Redacción EC

Las ballenas enfrentan una amenaza silenciosa y mortal: el enmallamiento en redes de pesca en las costas. Este problema, cada vez más grave, está poniendo en peligro la supervivencia de muchas especies. Solo hace unos días se reportó el atrapamiento de una ballena franca austral, una población compartida entre nuestro país y Chile, y catalogada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La misma ballena fue observada nuevamente con su cría el último sábado 21 de septiembre en Máncora, Piura. A pesar de que se reportó el incidente, las autoridades no estuvieron disponibles para el rescate.

Este grave problema es uno de los temas más urgentes de la agenda de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que, por primera vez, se reunirá en Perú, lo que posiciona a nuestro país como el epicentro de la discusión mundial sobre la conservación de las ballenas.

El evento, que será del 23 al 27 de septiembre en el hotel Los Delfines de San Isidro, reunirá a expertos y representantes de gobiernos de todo el mundo para enfatizar la urgencia de reducir de la captura incidental (o no accidental en la pesca) y el enmallamiento en redes, una amenaza significativa para ballenas y delfines tanto del océano como de aguas continentales.

Perú, con su extensa costa y una rica biodiversidad marina, se ha visto particularmente afectado por el enmallamiento de cetáceos. Según datos de WWF Perú, se han registrado más de 100 casos de enredos de ballenas en las aguas peruanas. Esta problemática no solo afecta a la fauna marina, sino que también tiene consecuencias económicas para las comunidades pesqueras.

“Históricamente, se han registrado más de 102 enredos de ballenas a lo largo de la costa peruana. En lo que va del 2024, ya se han reportado 9 incidentes y eso sólo es la punta del iceberg, porque la mayoría de los enredos de ballenas y delfines no se reportan. Estos enredos a menudo resultan en pérdidas económicas considerables para los pescadores locales, con pescadores de altura y costeros reportando pérdidas promedio de S/. 10,613.6 y S/. 1,949.6, respectivamente,” afirma Piero Uceda, oficial asociado de WWF-Perú.

Miles cetáceos mueren cada año

Se estima que hasta 20.000 cetáceos mueren cada año en las pesquerías peruanas debido a la captura incidental, siendo la marsopa espinosa y el delfín oscuro las especies más afectadas. Esto ha generado una importante preocupación a escala global.

Debido a la elevada tasa de capturas incidentales y a los temores relacionados con el futuro de las poblaciones locales, la CBI y el Grupo de Especialistas en Cetáceos de la UICN dieron la voz de alarma y pusieron de manifiesto su grave preocupación.

Del mismo modo, para cumplir con los requerimientos de exportación de productos pesqueros a Estados Unidos bajo la Ley de Protección de Mamíferos Marinos (MMPA por sus siglas en inglés) de ese país, Perú tiene la obligación de monitorear y mitigar la captura incidental de mamíferos marinos en sus pesquerías artesanales e industriales.

En la Amazonía

La pesca incidental no se limita a los ambientes marinos, ya que también afecta los ecosistemas acuáticos continentales. En la Amazonía, los delfines de río enfrentan capturas accidentales que no solo provocan una muerte no intencionada, sino también pérdidas económicas para los pescadores debido a los daños en sus redes.

Por ello urge la actualización del Reglamento de Ordenamiento Pesquero de la Amazonía Peruana (ROPA), asegurando que incluya lineamientos que garanticen una coexistencia armoniosa entre las pesquerías y los delfines de río, fomentando su conservación y el aprovechamiento sostenible de los ecosistemas acuáticos.

Implementar medidas de prevención

La CBI le permite a Perú acceder a apoyo técnico internacional crucial para enfrentar los enredos y la captura incidental de cetáceos tanto marinos como continentales. A través de esta colaboración, Perú puede implementar tecnologías avanzadas para reducir el riesgo y prácticas eficaces para atender los enredos cuando ocurren.

WWF-Perú trabaja con pescadores tanto marinos como continentales en la promoción de buenas prácticas pesqueras y la implementación de medidas de prevención del enmallamiento de ballenas y delfines.

“El impacto de la pesca en los cetáceos destaca la necesidad urgente de encontrar soluciones que protejan tanto nuestra biodiversidad marina como las comunidades que dependen de los recursos marinos”, señaló Aimée Leslie, directora de Conservación de WWF-Perú.

En ese sentido, la reunión de la CBI en Perú no es solo un evento crucial para la conservación global de cetáceos, sino también una oportunidad única para que Perú demuestre liderazgo en la protección de estas especies a nivel internacional.

A través de la cooperación y el apoyo técnico que ofrece la CBI, el país está en posición de avanzar en la implementación de medidas efectivas contra los enredos y la captura incidental, asegurando la conservación de estas especies y las comunidades que dependen de ellas.

WWF-Perú continuará colaborando con el Gobierno peruano y las comunidades locales para asegurar una pesca sostenible, promoviendo una coexistencia armoniosa entre las actividades humanas y la vida y el medio marino.

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