En una capital de 43 distritos con autonomía municipal, es poco frecuente encontrar evidencias de un trabajo articulado entre autoridades como el que se ha hecho con las ciclovías. Por primera vez, uno podría pedalear desde el Morro Solar (Chorrillos) hasta el aeropuerto Jorge Chávez (Callao) constantemente por ciclovías segregadas, es decir, separadas de los autos. También se puede viajar en bicicleta de Surco a Los Olivos: desde el cruce de la Panamericana Sur con la Av. Primavera hasta el trébol de Los Olivos (ver mapa).
Estas son las dos rutas más largas que se pueden hacer en ciclovía en una misma dirección, ambas de aproximadamente 28 kilómetros. La primera de ellas fue realizada por El Comercio para este video.
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En detalle
¿Cómo es pedalear de Chorrillos al Callao? Comenzamos al pie del Morro Solar, en una ciclovía recientemente inaugurada, que bordea el malecón de Chorrillos. Sigue por las avenidas Chorrillos y Pedro de Osma, en Barranco. La importancia de estas dos vías radica en que desembocan en el circuito preferido para los amantes de la bicicleta de montaña: los alrededores del Cristo del Pacífico.
Hasta ahora todo en orden en nuestro viaje: terreno plano, sin baches ni imprudentes al volante. El camino mejora aún más en el malecón Paul Harris no solo por el paisaje, sino también porque nos permite ir paralelamente a las avenidas Miguel Grau y Bolognesi, de Barranco, sin enfrentarnos al tráfico. De eso se trata el ciclismo urbano seguro: tratar de tomar las paralelas, que son más seguras que las avenidas principales. En Miraflores, nuestro camino continúa por las avenidas La Paz, 28 de Julio y Larco.
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Mucho cuidado en 28 de Julio: la ciclovía es una franja pintada de rojo, resbalosa con la lluvia, que está instalada al lado donde los carros estacionados salen.
Ahora comienza un largo camino recto hasta el Centro de Lima por la avenida Arequipa. Esta fue una de las tres primeras ciclovías de Lima fundadas en los años 90. El problema, anteriormente, era que no había manera de atravesar Javier Prado sin pasar por el ‘by-pass’ o sin desviarse un largo trayecto. Ahora, uno puede pasar por encima del ‘by-pass’, ahorrándose varios minutos.
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Aquí hay una molestia: policías que reemplazan el semáforo y le dan más tiempo a los autos de lo que les corresponde, con lo que perjudican a peatones y ciclistas. Esto es incluso peligroso para el ciclista que le hace caso al semáforo confiadamente.
El final de la ciclovía de Arequipa coincide con el inicio de Garcilaso de la Vega, una de las primeras ‘ciclovías COVID’ instalada para promover el uso de la bici y así evitar el transporte público y prevenir contagios. Garcilaso se convierte en Tacna, también una ciclovía aislada de los autos. En el puente Santa Rosa, que pasa por encima del Rímac, uno es consciente de que esta ruta comenzó a pocos metros del Océano Pacífico, una hora atrás y ahora está en el rio mas importante de Lima. Después de estar más de media hora en línea recta, volteamos por Pizarro a la izquierda con dirección oeste.
Uno no entiende la libertad que te da una bicicleta hasta que comienzas a usarla. Ir en bici es viajar evitando atascos. Es dejar de buscar estacionamiento y pagar parqueos. Es recorrer largas distancias sin gasolina. Ni seguro vehicular, ni revisión técnica, sin depender del Waze, sin hacer cola en los buses. En un lugar como Lima, la tercera ciudad con más tráfico del mundo en el 2018, este vehículo le devuelve a uno las horas perdidas. Se calcula que la cantidad de ciclistas se ha cuadruplicado en la pandemia, pero también aumentaron los accidentes causados por lo autos.
La ciclovía de Pizarro es un encuentro con la decadencia de las casonas antiguas del Rímac y el caos vehicular. Sin embargo, haber instalado aquí una ciclovía aislada de los autos es un gran acierto, pues es una de las vías más utilizadas de Lima Norte por la cantidad de focos laborales que hay en su camino.
La ciclovía de Pizarro conecta con Túpac Amaru. Aquí viene un largo tramo de 2,7 kilómetros hasta llegar a la avenida Tomás Valle. En esta vía es donde empiezan los verdaderos problemas. El primero aparece luego del centro comercial Plaza Norte, al cruzar el óvalo Tomás Valle, donde la ciclovía se corta parcialmente y hay que atravesarla a pie por la vereda. Varios tramos de Tomás Valle también están llenos de desmonte y basura.
Hemos llegado al aeropuerto Jorge Chávez. El resultado: poco más de 27 kilómetros casi planos y 9 distritos recorridos en 99 minutos.
La otra ruta más grande
Las ciclovías de Lima también permiten recorrer la extensa ruta que arranca en el cruce de la Av. Primavera y la Panamericana Sur, y va hasta el óvalo de Los Olivos. Esta ruta es de extensión similar a la anterior; sin embargo, parte de ella ha recibido críticas de expertos en ciclismo.
“Una sección de ciclovía de la Av. Universitaria, recién rehabilitada, presenta una superficie peligrosamente rugosa, que parece una trocha afirmada y que hace temblar la bicicleta, induciéndonos a ir por la pista. Además, las obras de ampliación del Metropolitano han cortado el paso de ciclistas, lo que obliga a manejar entre desmonte”, dice Nilton López, director de CicloAxión.
¿Existe un mapa de ciclovías de Lima? Sí. Está actualizado hasta agosto del 2021 y fue elaborado por Nilton López de CicloAxión.
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