De lluvias, truenos y sequías: ¿qué eventos nos esperan y cuál es su relación con La Niña?

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En el Perú, el fenómeno de La Niña causado por el enfriamiento de la temperatura superficial del mar tiene dos escenarios, La Niña Costera y La Niña del Pacífico Central, con efectos inversos para la costa norte y la sierra centro y sur del país. Si el primero causa sequía por la reducción de lluvias, con el segundo se esperan más precipitaciones de moderada a fuerte intensidad.

Este lunes 14, la Comisión Multisectorial del ENFEN modificó el estado de La Niña Costera a “No activo”, ya que para el verano se espera la normalización de la temperatura superficial en la zona norte y centro del mar peruano. Sin embargo, La Niña en el Pacífico central continuará desarrollándose en los próximos meses, aunque con menos intensidad.

Situaciones opuestas

Dimitri Gutiérrez, coordinador técnico del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño - ENFEN, explicó la semana que se espera que La Niña Costera disminuya su intensidad disminuya antes del próximo año. Este evento climatológico, caracterizado por el déficit de lluvias, se inició en setiembre. “Ahora tiene condiciones débiles que estarían culminando hacia fin de año y estaríamos pasando condiciones normales para el verano 2021”, explicó a El Comercio.

Sin embargo, con la Niña del Pacífico Central las probabilidades son que de enero a marzo el evento se acentúe con lluvias superiores a lo normal para la sierra central, sur y la Amazonía. Grinia Ávalos, Subdirectora de Predicción Climática del Senamhi, sostiene que recién en abril las condiciones se normalizarían para estas zonas del país. “Estamos entrando a un periodo de máximas lluvias, ya se han presentado eventos en diciembre, y esto se va a repetir de manera periódica porque además estamos entrando a la estación de verano y de lluvias”, indicó.

En diálogo con este Diario, la especialista advirtió que las condiciones moderadas y fuertes de La Niña en el Pacífico Central de esta temporada no se repetían desde los años 2010 y 2011. “Ha habido otros eventos, incluso previo al Niño Costero, pero con condiciones débiles”, sostuvo.

Pese a las condiciones de déficit hídrico en el norte del país, en los últimos días se han registrado lluvias intensas. De acuerdo con Ávalos esto responde a un fenómeno de trasvase. “Hubo lluvias importantes hacia el lado oriental que han logrado pasar al lado occidental y las lluvias se han generado en la parte media, baja y alta. Es justo lo que esperábamos para que se pueda revertir progresivamente el volumen de almacenamiento de los reservorios afectados por los periodos de no lluvia”, señaló.

De acuerdo con el último informe de Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED), debido al pronóstico de lluvias para los meses de enero a marzo en la sierra central y sur del Perú, se estima un total de 80 distritos con riesgo muy alto ante posibles de movimientos de masa (huaicos, deslizamientos, entre otros). En estas zonas, viven más de 707 mil personas y hay 273 mil hectáreas de superficie agrícola.

Prevención ante sequías

Se estima que el 97% del agua que se consume en el norte del país proviene de las lluvias. La reducción de estas puede ser desastroso para la población, agricultura y ganadería. “Si El Niño es destructor con inundaciones y desbordes, La Niña en el norte es el radical opuesto con ríos con el caudal más bajo y represas con menor capacidad”, explica Patricio Valderrama, representante de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), adscrita al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). En diálogo con este Diario, el especialista indicó que, para prevenir los efectos de la ausencia de lluvias, desde julio se han tomado acciones de contención para mejorar el uso de aguas subterráneas. Por ejemplo, mencionó el mejoramiento de 100 pozos que se realizará en el Valle de Chicama, en La Libertad, para beneficiar a 254 usuarios y a 1.376 hectáreas de cultivo. Según informó el Midagri en octubre pasado, por el mantenimiento de dichos pozos tiene una inversión de S/ 595.900 a fin de garantizar el abastecimiento de agua para el riego, principalmente, en cultivos de pan llevar, maíz chala y caña de azúcar.

“Hemos empezado una campaña de comunicación ante el déficit hídrico para que, por ejemplo, no se desperdicie agua en carnavales”, agregó Valderrama.

Ante el impacto del déficit de lluvias en el sector agropecuario, Alberto García, asesor de la Representación de FAO (Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura) en el Perú señala que se necesita mejorar el manejo de recurso hídrico en las cabeceras de cuenca para garantizar la distribución equitativa del recurso. “Hace falta mejorar la gobernanza del agua para un uso transparente de los recursos hídricos con la participación de todos los actores. Se necesitan planes de contingencia preparados para la toda la zona norte. Cada cierto tiempo se sabe que viene El Niño o La Niña y no debe haber afectación. Se ha visto ganaderos de Lambayeque están perdiendo mucho”, dijo a este Diario.

En cuanto al impacto de La Niña del Pacífico Central en los cultivos en la sierra central y sur del Perú, la ingeniera agrónoma Luz Gómez Pando, jefa del Programa de Cereales y Granos Nativos de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNAML), señaló a este Diario que el “exceso de humedad podría afectar el desarrollo de cereales y quinua, que no prosperan bien en zonas inundadas”. La especialista en el área agregó que en dichas condiciones climatológicas también se acentúan los problemas de enfermedades en estos cultivos “pudiendo llegar su presencia a niveles de daños económicos”.

Escenario en Lima

En la capital, las lluvias empezaron a registrarse desde el lunes. La noche del miércoles pasado, el evento estuvo acompañado de truenos y relámpagos en Chosica, Cieneguilla y Chacnay, en Huaral. Nelson Quispe, subdirector de Predicción Meteorológica de Senamhi., explica que estas precipitaciones responden a que la vertiente del Pacífico “aún se mantiene muy cargada de humedad”, situación que guarda relación con la Niña de Pacífico Central.

“Las lluvias desde Canta hacia las zonas altas de Cañete se han estado presentado más o menos desde el 28 de diciembre de forma casi diaria. Pero llegó a un pico máximo el lunes que incluso llegó la humedad a la costa, donde se registraron lluvias en la ciudad”, dijo a El Comercio.

El especialista agrega que estos eventos continuarán repitiéndose conforme nos acerquemos a verano, cuya característica normal son las precipitaciones en las zonas altas de Lima y la sierra central. “Las lluvias comienzan a incrementarse desde enero a la quincena de marzo”, precisa Quispe.

El Senamhi además mantiene activo el aviso meteorológico de lluvias de moderada a fuerte intensidad, acompañadas de descargas eléctricas y ráfagas de viento en la sierra, en Ancash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, La Libertad, Lambayeque, Lima, Pasco, hasta el martes 15 de diciembre, seguido de lluvia dispersa en la costa.

¿Y los huaicos en Lima?

Las lluvias de verano están asociadas a huaicos, especialmente en la sierra de Lima. Juan Carlos Gómez, investigador científico del Instituto Geofísico del Perú (IGP), explicó que la ocurrencia de estos eventos depende de la intensidad de las lluvias que se presenten durante el verano en las partes altas del departamento de Lima. “Puede llover durante una semana por días intercalados y quizá el agua se infiltre en las quebradas o que llueva muy fuerte un solo día durante cinco horas para que se sature y se formen los huaicos”, explicó.

En diálogo con este Diario, señaló que el Sistema de Monitoreo de Huaicos, instalado en las quebradas de Jicamarca, está preparado para avisar a Sedapal con hasta 12 minutos de anticipación de un huaico a fin de que evitar daños en la Planta La Atarjea, que provee agua a Lima. “Tenemos cámaras infrarrojas que nos permite visualizar el evento aguas arriba incluso de noche. Con esto podemos detectar a cierta distancia el evento para avisar no solo a Sedapal, también a Indeci y la población. Según la densidad del huaico pueden ser de 10 a 12 minutos”, dijo.

No obstante, se espera la puesta en funcionamiento de un radar meteorológico para determinar con exactitud las zonas donde se registrarán precipitaciones intensas para anticipar huaicos. “En un radio de 50 kilómetros a la redonda escanea a diferentes alturas las gotas de lluvia y en función vamos a poder saber la cantidad de agua que va a caer al suelo”, dijo. Este radar podría empezar a operar para el segundo semestre del 2021.

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