La iniciativa legislativa que buscaba extender automáticamente los permisos a todas las combis, coasters y buses de Lima y Callao hasta por diez años fue modificada antes de que fuera aprobada por la Comisión de Transportes del Congreso de la República.
Luego de tomar en cuenta las recomendaciones de la Autoridad del Transporte Urbano (ATU) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), el presidente de ese grupo de trabajo, Carlos Simeón Hurtado, hizo ajustes al proyecto de ley, por lo que se convirtió en una iniciativa alineada con la reforma del transporte.
En detalle
Ayer, durante un debate en esta comisión, se aprobó por unanimidad el proyecto de ley 6306 modificado. A diferencia del texto inicial, este establece que las autorizaciones a los buses no serán automáticas. Se incorporó un artículo que permite a la ATU condicionar las autorizaciones al cumplimiento de ciertas reglas. Es decir, deberá establecer los requisitos para una autorización o renovación.
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A diferencia del proyecto inicial, que buscaba una ampliación hasta por diez años, el aprobado en comisión establece un período de transición de cinco años en los que la ATU decidirá dar luz verde a las empresas. Otra de las propuestas que planteaba la iniciativa original era que un grupo de miembros del gremio de transportistas integrara la mesa directiva de la ATU, es decir, que fueran ‘juez y parte’ en las decisiones en materia de transporte. La propuesta modificada fue aprobada ayer sin este planteamiento, a fin de que la ATU siga siendo un ente autónomo.
“Se ha llegado a un texto de consenso; ahora el dictamen es positivo para la reforma. Debemos replicar este tipo de formas de hacer política”, dijo el congresista Daniel Olivares (Partido Morado), miembro de la comisión.
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El régimen bajo el que operan los buses está marcado por el ‘correteo’ de unidades, con empresas que no tienen vínculos formales entre choferes, dueños de vehículos y titular de la ruta. Actualmente los buses en Lima y Callao operan bajo el régimen ‘comisionista-afiliador’, en el que una sola persona es titular de una ruta, pero al no tener ni unidades propias ni solvencia económica convoca a cualquier dueño de bus y choferes sin filtros, a través de letreros como: “Se reciben unidades”. Este régimen hace que los buses de una misma flota ‘correteen’ entre sí, generando desorden en las calles y una larga lista de accidentes de tránsito. También existen rutas autorizadas por el Callao que son desconocidas por Lima, y viceversa, lo que genera caos, pues ambas ciudades comparten tramos.