Si pudiera acuñarse la categoría de “subcine”, sin ánimos peyorativos, sería sin lugar a dudas una buena manera de designar el trabajo de Robert Bartleh Cummings, mejor conocido por el nombre artístico de Rob Zombie. Como cineasta, todo empezó para él en el 2003, con la vapuleada cinta de culto “La casa de los 1000 cadáveres”, cuya estela continuó con “Los renegados del diablo” (2005), secuela mucho mejor recibida por la crítica.
“Los 3 del infierno” (2019), que se puede ver ahora por Amazon Prime Video, viene a continuar –y cerrar– el camino de horror y violencia de los estrafalarios personajes creados por Zombie en los dos primeros títulos. La sanguinaria familia Firefly –compuesta por Captain Spaulding (Sid Haig), Baby (Sheri Moon Zombie) y Otis (Bill Moseley)–, que tuvo un final apoteósico en la segunda película, regresa de entre los muertos.
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La cinta que nos ocupa llega casi 15 años después de su predecesora, “Los renegados…”, y en ello tuvo que ver la enfermedad crónica del veterano actor Sid Haig. Lamentablemente, Haig falleció en pleno rodaje. Por ello, su deteriorada pero magnética presencia solo ocupa el primer tercio del filme, donde, a modo de un falso documental de los años setenta, se hace un recuento rápido del pasado de los personajes.
Sid Haig, como Captain Spaulding, siempre disfrazado de payaso macabro, no sabíamos si fingía o no su actitud sardónica y burlona. Regente de un show de atracciones ligadas al imaginario del miedo y el crimen en EE.UU., no tarda en atrapar como moscas a unos arrogantes jóvenes universitarios de la Costa Este. Así se daba el inicio a la trilogía, y allí se juntaban el circo y la comedia, con la crueldad y el morbo más grotescos.
Si resumimos el punto de partida de esta saga de los Firefly, es para dar mejor con la naturaleza de lo que hace Zombie. Lo suyo no son el suspenso ni las atmósferas realistas. Es más bien una especie de fantasía psicodélica de “gran guiñol” que festeja al “gótico americano”. Zombie es una especie de Fellini de la tierra sureña, donde sus asesinos son comediantes que se ríen y fustigan a lo grande la podredumbre moral de su propio país.
Y, pese a lo que muchos piensen o digan, no hay nada tonto ni gratuito en el arte de guerrilla de Zombie. Su cultura es vasta y él no hace más que transformarla en un carnaval en el que cada mito del horror traspasa su tono autoparódico, y va hacia un horizonte de venganza contracultural y política sin pudor ni piedad que valgan. Con Zombie, la cultura popular combina a Bela Lugosi y a Charles Manson en un cóctel alucinado y venenoso.
En “Los 3 del infierno”, Spaulding se despide apenas acaba el falso reportaje rico en texturas de celuloide y superficies de televisión antigua. Quedan Baby y Otis, a los que se suma un tercer fugitivo dantesco llamado Winslow (Richard Brake). Y, si en “Los renegados del diablo” teníamos una mezcla de western y ‘road movie’ de horror, en “Los 3…” tenemos un híbrido entre documental, drama carcelario y western de Sam Peckinpah.
A “Los 3…” se le ha acusado de ser arbitraria. No obstante, vista en continuidad con sus predecesoras, la velocidad narrativa de Zombie deja de molestar. Más que un filme argumentativo, esta es una salvaje despedida. Nunca políticamente correctos, aquí los personajes-mito tienen licencia para ser celebrados como los héroes de la contracultura que son. Aunque lo mejor, de lejos, es el largo desenlace, que rinde un inspirado homenaje a “La pandilla salvaje” de Peckinpah, cuando los tres vaqueros apocalípticos –Baby disfrazada de indio– se las ven con una pandilla de mexicanos en un pueblo prostibulario olvidado en el espacio y el tiempo. A veces hay finales felices para los perdedores del sur.
LA FICHA
Título original: “3 from Hell”.
Género: horror.
País y año: Estados Unidos, 2019.
Director: Rob Zombie.
Reparto: Sheri Moon Zombie, Sid Haig, Bill Moseley, Richard Brake.
Calificación: ★★★.