“Un incendio y no la contamos”, me dijo Jesús, fotógrafo del Diario. Ayer recorrimos Mesa Redonda para verificar el estado de la zona a pocos días de la Navidad. Al promediar la 1:30 p.m., ingresamos por el cruce del jirón Ayacucho con la avenida Nicolás de Piérola, donde el panorama era caótico. Para entrar, tuvimos que atravesar una reja cerrada por personal de fiscalización de la Municipalidad Metropolitana de Lima y enfrentarnos a una gran cantidad de vendedores ambulantes. Por indicación de los trabajadores municipales, accedimos por un extremo, y desde allí nos adentramos en un mar de personas, cientos de ambulantes y un calor sofocante.
El municipio limeño instaló rejas en los principales accesos a Mesa Redonda con la finalidad de disminuir el comercio ambulatorio. Sin embargo, según lo observado por este medio, las estructuras solo han generando mayor caos para transitar. Los vendedores ambulantes no han desaparecido; al contrario, se han incrementado debido a la cercanía de las fiestas. En la cuadra 8 del jirón Ayacucho, por ejemplo, se contaron aproximadamente 50 vendedores en las calles, aunque la cifra podría ser mayor.
“Nos tienen aquí encerrados. No podemos caminar, no podemos avanzar señorita”, manifestó un vendedor de unos 60 años que llevaba peluches de capibaras, muy populares por estos días en el centro de Lima y en las redes sociales. El comerciante indicó que las rejas regularmente permanecen cerradas, lo que provoca que las personas se amontonen al intentar salir.
El recorrido desde el jirón Ayacucho hacia el jirón Andahuaylas fue desafiante. Optamos por ingresar por el jirón Cusco, lo cual resultó ser una mala decisión, ya que el paso se volvió intransitable. Los vendedores ambulantes ocupaban casi toda la pista y la vereda, obligando a las personas a avanzar en dos filas y a paso lento, mientras los comerciantes ofrecían productos con precios desde S/1 hasta S/20. Aunque accesibles, las condiciones representaban un peligro para los visitantes.
En una entrega anterior, este Diario informó que en Mesa Redonda operan 62 galerías con aproximadamente 1.500 comerciantes.
Diariamente, cerca de 500.000 personas visitan Mesa Redonda, con la mayor concentración en el jirón Andahuaylas, entre las cuadras 8, 9 y 10. En esta área, la congestión es tal que las personas tienen dificultades para entrar o salir de las galerías y se ven obligadas a recurrir a los vendedores ambulantes que se ubican en las pistas.
Aunque hay presencia policial y personal municipal, la sensación de inseguridad persiste por la ausencia de salidas de emergencia claramente visibles. Según el plan “Navidad Segura 2024″ del Ministerio del Interior, 750 policías están desplegados en turnos por Mesa Redonda, el Mercado Central y el Triángulo de Grau. Por su parte, el municipio limeño ha asignado 1.200 trabajadores, entre serenos, fiscalizadores e inspectores, para apoyar a la policía.
En los alrededores de Mesa Redonda se vende una amplia variedad de productos: zapatillas, adornos navideños, alfombras, comida y pirotécnicos. Este último punto es alarmante. En la cuadra 9 del jirón Andahuaylas, un vendedor ambulante nos ofreció pirotécnicos desde S/1, mientras nos encontrábamos casi aplastados por la multitud. Un incendio en estas condiciones, además del impacto del siniestro, podría desencadenar una estampida mortal. Cabe recordar que hace 23 años, un incendio en Mesa Redonda dejó casi 300 muertos y aproximadamente 140 heridos.
El Comercio constató que, aunque hay más de cinco accesos peatonales abiertos, el tránsito sigue siendo restringido. En sectores con rejas, estas no se pueden abrir fácilmente. Esto fue especialmente evidente en el cruce de la avenida Nicolás de Piérola con el jirón Ayacucho y en el ingreso del jirón Inambari. Además, la Municipalidad de Lima ha instalado rejas en 15 intersecciones y otras de menor tamaño entre jirones. Estas últimas parecen abandonadas, obstruyendo el paso y sin un uso claro. Algunas rejas en las intersecciones están rodeadas de carritos y puestos ambulantes, lo que dificultaría su apertura en emergencias.
Una situación similar de acumulación de personas y vendedores ambulantes también se presenta en el Barrio Chino y los alrededores del Mercado Central. En estas zonas, al igual que en Mesa Redonda, se observó una alta concentración de comerciantes informales en las calles y aceras, lo que genera congestión y dificulta el tránsito de los visitantes. La afluencia masiva de personas ha incrementado el desorden en estas áreas, afectando el flujo normal de quienes circulan por la zona.
Supervisión
Este miércoles, la Defensoría del Pueblo supervisó la zona comercial y confirmó que las rejas instaladas no cumplen con controlar el comercio ambulatorio. “La Defensoría del Pueblo comprobó que dichas estructuras no estarían cumpliendo el objetivo para el que fueron implementadas. Asimismo, que en algunos casos podrían convertirse en obstáculos para el ingreso de ambulancias u otros vehículos en casos de emergencia”, informaron.
Asimismo, alertaron que casi todo el jirón Inambari está prácticamente invadido por comerciantes que han tomado la pista y vereda para armar sus puestos, lo que impide el desplazamiento normal de las personas que acuden al lugar. Además, indicaron que estibadores y cargadores ubican sus productos en medio de las vías, incrementando el desorden. “Pudo evidenciarse que esta actividad se desarrolla en cualquier momento del día pese a que, de acuerdo a lo informado por el personal de la MML, el ingreso de mercadería solo está permitido entre las 21:00 y las 9:00 horas”, añadieron.
En una supervisión previa, la Defensoría notó que abrir una reja en el cruce del jirón Huallaga con la avenida Abancay tomó dos minutos, tiempo crítico en una emergencia. En la última visita, se comprobó que ahora hay dos rejas en dicho punto, complicando aún más la situación.
La jefa de la sede defensorial de Lima, Estela Lozano, reiteró su llamado a la Municipalidad de Lima para evaluar la eficacia de las medidas adoptadas en el control del comercio ambulatorio en Mesa Redonda. “Estando a pocos días de celebraciones importantes como Navidad y Año Nuevo, nos preocupa cómo se va a actuar en una emergencia que ponga en riesgo la integridad de las personas, por lo que hacemos un llamado a la MML a implementar medidas que realmente resulten efectivas para permitir que las vías públicas queden libres para el tránsito de ambulancias y otras unidades de emergencia”, precisó lozano.
Intentamos comunicarnos con la Municipalidad Metropolitana de Lima para obtener sus descargos sobre la gran cantidad de vendedores ambulantes en Mesa Redonda, la utilidad de las rejas instaladas en la zona y los planes previstos en caso de emergencia; sin embargo, no obtuvimos respuesta.