciona la entrega de la tarjeta de embarque a un trámite adicional, que carece de justificación si ya se brindó toda la información personal durante la compra del pasaje.

En esa línea, el dictamen advierte que este procedimiento puede resultar especialmente complicado para personas mayores, usuarios con dificultades para acceder a plataformas digitales o pasajeros sin una conexión estable a internet. Por ello, eliminar el check-in buscaría simplificar el proceso de abordaje y garantizar que todos los pasajeros cuenten con su tarjeta de embarque sin pasos intermedios.
De ser aprobada en el pleno del Congreso y promulgada por el Ejecutivo, la norma establecería que los datos proporcionados durante la compra del pasaje serán suficientes para emitir automáticamente la tarjeta de embarque. Así, los pasajeros no tendrían que volver a ingresar su información, seleccionar asientos o confirmar su presencia horas antes del vuelo.
La modificación aplicaría tanto a vuelos nacionales como internacionales, siempre que las aerolíneas estén sujetas a la legislación peruana.
Aerolíneas lanzan alerta: seguridad en riesgo
En entrevista con El Comercio, Carlos Gutiérrez, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (Aetai), señaló que días antes de la aprobación del dictamen, la asociación envió al Congreso diversos documentos solicitando que esta normativa no siguiera adelante, ya que perjudicaría tanto al personal de los aeropuertos como a los pasajeros. Sin embargo, aseguró que no fueron tomados en cuenta.

Sostuvo que desde el inicio advirtieron que el proyecto tenía varias observaciones. “El check-in forma parte de un procedimiento diseñado para brindar mayor seguridad y protección; no es un capricho de las aerolíneas para fastidiar al pasajero. Es necesario para ejecutar el transporte aéreo y es una práctica estandarizada a nivel mundial”, afirmó.
“No entiendo cómo al Perú se le ocurre emitir una norma diciendo que el check-in es abusivo o engorroso. No son argumentos válidos, son solo opiniones que parecen venir de personas que no conocen el tema. Dicen que es una carga innecesaria para el pasajero, pero no entienden que es una práctica internacional basada en estándares. Que Perú lo cambie no significa que el resto del mundo también lo hará”, agregó.
Gutiérrez advirtió que esta propuesta va en contra de los parámetros del transporte aéreo. “Los argumentos que califican al check-in como una práctica abusiva no tienen sustento. Hoy existen muchos riesgos, desde errores en los datos de los pasajeros hasta dificultades logísticas en el aeropuerto. El Estado peruano estaría incurriendo en un grave incumplimiento, al pretender eliminar una etapa clave de control y seguridad, tanto para el personal como para los pasajeros, todo bajo la excusa de simplificar el proceso”, expresó.

Aseguró, además, que en la práctica la medida no será viable, ya que quien compra el pasaje no necesariamente es quien viaja. “Se deberían buscar otros mecanismos o reformas que protejan verdaderamente los derechos de los pasajeros sin afectar la operatividad del servicio aéreo. Este tipo de iniciativas, que intentan modificar un modelo de negocio desarrollado durante años, no son adecuadas”, indicó.
“No hay razón para que esta nueva normativa legal exista. En el Congreso dicen que el check-in les parece abusivo, pero eso es solo una opinión sin datos ni pruebas. Deberían realizar un análisis mucho más profundo y debidamente sustentado del impacto que podría generar”, dijo.
“Hay un aspecto operativo de control, ya que 48 horas antes del viaje la aerolínea define la aeronave que cubrirá la ruta, y recién en ese momento se pueden asignar los asientos. Lo más relevante es que esta medida iría en contra de una disposición de la Comunidad Andina, una norma supranacional que establece que el check-in es responsabilidad del pasajero. Si se aprueba el proyecto, seríamos el único país que contraviene el funcionamiento global de la industria”, advirtió.
Agregó que el procedimiento no es engorroso, ya que solo se requiere cargar la información 48 horas antes del vuelo, lo cual puede hacerse de forma virtual o presencial. Además, advirtió que eliminar el check-in podría generar problemas si un pasajero decide vender o endosar su boleto a otra persona.

Por su parte, Martín La Rosa, Area Manager de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para Perú y Bolivia, comentó que eliminar el check-in comprometería tanto la seguridad de los vuelos como las relaciones bilaterales entre países. “Para lograr un adecuado intercambio entre naciones, es necesario hablar el mismo idioma en términos operativos y homologar procesos que generen confianza entre las partes. Esto no solo aplica a los vuelos internacionales, donde ambas autoridades deben compartir los mismos estándares, sino también a los viajes de ciudadanos a otros países, donde se espera que se adopten las mejores prácticas de la industria”, señaló.
Advirtió, además, que si se elimina este procedimiento, los peruanos podrían enfrentar restricciones al momento de ingresar a otros países.
Análisis
Juan Ñahue, abogado experto en protección al consumidor, comentó a El Comercio que el proyecto de ley busca mejorar la experiencia del pasajero al eliminar el proceso de check-in, basándose únicamente en los datos proporcionados al momento de la compra del pasaje. “Teóricamente, esta modificación haría el proceso más ágil. Sin embargo, la eliminación del check-in podría generar complicaciones operativas para las aerolíneas, especialmente en lo que respecta a la verificación de identidad y la gestión de asientos en casos de sobreventa”, explicó.

“La efectividad de esta simplificación dependerá de cómo las aerolíneas manejen los posibles riesgos derivados de eliminar el check-in, en especial los relacionados con la seguridad y la verificación de documentos de viaje, esenciales para proteger los derechos de los pasajeros. Este proceso cumple un propósito clave: garantizar que los datos proporcionados sean correctos y validar documentos esenciales como pasaportes y visas”, añadió.
Ñahue advirtió que uno de los principales riesgos es el aumento de errores en los datos de los pasajeros, ya que la ausencia de verificación previa podría hacer que se detecten inconsistencias en la información recién en el aeropuerto. Además, sin este procedimiento, podrían presentarse dificultades al validar documentos importantes, lo que podría impedir el embarque.
Agregó que, a nivel logístico, eliminar el check-in podría ocasionar congestión en los aeropuertos, al no contar con mecanismos adecuados para gestionar la asignación de asientos o resolver situaciones de sobreventa antes del embarque.
“Más que eliminar el check-in como obligación, lo recomendable sería transformarlo en un proceso más eficiente, automatizado y amigable para el usuario, que mantenga las garantías necesarias para la seguridad operativa y el cumplimiento normativo. De esta manera, se protege el derecho de los pasajeros a una experiencia de viaje simple y segura, sin afectar el buen funcionamiento del servicio aéreo”, concluyó.










