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Cuatro paros de transporte que no ameritaban la suspensión de actividades: las pérdidas que dejan en los sectores educativo y laboral
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El tránsito en calles y avenidas de Lima y el Callao transcurrió con total normalidad este miércoles, pese al paro de transportistas que fue convocado días atrás por grupos que pertenecerían al sector informal. Las principales rutas de la ciudad no mostraron signos de congestión por marchas ni se registraron altercados que suelen haber en estas manifestaciones. Todo se desarrolló sin mayores contratiempos. De hecho, las últimas paralizaciones han guardado la misma dinámica.

Este escenario de tranquilidad ya había sido previsto por expertos y analistas, quienes refirieron que este y los anteriores paros promovidos por transportistas informales en el último tiempo no gozaba del apoyo del transporte urbano e interprovincial formal ya que manejaban una agenda propia, lejos del reclamo por la inseguridad que enfrenta el sector. Es más, habían anunciado que no iban a participar de la medida.
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Carlos Salas Abusada desglosa con rigor las noticias clave del día de lunes a viernes.
En ese sentido, criticaron al Gobierno por tomar medidas radicales que lo único que hacen es validar la protesta. Y es que un día antes del paro, se decidió suspender las clases presenciales en los colegios públicos, disponiendo que estas se impartan de forma virtual. Asimismo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) otorgó dos horas de tolerancia a empleados y solicitó a los centros de labores priorizar el teletrabajo.
¿La razón? De acuerdo con el Ejecutivo, adoptar medidas que garanticen la seguridad de los estudiantes y comunidad educativa, así como dar facilidades a los trabajadores. Sin embargo, especialistas señalan que lo único que se ha hecho es aumentar la pérdida de horas en educación y trabajo.

Paros no fueron significativos
En el último año, distintos grupos del sector transporte han convocado a varias paralizaciones bajo el aparente propósito de exigir al Gobierno medidas eficaces contra la inseguridad y las extorsiones que afectan a conductores, cobradores y usuarios. No obstante, muy pocas tuvieron el éxito deseado.
Por ejemplo, durante el paro del 14 de mayo, el transporte público de pasajeros se desarrolló con normalidad en diferentes puntos de Lima. En paraderos de distritos como Ate, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Puente Piedra, San Juan de Miraflores y el Callao, el flujo de unidades fue el habitual, por lo que las personas no presentaron problemas para trasladarse hacia sus centros de labores.
Similar situación se vivió el 6 de febrero: la paralización no reunió a la cantidad de personas esperada. En una entrevista con El Comercio, el coronel PNP en retiro y especialista en seguridad ciudadana, Miguel Barriga, señaló que no hubo un paro masivo debido a que la mayoría de los participantes pertenecía al sector informal. Asimismo, durante el paro convocado para el 10 de diciembre del año pasado, el tránsito vehicular se desarrolló con total normalidad en varios puntos de la capital, según informó la Policía Nacional.

En tanto, el único paro que sí tuvo un impacto real debido a su poder de convocatoria, pues incluso participaron otros gremios además del de transporte, fue el que se realizó el 10 abril último. En aquella oportunidad más de 20 mil unidades de transporte público se plegaron a la paralización.
“Ese paro fue todo un éxito. Lo hicimos con los demás gremios de transporte urbano. Hubo motores apagados. Protestamos realmente por el tema de la inseguridad”, dijo Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte, a El Comercio.
Respecto al paro de este miércoles, sostuvo que está vinculado netamente al transporte ilegal. Incluso, mencionó que en su plataforma de lucha, los informales están pidiendo la reivindicación de los autos colectivos. “De formal no tienen nada. El transporte interprovincial y el transporte urbano formal no han acatado el paro, estamos en desacuerdo porque es un paro político“, manifestó Ojeda.
En tanto, también criticó las suspensiones de clases presenciales en las escuelas, universidades, y que desde el MTPE se disponga el trabajo remoto, pues quien al final quienes salen ganando con todo este caos son los transportistas informales. “En la última huelga, hace un mes, todos los gremios formales trabajamos, pero no había gente en las calles. Pedimos al Gobierno que no caiga en el juego de los informales”, indicó.

Impacto por cierre de colegios
En diálogo con El Comercio, Milagros Sáenz, vocera del colectivo Volvamos a Clases, dijo que la medida del Gobierno de suspender las clases escolares presenciales es una muestra de que se ha normalizado el cierre de colegios cada vez que se anuncia una paralización, como si fuera la única solución que existe. Por el contrario, sostuvo que este accionar termina perjudicando a los estudiantes de forma irremediable.
“Estamos sumamente mortificados, hemos comprobado nuevamente que se ha normalizado el cierre de escuelas, se ha vuelto repetitivo. Hemos visto que todo se llevó a cabo con normalidad en este paro de transportistas, menos las clases escolares. Frente a un paro o una marcha lo primero que se hace es cerrar escuelas, como si fuera la solución a todos nuestros problemas. No solo se afecta a los escolares, sino también a toda la comunidad educativa, incluyendo docentes y padres de familia“, sostuvo.
Sobre disponer clases virtuales durante el día de paralización, Sáenz indicó que no es la solución idónea para la realidad del país. Detalló que la educación remota no funciona ni siquiera en Lima Metropolitana, pues se necesita un buen aparato tecnológico y el celular no es la mejor opción. “Es mentira que se pueda tener clases remotas por celular, no todos tiene la facilidad de tener uno en casa ni tienen a alguien que se pueda acompañarlos. Esta medida perjudica más de lo que beneficia“, explicó.

Además, Sáenz consideró que hay un tema que el Minedu parece no estar tomando en cuenta con esta medida, que es que la brecha entre la educación pública y la privada se hace cada vez más grande con cada día de clases virtuales. Cabe decir que en colegios privados la presencialidad sí se ha mantenido.
“Son solo los colegios públicos los que cierran y sabemos que son los que menos recursos tienen para desarrollar la virtualidad de la manera en que corresponde. Es un sinsentido. Los chicos más vulnerables, que son los que más necesitan la presencialidad, son los que no pueden ir a la escuela“, expresó.
Este Diario requirió al Minedu alguna respuesta ante el rechazo de grupos de padres a la suspensión de clases presenciales debido al paro de transportistas, pero el sector dijo que por el momento no emitirá ningún pronunciamiento.
Afectación en centros laborales
El abogado laboralista Jorge Toyama precisó a este Diario que el 70% de los trabajadores peruanos realiza actividades que requieren presencialidad, ya sea por que se trata de una actividad extractiva o una actividad que requiere presencia física. Asimismo, en la capital esta cifra es del 60%. En tanto, para todo lo que es soporte administrativo puede emplearse el home office, si es que se está preparado para ello.
En ese sentido, Toyama dijo que existen principalmente dos tipos de trabajos o empresas. Por un lado, aquellas que se pueden amoldar sin problemas a paralizaciones, que han sobrevivido y han trabajado casi con normalidad en la época del COVID. “Si han soportado el COVID, esto del paro es un cosquilleo, pueden trabajar con normalidad“, sostuvo.

Por otro lado, hay un grupo de empresas que sí requieren presencialidad. Hablamos de todo lo que son fábricas, comercio, ventas, actividades de entretenimiento, servicios públicos, entre otros. “Aquí sí puede golpear un poco“, consideró.
No obstante, Toyama opinó que en ambos casos existen experiencias como la pandemia y otras que han servido de enseñanza para los trabajadores y empleadores, y se han adoptado medidas con el fin de que el trabajo presencial no se vea afectado, en la medida que se pueda.
“Igual, mi impresión es que en estos casos también la experiencia del COVID hace que el impacto no sea tan alto. Los trabajadores se organizan para tomar taxi, las empresas los ayudan a veces, entonces el impacto es bajo“, opinó.
Toyama agregó que en la ley del teletrabajo se señala que cuando se presenta un escenario que impide al empleado ir a trabajar, la empresa tiene la obligación, hasta donde se pueda, de autorizar el teletrabajo. En el caso del paro anunciado para este miércoles, las condiciones no mostraron ser impedimento para que los trabajadores no acudan a sus centros de labores, pues el transporte público operó sin problemas.
Balance
Durante una en conferencia de prensa, el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Daniel Maurate, informó que más del 95% de los trabajadores acudió a sus centros de labores este miércoles, pese al paro.
“Hemos hecho una muestra de 3,413 empresas y el resultado es que más del 95% ha concurrido a trabajar. El 69,85 % ha hecho trabajo presencial, el 25,27% ha utilizado el teletrabajo y solo el 4,88% no asistió a su trabajo. Creo que es una buena noticia“, dijo.
Por su parte, el titular del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, César Sandoval, señaló que el transporte público en Lima y Callao se desarrolló con total normalidad y la demanda de movilidad por parte de los ciudadanos fue atendida sin dificultad.











