Gladys Pereyra Colchado

Con la impunidad que le otorga un sistema de justicia que no atendió la primera denuncia, Hialmar Laynes Sánchez lleva 18 meses acosando a –por lo menos– cinco mujeres. Las ha amenazado de muerte, se ha jactado de conocer sus datos personales, el lugar donde estudian sus hijos, qué hacen sus familiares. Les ha mandado fotografías pornográficas e insultado con todos los agravios posibles. Lo detuvieron una vez y lo soltaron. Se pronunció el Ministerio de la Mujer y el Ministro del Interior y nada pasó. El viernes, luego de dos semanas de la última vez que estuvo en manos de la policía, se ordenó su captura. Pese a todo, hasta ahora sigue libre.

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