Internada en un centro de salud mental de España, Alba González pasaba las tardes reuniendo los fragmentos de su antiguo diario para construir un libro. Tenía 17 años, pero llevaba media década lidiando con sus problemas a través de la escritura. Solo frente al papel podía sentirse libre para expresar la mala relación con su familia, con la comida, con su cuerpo y hasta con su vida.
Un año después, más de 4 millones de jóvenes han leído por lo menos un fragmento de “Una vida sin salud mental”. ¿Cómo logró esto? A través de TikTok. En su cuenta personal, González empezó a subir videos donde mostraba algunas frases sueltas acompañadas de alguna canción popular de ritmo melancólico. El resultado: miles de usuarios identificados y cautivados con cada lectura.
“Pienso que el libro se viralizó porque para muchos es muy importante encontrar algo con lo que podamos sentirnos identificados, sobre todo en temas de depresión, ansiedad, etc., porque uno tiende a sentirse muy solo ya que es algo de lo que no se habla”, dice la autora en conversación con El Comercio.
Tras darse cuenta de la cantidad de adolescentes que se identificaron con su libro, González contactó con varias editoriales hasta lograr colocar su obra en las librerías. También publicó su libro en diferentes plataformas de almacenamiento de e-books y, como era de esperarse, este fue pirateado y difundido masivamente a través de grupos de WhatsApp.
El gran problema
El dilema de la creciente explosión de contenido relacionado con la salud mental en TikTok es que, si bien nos ha ayudado a dejar atrás el tabú y la estigmatización, también ha hecho que adolescentes, profesionales de la salud, artistas, influencers y hasta charlatanes usen esa plataforma para debatir el tema por igual. En el caso de “Una vida sin salud mental”, los detractores del libro están preocupados de su popularidad, y acusan a González de incitar al suicidio y romantizar la depresión y los trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Consultado al respecto, el director del Centro Peruano de Suicidología y Prevención del Suicidio ‘Sentido’, Álvaro Valdivia, compartió con El Comercio la misma preocupación. “Creo que cualquier iniciativa que visibilice la importancia de cuidar la salud mental siempre va a tener un aspecto positivo, porque antes ni siquiera se hablaba [de ello]. El problema en el contexto actual es que no existe una regulación acerca de qué tipo de información es la que los chicos y las chicas están consumiendo”.
¿Romantizar los trastornos mentales?
“Echo de menos la sensación de vivir, de sentirme viva".
Frente a las críticas, la escritora está en desacuerdo con las acusaciones de que su libro fomente la depresión o el suicidio. “Yo no digo en el libro ‘Vengan todos a tener depresión, qué chulo es’. Yo no la romantizo, yo muestro realmente lo cruda que es y lo mal que se siente”. Reconoce que esas acusaciones eran uno de sus mayores miedos al publicar su texto, pero que ahora no se arrepiente porque a diario le llegan mensajes de agradecimiento por parte de sus lectores, quienes le dicen que les ha salvado la vida o los ha ayudado a salir adelante.
“Claramente pienso que la cosa no se debe quedar ahí, es muy importante sentirse acompañado, pero si ves que realmente te identificas con lo que describo, es hora de pedir ayuda, porque un libro no sustituye una terapia”, advierte González.
Pero el mayor cuestionamiento no se encuentra en el libro en sí, sino en el modo en que se difunde su contenido. Los fragmentos sueltos y fuera de contexto pueden resultar confusos y como resultado concluir en una romantización de la depresión o el suicidio. Es más preocupante aún cuando pensamos en las personas a las que les llega dicho contenido, porque no se puede saber con seguridad cuáles son sus condiciones de salud mental. Aunque debido al algoritmo de TikTok, posiblemente sea a alguien que esté padeciendo o sea propenso a estos trastornos mentales.
Según una reciente investigación de “The Wall Street Journal”, los algoritmos de la aplicación china son tan efectivos para detectar los intereses de una persona, que en tan solo 40 minutos es capaz de ofrecer contenido personalizado de gran interés al usuario. En el experimento, un bot interesado en contenidos tristes y sobre la depresión, terminó recibiendo un 93% de videos sobre depresión y problemas de salud mental.
Los datos reflejan la alta probabilidad de que el contenido de González llegue a jóvenes que presenten depresión crónica o que estén en las etapas finales de un proceso suicida. Por ende, la responsabilidad de las personas que comparten cualquier tipo de información sobre salud mental es muy alta, y puede ser determinante en la vida de una persona.
La idea detrás no es que a los escritores se les prohíba contar sus experiencias relacionadas con los trastornos mentales, sino que sean cuidadosos con el enfoque que escogen. “Hay bastantes personas que hacen un trabajo muy bonito visibilizando sus historias y contando sus experiencias, pero orientándolas hacia la búsqueda de ayuda y no publicitando tantos detalles personales de forma escrita para que se cree contenido que pueda ser sensibilizante. Entonces, hubiera sido ideal que la escritora fuera por esta ruta”, señala el psicólogo clínico Valdivia.
No es el único
El libro de González es tan solo la punta del iceberg dentro del contenido publicado por jóvenes en TikTok bajo la temática de los trastornos mentales. La aplicación china que durante la pandemia se convirtió en la favorita de los adolescentes, ya acumula varias investigaciones que la relacionan con el empeoramiento de síntomas ligados a la depresión, ansiedad y el estrés (Sha & Dong, 2021).
Ante esto, la red social intenta mejorar sus herramientas de ayuda para los usuarios que enfrentan problemas de salud mental. Por ejemplo, el bloqueo de contenido frente a la búsqueda de palabras como “suicidio”, “anorexia”, “autolesiones” y similares. Además, muestra el siguiente mensaje junto a números de centros de ayuda:
“No estás solo/a. Si tú o alguien que conoces está pasando por un momento difícil, siempre hay ayuda disponible”.
Finalmente, Valdivia recomienda a los padres que estén pasando por una situación similar con sus hijos que hablen abiertamente con ellos y que busquen inmediatamente ayuda profesional. “Si tu hijo quiere leer este libro, pregúntale cuál es su interés y trata de entender por qué le gusta. Si es solo un interés literario debes advertirle que este es un libro que podría ser un poco difícil de leer y podría afectarlo de alguna manera; pero si encuentras que tu hijo tiene ideación suicida, debes buscar ayuda profesional”, concluye.
Guía que indica nociones básicas para intervenir desde las escuelas brindando información responsable sobre prevención del suicidio elaborada por Álvaro Valdivia, psicólogo clínico especialista en la problemática del suicidio. Foto: Minedu
LINEAS DE AYUDA
0800-10828: Ministerio de Salud: Servicio de Orientación y Consejería Telefónica en Salud – Infosalud.
381-3695: Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado Hideyo Noguchi”: Servicio de consejería a las personas con problemas de salud mental.