Entre toda la riqueza cultural del Centro Histórico de Lima, Barrios Altos es la zona donde mejor se ha podido preservar “el sabor de la Lima Antigua”. Estas palabras de Luis Martín Bogdanovich, arquitecto y gerente de Prolima, describen la relevancia del área que, como sugiere su nombre, ocupa la parte más elevada del damero de Pizarrro.
Desde el 2019, Prolima, órgano desconcentrado de la Municipalidad de Lima (MML), ejecuta el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima 2019-2029, proyecto que pretende recuperar su valor cultural y turístico. “Barrios Altos conserva una gran parte de los elementos que hicieron que el Centro Histórico de la capital sea reconocido Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por ejemplo, allí se encuentra la mayor cantidad de monasterios de clausura donde hasta ahora habitan monjas que llevan esta forma de vida”, explica Bogdanovich.
Prolima ya ha culminado tres proyectos en Barrios Altos: la recuperación de jardines y la pileta ornamental y el monumento a Antonio Raimondi en la Plaza Italia; la Restauración de la fachada de la iglesia de San José de las Descalzas; y la restauración de las esculturas y pileta de la Plazuela del Cercado.
Actualmente, el programa ejecuta la restauración de la fachada del conjunto de la Buena Muerte y de la iglesia de las Trinitarias, dos obras en el cruce de los jirones Áncash y Paruro. Asimismo, Prolima contempla próximos proyectos en Barrios Altos. Entre ellos, resalta la puesta en valor del antiguo Hospital Real de San Andrés.
El Comercio accedió a los tres monumentos, que forman parte del Patrimonio Cultural de la Nación.
"Los tres monumentos contarán con iluminación LED nocturna. Todas las obras que realizamos están estratégicamente pensadas y conectadas entre sí. Peatonalización, alumbrado público, restauración de plazas e iglesias. Así es el paso a paso de la labor integral de Prolima en el Centro Histórico"
Luis Martín Bogdanovich, gerente de Prolima
Iglesia de las Trinitarias: la futura joya de Barrios Altos
El nacimiento del monasterio de las Trinitarias se remonta a 1671, cuando el padre Francisco Javier y Alonso Riero, con el aporte económico de la española Ana de Robles, manifestaron la intención de fundar un recogimiento religioso en cruce de los actuales jirones Áncash y Paruro. El recinto se fundó y posteriormente se convirtió en un beaterio.
El monasterio empezó a funcionar el 30 de septiembre de 1676 tras la aprobación mediante cédula real. A inicios del siglo XVIII vivían en el monasterio 36 religiosas de clausura. La construcción del templo inició el 31 de enero del año 1708, bajo la advocación de la Santísima Trinidad, y concluyó en 1722. Actualmente, alrededor de 40 monjas de clausura viven en en el beaterio.
Los trabajos para la recuperación de la fachada de la iglesia y monasterio de las Trinitarias iniciaron en junio del 2023. Abarcan intervenciones en todos los zócalos y muros, así como en su frontis, que comprende la portada principal, dos torres y los campanarios. Gracias al retiro de 23 capas de pintura moderna, PROLIMA halló antiguos vestigios de pintura mural que cubren toda la iglesia y serán puestos en valor como parte de la intervención. De esta manera, la iglesia recuperará su aspecto primigenio.
“Las torres de los campanarios conservan la pintura mural hecha con la técnica de la grisalla, que es una pintura realizada en tonos negros, blancos y grises. Esta técnica de pintado se usó en otras iglesias de Lima, pero solo la iglesia de Trinitarias la ha conservado hasta nuestro tiempo. Abrirá una ventana al pasado”, narra Bogdanovich.
Los murales hechos con grisalla en las torres de la iglesia mostrarán figuras geométricas y dibujos que imiten a ladrillos. A esta técnica pictórica se le conoce como trampantojo. En la portada principal, se observarán los murales marmoleados que tuvo el edificio en su origen.
De acuerdo con Bogdanovich, una vez culminada la recuperación de su fachada, la iglesia de las Trinitarias será la joya de Barrios Altos: “No debería haber limeño que se quede sin ver la belleza de su arquitectura y sus murales”, sostiene.
El gerente de Prolima explicó a El Comercio que esta obra está prevista a concluir en abril del próximo año.
Conjunto de la Buena Muerte
Frente a la iglesia de las Trinitarias, se ubica la iglesia y convento de la Buena Muerte conforman, junto con la plazuela del mismo nombre, un conjunto arquitectónico religioso, edificado hacia la segunda mitad del siglo XVIII. Fue construida originalmente por la congregación de San Camilo, quienes a inicios del siglo XVIII construyeron una capilla bajo la advocación de la Virgen de la Buena Muerte o del Tránsito.
Cabe resaltar que la iglesia de la Buena Muerte es la única en Lima que se encuentra sobreelevada medio nivel con respecto a otras iglesias de la ciudad.
El conjunto de la Buena Muerte también comprende la clínica y el hogar de la obra de San Camilo. Ambos espacios cumplen la labor samaritana de la congregación. “En la clínica, la orden de los Camilos atiende consultas médicas de todo tipo. El hogar San Camilo atiende a niños con VIH. Ambos espacios continuaron con su atención durante las obras”, explica Bogdanovich.
El objetivo del proyecto de restauración de la fachada del conjunto de la Buena Muerte es devolverle sus elementos ornamentales originales. Por ejemplo, se restaurará el trazo y materiales originales de las graderías de ladrillo en el atrio de la iglesia, así como las hornacinas, ánforas, pináculos, balaustradas y cruces.
Los trabajos incluyen el retiro de capas de pintura moderna de la fachada y de la portada principal. En las paredes laterales, se quitaron capas de cemento de una pulgada. De esta manera, el conjunto de la Buena Muerte recuperará el acabado original de piedra que tuvo en sus inicios.
“El retiro de las capas de cemento en las paredes laterales permitió encontrar restos de pintura mural sobre las dos portadas del convento de la Buena Muerte colindantes con el jirón Áncash. Estos murales muestran figuras geométricas y la antigua numeración de locales comerciales que funcionaban en el convento, que hasta el siglo XIX tenía espacios alquilados a negociantes. Sabemos, por ejemplo, que aquí funcionó una lechería”, relata Bogdanovich.
El gerente de Prolima explicó a El Comercio que la restauración de la fachada de la iglesia y el convento de la Buena Muerte culminaría este año. Acerca de la plazuela del mismo nombre, Bogdanovich señala que esta semana el Ministerio de Cultura ha aprobado el proyecto para su recuperación. En consecuencia, las obras para la recuperación de este espacio podrían empezar antes del inicio del 2024.
Recuperación del antiguo Hospital Real de San Andrés
El antiguo Hospital Real de San Andrés es el hospital más antiguo de Sudamérica. Fue construido en la década de 1550 en la octava cuadra del Jirón Huallaga por disposición del virrey Andrés Hurtado de Mendoza. Es, por tanto, un vestigio de los años inmediatos a la fundación de Lima (18 de enero de 1535).
En el inmueble se fundó el Colegio de Medicina y Cirugía San Fernando, que más adelante tomó el nombre de Facultad de Medicina “San Fernando” de la universidad de San Marcos. En 1792, este espacio albergó el primer anfiteatro anatómico, una sala que impulsó la enseñanza de la anatomía. Hipólito Unanue, médico y precursor de la independencia, fue el más ilustre catedrático que acudió al Hospital de Real de San Andrés a dictar cátedra sobre el estudio de la estructura de los seres vivos.
Funcionó como hospital hasta 1875. Después del cierre del nosocomio, el lugar se convirtió en un hospicio para niños y niñas abandonados o huérfanos desde finales del siglo XIX hasta 1974.
El proyecto de inversión pública de Prolima para la recuperación y puesta en valor del antiguo Hospital Real de San Andrés tiene, además, un fin social y educativo. Una vez restaurado el inmueble, será la sede de la Escuela Taller de Saberes y Oficios Tradicionales.
“Algunos vecinos de Barrios Altos se quejan y se preguntan qué beneficio les trae vivir entre tanto edificio viejo y a punto de caerse en el Centro de Lima, más allá de que estos sean valorados por su historia. Queremos involucrarlos en la recuperación del Centro Histórico para que, a través de la formación en talleres de restauración, también obtengan empleo”, explica Bodganovich.
En el antiguo nosocomio se dictarán cursos de restauración de piezas históricas en diferentes técnicas: pintura mural y yesería, hojalatería y pedrería, cantería, forja y cerería, cerámica y azulejería, vitralería, albañilería, fundición y fabricación artesanal en madera. De esta manera, los habitantes de Barrios Altos podrán trabajar aplicando lo aprendido para preservar el valor histórico de su zona.
“El anteproyecto de la obra está aprobado y la inversión pública para la misma ha sido declarada viable. Estamos trabajando que se destinen los recursos para empezar las obras. Dios mediante, la recuperación del hospital de San Andrés iniciaría a fines de este año o inicios del 2024″, detalla el gerente de Prolima.
Restauración del Hospital Real de San Andrés: S/ 21 millones 831 mil 422 soles
Fachada de la Iglesia de las Trinitarias: S/ 9 millones 443 mil 470 soles
Fachada del conjunto de la Buena Muerte: S/ 4 millones 088 mil 324 soles