Antonio Banderas protagoniza esta película, como alter ego del propio Almodóvar.
Antonio Banderas protagoniza esta película, como alter ego del propio Almodóvar.

Hay cierto consenso en señalar que el español Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949) es uno de los cineastas que mejor dirige a mujeres. Su sensibilidad femenina ha quedado patente en películas notables como “Todo sobre mi madre”, “Hable con ella”, “Volver” o más recientemente “Julieta”. En todas se despliega una gran capacidad para entender la psicología de sus mujeres, explotar su diversidad, desarrollar empatía y, sobre todo, eludir los típicos estereotipos a los que la narración cinematográfica es tan proclive.

Este 2019, sin embargo, los senderos creativos de Almodóvar parecen distintos. Curioso que sea así en épocas de reclamos feministas justificados, pero que también han motivado una oleada de oportunismo coyuntural. Y es que “Dolor y gloria”, su más reciente película (que se estrena hoy en el Perú), está centrada en un personaje central masculino. El protagonista es Salvador Mallo (Antonio Banderas), cineasta sumido en una profunda crisis de múltiples capas: tiene dificultades para embarcarse en nuevos proyectos, no logra superar un amor quebrado, sufre constantes dolores físicos.

Señas que confirman el fuerte componente autobiográfico de la película, y que el mismo Almodóvar ha confesado. “Aunque todas mis películas me representan, esta me representa mucho más que ninguna –declaró al diario español “El País”–. He ido un poco más lejos. Más que nunca mi alma está en la película”. Matices más, matices menos, y con muchos pasajes sustraídos de la más clara de las ficciones, la base de “Dolor y gloria” es ciertamente la propia vida de un director de cine que se crió en un entorno rural, rodeado por muchas mujeres, y que luego dio un salto asombroso dentro del cine español, con una mezcla muy particular de estilo, humor y provocación, a pesar de los altibajos personales que los espectadores no alcanzamos a ver.

En mayo último, Banderas ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Cannes.
En mayo último, Banderas ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Cannes.

EL OTRO YO
“Dolor y gloria” tuvo un paso más que exitoso por el Festival de Cine de Cannes, en mayo. No solo motivó la opinión casi unánime de que se trata de una de las mejores películas de Almodóvar en los últimos años, sino que se alzó con uno de los más importantes premios del certamen: el de mejor actor, que recayó en un Antonio Banderas inspirado para encarnar a una especie de álter ego del cineasta.

Consultado Almodóvar sobre si siempre pensó en Banderas para interpretar a esta suerte de doble y espejo, indicó: “En la cabeza tenía alguna otra alternativa, por salud mental procuro no depender de un solo nombre. Pero sabía que nadie lo podía hacer como él. Viendo la pe­lícula desde ese prisma, el de un director y su álter ego, el más legítimo era Antonio porque ha vivido a mi lado muchas de las cosas que están en la película”.

Banderas también expresó a “El País” su comodidad de volver a trabajar al lado de su compatriota (su octava colaboración). “Nunca me he sentido tan unido en un rodaje a Pedro como ahora y muy pocas veces en toda mi carrera me he sentido tan unido a un director. ¿Tenía miedo? Sí. Pero ese miedo desapareció al final de la primera semana. Entendí que estábamos jugando a algo muy parecido y eso me dio mucha satisfacción”, declaró.

Almodóvar durante el rodaje de “Dolor y gloria” junto a Penélope Cruz, otra de sus musas.
Almodóvar durante el rodaje de “Dolor y gloria” junto a Penélope Cruz, otra de sus musas.

ESTAMPA DE AUTOR
Basta ver los avances de “Dolor y gloria” para reconocer la firma de su autor. Los colores saturados, la estética ochentera y las referencias artísticas son elementos inconfundibles del Almodóvar más desbordante, aquel que se fue consolidando a partir de su etapa iniciática (las más irreverente también). Y aunque todas esas estampas perduran, podríamos decir que lo más reciente de su filmografía ha optado por dejar los excesos e inclinarse más bien por la contención, como en “Los abrazos rotos” y “Julieta” (“Los amantes pasajeros”, del 2013, luce ahora como una excepción y, justamente, uno de los puntos más flojos de toda su trayectoria).

Por otro lado, en “Dolor y gloria” Almodóvar retoma un relato de saltos narrativos, con los que se permite reflexionar sobre su propia infancia, la irrupción insolente en el mundo del cine o los episodios más oscuros. Con ello, se permite lidiar con la intensidad de las emociones a la manera en que más le gusta: haciendo estallar amores y miserias, sutilezas y tabúes, pero siempre rehuyendo a los clichés del melodrama e ingeniándose para contar historias renovadas, sorprendentemente frescas y originales.

A punto de cumplir 70 años, Almodóvar parece estar en su mejor forma creativa: con total dominio de sus herramientas fílmicas y lo suficientemente maduro para mirar en su interior sin desbordes de egocentrismo. Algunos apresurados han dicho que “Dolor y gloria” tiene el aroma del perfecto final para una carrera prolífica y asombrosa (21 largometrajes en casi 40 años). Pero también podría entenderse como la apertura de una nueva etapa de renovación. Y justamente porque es imposible predecirlo, hay que ir a verla: no todos los días tenemos la suerte de disfrutar un estreno de su autor.

LAS 10 MEJORES PELÍCULAS DE PEDRO ALMODÓVAR (EN ORDEN CRONOLÓGICO)

"MATADOR" (1986)
Un torero en retiro siente la imperiosa necesidad de seguir matando y dirige sus obsesiones hacia las mujeres. Eros y tánatos en una premisa perturbadora, pero cautivante.

"LA LEY DEL DESEO" (1987)
Las vidas de los hermanos Pablo y Tina parecen marcadas por la pérdida, pero también por el deseo y los secretos. Una historia de vibrante intensidad, típica de su autor.

"MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS" (1988)
El Almodóvar que más le debe a Fellini construye esta explosión de humor, colores y extravagancia, que retrata con encantadora honestidad a sus personajes. Puro amor al cine.

"¡ÁTAME!" (1989)
La historia de una obsesión pasional y un secuestro hoy podría molestar a los adalides de la corrección política. De la mano de Almodóvar, en cambio, es una comedia que derrocha provocación.

"TODO SOBRE MI MADRE" (1999)
​Acaso la cinta más madura y emocional del español. La feminidad y la maternidad se desgarran en esta historia de desvaríos y recuerdos. Un Almodóvar en estado de gracia.

"HABLE CON ELLA" (2002)
En ese devaneo entre la vida y la muerte, Almodóvar se sitúa al medio para retratar a dos mujeres en estado de coma y los hombres que las aman. Tan extraña como conmovedora.

"LA MALA EDUCACIÓN" (2004)
Casi como un ‘film noir’, esta película es una de las más oscuras de su creador: una historia de crecimiento y madurez que desafía a la severa formación religiosa en España.

"VOLVER" (2006)
Otro punto alto dentro del gran universo femenino creador por Almodóvar. Brillan todas las actrices, pero Penélope Cruz sobresale con particular talento y nitidez.

"LOS ABRAZOS ROTOS" (2009)
Historia de amores múltiples que empieza con una fatalidad: un escritor que queda ciego tras un accidente. Lo que sigue es un estallido de misterio y exhuberancia.

"LA PIEL QUE HABITO" (2011)
​Un cirujano busca reconstruir la piel de la mujer que ama. Pero para ello tocará extremos inimaginables. Acaso la película más cercana al horror que haya hecho Almodóvar.

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