El Centro de Lima encaja dentro de la descripción de una “selva de cemento”, donde la informalidad convive en medio de instituciones públicas y sin control. A un mes de empezar la campaña navideña, El Comercio pudo contabilizar, en dos días de la semana (lunes y miércoles) un promedio de 1.166 comercios informales en un recorrido de casi 25 cuadras entre los jirones Andahuaylas y Paruro.
Esta ruta fue escogida porque tiene la particularidad de que es el punto de llegada y salida al Congreso de la República, en el acceso para las personas que visitan el recinto parlamentario. Los congresistas cuentan con otro acceso privilegiado fuera del bullicio de los comerciantes que ofrecen sus productos.
Solo en la cuadra del acceso al Parlamento se pueden contabilizar 86 negocios informales, donde predominan la venta de comida, productos variados y ropa. Unos pasos adicionales, en la siguiente cuadra, incluso se puede encontrar lencería femenina o un señor ofreciendo los exámenes resueltos para la carrera policial.
A través de dos recorridos realizados durante la última semana, este Diario no solo pudo contabilizar los negocios comerciales, sino que los segmentó por categorías. El 48% de los comercios informales son ventas de productos variados, desde vasos, paños húmedos, trampas para ratas, antenas analógicas y hasta Ipads cuyo valor oscila entre los S/ 200 y S/ 480. Otro 28% son comerciales de ropas, y 17% es comida, que va desde la venta de frutas en carretillas hasta tres camionetas en cuya parte trasera se colocan grandes ollas de sopa seca.
En menor proporción del 10% se ofrecían juguetes. Según los propios comerciantes informales de la zona, este sector se irá incrementando hacia finales de noviembre donde arranca la campaña navideña. Varios coincidieron en señalar que, durante la campaña navideña, vienen comerciantes de otras zonas de Lima a ofertar sus productos o las tiendas con locales propios envían a sus trabajadores a vender en la calle.
Solo 1% de negocios informales venden “medicina natural”, pero este es uno de los rubros más llamativos por los productos ofrecidos. Se vende colágeno de caracol a S/ 10, “Viborón” (ungüento para dolores con una serpiente como logo) a S/ 10, y aceite de cannabis y de suri a S/ 10 cada. Tras adquirir estos dos últimos productos, que se ofrecen como cura para dolores, pudimos comprobar que presentan RUC inválido o registros sanitarios que no existen.
En el caso del aceite de cannabis, existe reglamentación que impide su venta en las calles. La Ley 30681 y su reglamento establecen que todo derivado del cannabis medicinal solo puede ser vendido en farmacias con licencia y que ademas se requiere una prescripción médica. En la selva de cemento, no se respeta ni los espacios ni la ley.
A lo largo de todo el recorrido, de más de dos horas, no se pudo identificar más que a tres fiscalizadores de la Municipalidad de Lima que solo operan como espectadores ante el desorden. De igual manera, solo pudimos identificar siete puestos ambulantes -de golosinas y comida- con el logo de la Municipalidad de Lima que da a entender que cuentan con la autorización de este. El resto de los negocios informales son puestos improvisados, apoyados en cajas de cartón, pequeñas estructuras metálicas o de plásticos, o simplemente se ofrecen en los mismos brazos de los comerciantes. El 90% de estos negocios informales están en las pistas y existen zonas – sobre todo en el jirón Andahuaylas- donde es casi imposible pasar con auto. En el jirón Santa Rosa incluso no pasan autos y la pista se ha convertido en un estacionamiento para motos lineales.
Conforme se acerca la campaña navideña, más gente se aglomera en las calles en busca de los productos que ofrecen los informales en las pistas y veredas. (Foto: Joel Alonzo)
En el jirón Paruro, los autos solo pueden usar el carril de la izquierda, debido a que el de la derecha está tomado por los comercios informales. (Foto: Joel Alonzo)
En algunas zonas del Centro de Lima se han colocado tranquera en busca de evitar el ingreso de comercios informales. Sin embargo, estas rejas metálicas se mantienen como adornos en la pista. (Foto: Joel Alonzo)
Comerciantes informales ofrecen prendas de vestir en la puerta de ingreso al Parlamento. (Foto: Joel Alonzo)
Los comercios formales que operan en las galerías con su debida reglamentación se ven afectados por el comercio informal que se instaura en las calles. (Foto: Joel Alonzo)
Existen pistas, sobre todo en el jirón Andahuaylas, donde los autos no se atreven a ingresar por la cantidad de negocios informales que abundan en la zona. (Foto: Joel Alonzo)
En la esquina del propio Congreso, los negocios informales operan a la vista de los patrulleros de la Policía. (Foto: Joel Alonzo)
En la ruta de la informalidad en el Centro de Lima se pueden ubicar todo tipo de productos. Desde aceite de suri hasta trampas para roedores. (Foto: Joel Alonzo)
En la ruta de la informalidad, no solo se encuentran productos sino también comida. Anticuchos, sopa seca, papa rellena y una variedad de productos sin ningún tipo de control sanitario. (Foto: Joel Alonzo)
En el recorrido realizado en El Comercio no se pudo observar a fiscalizadores de la Municipalidad de Lima. En el trayecto de 15 cuadras recorridas, solo ubicamos a cinco que solo observaban el panorama. (Foto: Joel Alonzo)
Para noviembre, ya se empiezan a ver negocios informales relacionados a la campaña navideña, como adornos y juguetes. (Foto: Joel Alonzo)
Los autos deben hacer piruetas para avanzar en las pistas que están tomadas por los negocios informales. (Foto: Joel Alonzo)
La informalidad atraviesa la puerta de ingreso del Congreso de la República. En su recorrido, El Comercio pudo identificar a 86 negocios informales en la pista que pasa por el frontis de la entrada formal para visitantes al Parlamento. (Foto: Joel Alonzo)
Un nuevo plan
En 2023, el alcalde de Lima Rafael López Aliaga anunció un plan de reubicación de comerciantes informales a la zona conocida como la Huerta Perdida y denominada la “Huerta Encontrada” en Barrios Altos. Logró reubicar a 1.500 comerciantes, pero estos fueron abandonando el espacio aduciendo bajas ventas. Un año después, este espacio luce vacío.
El regidor Aron Espinoza (Podemos), quien viene advirtiendo en redes sociales en el Concejo Metropolitano sobre la situación de la informalidad desde inicios de 2024, alertó que estamos hablando de calles donde se dificulta el acceso de bomberos y ambulancias en caso ocurra un accidente. “El plan de López Aliaga contra la informalidad no solo fracasó, sino que se abandonó esa lucha. En el último año no hemos visto ninguna campaña de fiscalización y dudo que se haga algo a poco de empezar la campaña navideña. ¿Dónde está la inversión para el ordenamiento? Estamos hablando de un tema urgente porque son espacios de informalidad que son aprovechados por bandas criminales para el cobro de cupos”, advirtió el exparlamentario.
La @MuniLima habla de un “Plan Maestro”, pero la realidad es que aún no puede siquiera ordenar el caos en el Centro de Lima. La informalidad impera en las narices del alcalde que prefiere irse en contra de los formales. pic.twitter.com/QoCxDugAyX
— Aron Espinoza (@TuAmigoAron) October 18, 2024
El cobro de cupos referido por Espinoza es algo que la misma Municipalidad de Lima tiene conocimiento. Mariella Falla, Gerente de Fiscalización de la MML, indicó que en los jirones Paruro y Andahuaylas existen bandas organizadas de extranjeros y nacionales que cobran cupos, pero reconoció que la entidad edil no cuenta con los recursos para combatirlo. “Necesitamos el apoyo de la Policía por lo que nuestro plan empezará después del APEC, pues todas las fuerzas del orden se encuentran enfocados en este importante aforo”, explicó.
Sobre la “Huerta Encontrada”, hoy en día es un espacio vacío. Falla indica que la gran mayoría de comerciantes desistieron por las bajas ventas y consiguieron otro espacio a la avenida Paseo de la República (al costado del Poder Judicial), aunque solo 50 comerciantes aceptaron trasladarse a este espacio.
La Municipalidad de Lima consiguió formalizar 586 comerciantes de Mesa Redonda y 186 de la avenida Grau, quienes operan en módulos verdes en las calles. “Los que están en la vía pública, en las pistas, son todos informales. Íbamos a empezar las acciones esta semana, dentro de nuestro plan “Navidad segura”, pero lo hemos postergado por APEC”, detalló Falla.
La primera parte del plan de la MML, hasta diciembre de 2024, es poner tranqueras en los acceso al Centro de Lima y solo permitir el acceso a los comerciantes que lograron formalizar hasta la fecha. Luego, a partir de enero de 2025, desalojarán a todos los comerciantes informales que no se hayan sometido a los lineamientos establecidos por la administración edil.
Además, la gerente Falla anunció que solo permitirán operar a 456 estibadores, y serán estrictos con las reglas para las galerías, específicamente con los aforos y la no invasión de espacios comunes. En el recorrido realizado por este Diario se pudo observar que varios negocios formales en galerías envían a sus trabajadores a ofertar en la calle con sus productos en las veredas y pistas, con el fin de competir con los informales que han tomado las calles.
En tres meses, se verá si el nuevo plan de la gestión de López Aliaga funciona o si afrontarán otro plan fallido como sucedió en 2023.
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