El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) ha reportado 46 incendios forestales activos, 18 fallecidos y más de 100 heridos en el país. Este panorama ha generado preocupación entre los ciudadanos sobre las consecuencias y el tiempo que tomará recuperar las áreas afectadas. El Comercio conversó con expertos, quienes coinciden en que esta situación es solo la punta del iceberg de una trama mucho más compleja, lo que dificultará la restauración completa del ecosistema.
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En una entrevista con El Comercio, el biólogo y gestor público Diego Padilla informó sobre el panorama que podemos proyectar. “Lo más importante para entender la situación de incremento de incendios forestales es por qué se generan”, señala. “El principal factor son los motores de deforestación. Dependiendo de dónde nos encontremos, ya sea en la Amazonía o en la zona andina, cada parte del país tiene particularidades. Un gran porcentaje de incendios se debe a quemas para ampliar la frontera agrícola, lo que ha venido pasando por tantos años en Perú. Las personas que tienen chacras quieren ampliarlas y para ello queman el bosque. Luego, ya no es bosque, sino una zona de cultivo que utilizan”, dijo.
Padilla también menciona que “es un problema complejo. Algunos objetivos son la ampliación de zonas agrícolas, tráfico de terrenos, y otras prácticas ilegales. En algunos lugares, la quema es una práctica que permite eliminar residuos para las siguientes campañas de cultivo, lo que puede derivar en incendios forestales”.
Respecto a los incendios forestales, Padilla advierte que “hay más incendios forestales en comparación con otros años, y esto se agrava con una ley antiforestal que ha sido muy cuestionada porque está promoviendo la deforestación. Si una persona incendia el bosque y amplía su predio agrícola sobre un terreno que antes era bosque, lo podría hacer. Esto quiere decir que todas las áreas que están incendiadas, desde el momento en que se pueda tomar mano de ese terreno, se podría inscribir a un propietario. Esta ley permite que eso ocurra, lo cual es muy perjudicial”.
Añade que “podríamos proyectar que, por esta ley, los incendios forestales podrían seguir ocurriendo, lo que supone una gran amenaza. No es cierto que esta normativa beneficie; de hecho, es todo lo contrario”.
Tiempo de recuperación
En cuanto al tiempo de recuperación de las áreas quemadas, Padilla expresa su preocupación por la restauración ecológica. “Para nosotros, restaurar el ecosistema implica preguntarnos qué funciones ecológicas se van a restaurar. Plantar un árbol en un bosque quemado no significa restauración; solo es una plantación. Recuperar un ecosistema puede demorar desde cinco años hasta infinito, ya que el bosque es un sistema completo”, dijo.
Además, destaca el impacto en la fauna. “Cuando se quema el bosque, las especies animales salen perjudicadas. A menudo, empatizamos con los animales que conocemos, pero también hay microorganismos y todo un ciclo ecológico que se ve interrumpido por estos incendios. Muchas veces, los animales ya no tienen dónde escapar. El impacto en flora y fauna es importante y considerable. La resiliencia de los ecosistemas nos invita a pensar que las poblaciones deben tener una actitud de urgencia y empatía hacia las especies que no la están pasando bien en este momento”, expresó.
Padilla advierte también que “solo personal capacitado puede atender a los animales afectados por las quemas, ya que en las mismas zonas de la Amazonía pueden estar expuestos a situaciones de zoonosis, donde pueden saltar enfermedades de la fauna silvestre a los humanos. Hay que tener mucho cuidado”.
Por otro lado, Carlos Calvo Mac, médico veterinario zootecnista y director de proyectos de la ONG ConservAcción, sostuvo que “muchos de estos animales pueden tener complicaciones serias: intoxicación por monóxido de carbono, inhalación de humo, problemas respiratorios, cardiovasculares e inmunológicos, tanto a corto como a largo plazo”.
Calvo Mac añade que “las consecuencias sobre sus capacidades de sobrevivir son graves. Hay cosas que suceden ahora y otras que sucederán a largo plazo. Las quemaduras son otra consecuencia que afecta su capacidad de sobrevivir y altera el funcionamiento de sus organismos. Alterar su ecosistema también los perjudica a ellos, no solo a los pobladores”.
Respecto a cómo se puede salvaguardar la integridad de los animales, señala que “una de las cosas carentes de este país es la toma de decisiones basadas en fundamentos científicos. Muchas veces, las decisiones son basadas en lo emocional o popular. Esto causa que la gente tome acciones por cuenta propia y se exponga. No deben tocar a los animales silvestres. Las autoridades deben tomar acciones con fundamentos científicos y tener logística para implementarlo”.
Además, Cristy Díaz Atencia, coordinadora del Programa de Naturaleza y Cultura en Ucayali, comentó sobre cómo proyecta que se seguirán desarrollando los incendios forestales. “Los incendios forestales nos generan una pérdida de biodiversidad, cambio climático y pérdidas económicas. Se está viendo que los incendios se siguen activando. Hay 24 focos de incendios, 3 activos, y pueden seguir incrementando. Estamos muy preocupados por la situación de los niños y las personas vulnerables. Si no hacemos nada, esto no va a parar”, dijo.
Díaz Atencia también destaca el impacto en la salud pública. “En el tema de salud, hay bastantes enfermedades respiratorias, principalmente neumonía, que afectan a los ciudadanos. Esto se ve en todos los hospitales”, comentó. Hizo un llamado a las autoridades. “Desde los primeros incendios, pedimos que se dejen de quemar basuras. Nadie debería quemar nada porque eso incentiva los incendios forestales. Hay una cultura de quemar basura, y eso no está bien. Es un tema de responsabilidad de cada ciudadano. Debemos adaptarnos a que esto no siga realizándose, porque perjudica la salud”, expresó.
Por su parte, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental comunicó que la Presidencia de la República debe ejecutar medidas inmediatas y necesarias en respuesta a la ocurrencia de estos desastres. “Es fundamental que el Estado trabaje de manera constante y oportuna en la prevención de incendios forestales que amenazan nuestro patrimonio natural cada año, y que podrían acentuarse en el futuro debido a condiciones climáticas adversas. Esto implica la actualización del Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales”, informó.
La entidad añadió que es importante que el Estado tenga también un enfoque preventivo y no solo sancionador. Esto implica generar conciencia sobre los riesgos del uso no controlado del fuego, buscar alternativas a la quema para fines agrícolas y construir capacidades para migrar a prácticas más sostenibles. “Perú cuenta con una Estrategia de Restauración de Ecosistemas Degradados que debe ser implementada de manera rápida y oportuna, priorizando presupuesto para ello; sino todos los ecosistemas que integran el patrimonio forestal y de fauna silvestre de la nación se verán afectados”, dijo.