¿Cuántos microbios puede acumular un solo asiento de combi?
Para responder esa pregunta es necesario contextualizarla con algunas cifras: las combis, buses o coasters cubren cerca del 70% de viajes que se hacen en Lima y Callao, y son cerca de 25 mil unidades –sin contar las informales– las que cada día realizan 16 millones de servicios en promedio.
En el Perú no existen protocolos de higiene en el sistema de transporte público, pese a que estos vehículos son focos de alta concentración de personas, donde aún persiste el pago con dinero en efectivo, y no con una tarjeta integrada, como ocurre en varias ciudades de América Latina (en Lima, esto último no existe porque aún no concluye la transferencia del Metropolitano a la Autoridad del Transporte Urbano).
Para concientizar a las empresas de transporte, la campaña #NoTePases de El Comercio realizó un experimento en la vía pública: extraer toda la suciedad que se esconde en un asiento de combi, con ayuda de la Municipalidad de Miraflores y Green Family, una empresa que trabaja con un poderoso sistema hidrodinámico de desinfección de superficies.
El resultado nos permite reflexionar sobre la importancia de la higiene en el transporte público: en solo ocho minutos, un recipiente con dos litros de agua limpia pasó a convertirse en un espeso cúmulo de sustancias grasas, bacterias, hongos y virus que fueron ‘aspirados’ por el equipo.
¿Qué había en todo ese espeso barro grisáceo?
Aunque en el Perú no existen estudios científicos que muestren la cantidad exacta de bacterias que hay en una superficie constantemente manipulada y sin limpiar –como una moneda, un asiento o un pasamanos–, sí hay análisis en buses realizados en otros países de la región, donde se han encontrado bacterias como estafilococo aureus, ‘Escherichia coli’, salmonela, klebsiella, serratia y virus como el de la influenza y el rinovirus.
“En un estudio sobre pasamanos de buses de cuatro países de Sudamérica se encontraron microorganismos que tenían hasta diez veces más genes de resistencia antimicrobiana que en bacterias similares halladas en ciudades de Europa y Estados Unidos”, sostiene Ernesto Gozzer, profesor de la Facultad de Salud Pública y Administración de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
¿Cuánto puede vivir un virus en superficies de alto contacto que nunca se limpian?
Según los expertos, algunos virus –como el COVID-19– podrían vivir desde algunos minutos hasta nueve horas. “Pegado a una superficie, como una baranda, tiene más posibilidades de sobrevivir. Los números son variables y dependen del nivel de humedad y la temperatura, pero la prevención, como lavarse las manos, es lo más importante”, dice Víctor Meza Contreras, docente e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
El viernes, el Ejecutivo anunció un decreto de urgencia que permitirá inyectar presupuesto a la ATU para desinfectar los 25 mil buses, combis y coasters de Lima. Sin embargo, ambos especialistas consultados por este Diario piden que las empresas desinfecten sus unidades en cada vuelta de ruta, antes de que vuelvan a subir los nuevos pasajeros. La limpieza debe hacerse con lejía o desinfectantes.
El reglamento de administración de transporte establece un manual de operaciones en el que figuran el cuidado y la limpieza de los buses, pero no hay ningún protocolo que establezca los pasos, la frecuencia y el modo de higiene que deben tener las unidades. Se lo dejan al libre albedrío de los choferes y nadie verifica ni controla la limpieza de unidades y menos aún de terminales terrestres. Este reglamento, además, no ha sido aplicado por años desde los 90 al transporte público de Lima.
“En conclusión, el transporte regular de personas no tiene protocolos aprobados ni la exigencia ni la sanción, al no limpiar las unidades”, dice Carlos Peña, subgerente de Movilidad de la Municipalidad de Miraflores.