Hasta las 6:30 p.m. del miércoles 11, la incertidumbre reinaba en los exteriores de la casa de Keiko Fujimori. La expectativa por conocer el estado de salud de su padre, el expresidente Alberto Fujimori, quien se encontraba al interior, era tal que decenas de medios de comunicación, incluso internacionales, se apostaron desde temprano en el frontis del domicilio a la espera de nueva información.
En paralelo, las redes sociales se convirtieron en un hervidero de especulaciones y debates acalorados sobre la supuesta muerte de Alberto Fujimori, que aún no había sido confirmada oficialmente. La coincidencia de que ese mismo día falleciera Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso, intensificó las discusiones, polarizando aún más a la opinión pública. Mientras algunos usuarios señalaban que se trataba de una confusión mediática o una coincidencia macabra, otros difundían teorías sobre un posible encubrimiento o estrategia política. La falta de información clara alimentó aún más el desconcierto y las reacciones extremas en ambas direcciones.
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Tras varias horas de espera, finalmente se anunció que el exmandatario había partido y con ello el escenario al exterior de la casa comenzó a exacerbarse. Unos primeros 30 simpatizantes de Fujimori llegaron hasta el lugar para manifestar su sentir ante esta pérdida. Por medio de arengas y vivas respaldaron a la familia y el legado de quien consideran el mejor presidente en la historia del Perú. Frases como “aquí están los fujimoristas de corazón”, " el chino está presente”, entre otras, resonaron en el exterior de la vivienda.
No fueron pocos los momentos en que simpatizantes de Fujimori tuvieron tensos cruces de palabras con personas que llegaron para recriminar las acciones llevada a cabo por el expresidente, haciendo que agentes de la Policía Nacional intercedieran para que la situación no pase a mayores.
Mientras tanto, después de la confirmación de la muerte de Alberto Fujimori, transcurrieron varios minutos antes de que algún allegado a la familia hiciera su aparición, ya fuera para ofrecer sus condolencias a los familiares o para salir de la vivienda. El primero en aparecer fue el ex esposo de Keiko Fujimori, Mark Vito, quien se retiró del lugar raudamente sin declarar a la prensa. Al parecer, permanecía en la casa desde temprano para estar cerca a la familia y Alberto Fujimori durante sus últimas horas de vida.
Tras esto, alrededor de las 8:15 p.m., el doctor José Carlos Gutiérrez salió del domicilio y en breves declaraciones a la prensa indicó que el expresidente murió a causa del cáncer que se le detectó en marzo de este año. “A consecuencia de complicaciones por la enfermedad y el tratamiento que llevaba”, explicó.
Minutos después se retiró también el congresista y también médico de cabecera del indultado expresidente, Alejandro Aguinaga. Optó por abordar rápidamente un vehículo y salir con rumbo desconocido. En tanto, al promediar las 9:35 p.m. llegó al sitio una carroza fúnebre con un féretro en su interior. Este fue dejado en la casa de Keiko Fujimori y se retiró para darle tiempo a la familia. Casi al mismo tiempo que esto ocurría, el menor de los hijos del ex jefe de Estado, Kenji Fujimori, se retiró de la casa de su hermana.
Lo que se viene
El expresidente Alberto Fujimori falleció en su casa en San Borja, donde vivió con su hija Keiko Fujimori, el miércoles, tras una larga batalla contra el cáncer. Fujimori, de 85 años, había sido indultado en 2017 por razones humanitarias tras cumplir parte de una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. Su salud se deterioró en las últimas semanas debido a complicaciones por un cáncer de lengua y otros problemas de salud.
Ahora, el gobierno de Dina Boluarte coordinará con su familia para los actos funerarios, y se seguirán los protocolos para honores de Estado si son aceptados por sus hijos. Se conoce que los restos del expresidente serán velados en el Museo de la Nación desde las 11 a.m. de hoy, jueves 11 de setiembre.
Fujimori fue presidente del Perú entre 1990 y 2000. Su gobierno, marcado por un golpe de Estado en 1992, se caracterizó por un combate frontal al terrorismo y la implementación de reformas económicas, pero también por graves violaciones de derechos humanos y corrupción. En 2009, fue condenado por las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, entre otros crímenes.
La familia Fujimori ha decidido aceptar los mínimos honores protocolares ofrecidos por el gobierno para las exequias del exmandatario.
El Decreto Supremo N.096-2005-RE, en su artículo 59, dispone que, tras el fallecimiento de un expresidente, “se izará a media asta el Pabellón Nacional en los edificios públicos, bases militares, buques, establecimientos policiales y demás dependencias del Estado y se decretará duelo oficial el día de la inhumación de los restos mortales en consideración a su alta investidura”. Esta norma no excluye a expresidentes que hayan sido condenados o que hayan quebrantado el orden democrático.