Desde hace un mes los grupos de jóvenes que se reunían en el parque Mariscal Ramón Castilla, en Lince, se han visto afectados por la restricción de la Ordenanza Municipal N° 376-2016-MDL, que prohíbe la recreación activa, comercio ambulatorio y aglomeración en los jardines considerados áreas de reserva ambiental (ARA).
Sin embargo, un grupo de vecinos denuncia la contradicción de dicha norma porque el municipio dio en concesión una parte del parque a la empresa Future Park S.A.C. para la instalación de juegos recreacionales en zonas aledañas y que, a su parecer, perjudica el ornato del emblemático parque y reduce los espacios para esparcimiento de los niños y adolescentes.
“Los juegos mecánicos han reemplazado las áreas que antes eran usadas por los niños para patinar, montar bicicleta o jugar fútbol. Es triste porque le hacen daño a nuestro parque”, reclama Eileen Murphy, una de las voceras de los vecinos.
La municipalidad explicó que, a cambio del permiso para la instalación de los juegos, la empresa se encargará de la limpieza de la laguna artificial, el mantenimiento de los juegos y gimnasios y el cuidado de las áreas verdes del parque Castilla y otros en el distrito.
Pero los vecinos denuncian que la empresa no cumple con los acuerdos establecidos. El Comercio pudo constatar que en la zona de la palestra el pasto está en malas condiciones y que en el área de la laguna, donde viven peces, hay basura.
Los vecinos temen que el parque se convierta en un club privado donde solo se pueda acceder con previo pago.
—Lince responde—
El gerente de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad de Lince, Carlos Price, asegura que la nueva ordenanza sobre la utilización de las áreas verdes corresponde a un pedido de los propios vecinos del parque quienes se quejaron de los ruidos ocasionados por los grupos de baile.
“Llegan al parque en grupos grandes para bailar y realizar eventos. Lamentablemente se realizaba sin ningún orden”, señala Price.
Según el representante edilicio, el parque cuenta con una explanada y dos anfiteatros para uso de estos grupos, pero que son las personas que no viven en el distrito las que ocasionan el desorden. “Vienen con equipos de sonido y hacen ruido, como los de baile coreano que no pertenecen al distrito, sino que son de zonas cono-urbanas”, aseguró.
Javier Bouby Vega, director de la carrera de Arquitectura y Urbanismo Ambiental de la Universidad Científica del Sur, explica que la municipalidad entra en una contradicción con la ordenanza, pues son los juegos mecánicos los que ocasionan los ruidos molestos y no las actividades recreacionales de las personas.
“Lima es una ciudad con un área de parque por debajo de los índices de habitabilidad. Son los juegos [mecánicos] los que generan ruidos molestos que perturban, por ejemplo, a las aves de la zona”, indicó Bouby Vega.
De acuerdo con el experto en temas urbanos, prohibir actividades físicas, como el baile o el deporte, en las áreas verdes es desvirtuar el comportamiento natural de un vecindario que posee parques y jardines.
Por ese motivo, los vecinos que están en desacuerdo con las restricciones van a organizar una marcha el próximo 10 de setiembre. Para ello crearon una página en Facebook llamada: Devuelvan el Parque Castilla a las Personas. En ella explican su preocupación por las normativas de la municipalidad