Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa: Quién paga por la espada que recibirá y más detalles de la ceremonia

Llevar la espada fue una tradición muy extendida durante el período napoleónico, adquiriendo hoy en día una dimensión simbólica y emocional. Su confección, reservada a los orfebres más reputados del país, es financiada por los amigos del ingresante a través de una suscripción, y se entrega, durante una ceremonia privada, un día antes de la oficialización de su ingreso.

En efecto, este jueves, la familia Vargas Llosa celebrará la ocasión en pleno. Patricia Llosa, exesposa del escritor, confirmó su asistencia junto con sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana como invitados a la ceremonia que tendrá lugar bajo la cúpula de la Academia Francesa, a la orilla izquierda del Sena, frente al Museo del Louvre. Según informó la prensa española, los acompañarán el rey emérito Juan Carlos I y la infanta Elena.

Se trata de un rito que esta institución conserva desde su fundación, junto con el bicornio y el uniforme bordado con motivo de laureles dorados. Por siglos, ni los miembros del clero ni las mujeres estaban autorizados a empuñar este símbolo de la Casa Real francesa. Hélène Carrère d’Encausse, la primera académica en solicitar una, la llamó Joyeuse, como la legendaria espada de Carlomagno. En la hoja pidió grabar el lema “Hereux les pacifiques” (“Felices los pacíficos”).

Por su parte, su colega y filósofa Barbara Cassin optó en el 2018 por una espada transparente, con una luz led en su interior. En brillantes letras violetas se puede leer “Plus d’une langue” (“Más de una lengua”), refiriéndose a la diversidad de lenguas en el interior del francés. Es seguro que el gusto de Vargas Llosa será más clásico, pero aún se desconoce el diseño que, sobre el metal, expresará el espíritu del escritor arequipeño. Tampoco se ha dado a conocer la identidad del orfebre responsable de tal honor ni los elementos que compondrán esta pieza única, auténtica obra de arte y símbolo de la pertenencia a la Academia.

El apego a las tradiciones y a la defensa de la lengua francesa no tiene que estar reñido a la renovación que ha emprendido años atrás esta institución fundada en 1635 por el cardenal Richelieu. Acusada de tradicionalista y temerosa del cambio, y cuestionada por su demora en la confección de la esperada última edición del diccionario francés, los premios Nobel franceses Le Clézio, Modiano o Ernaux no han dado muestras de interés por su exclusiva membresía.

Un día antes de ofrecer su discurso como miembro de la Academia Francesa, Mario Vargas Llosa, flamante inmortal, recibe hoy la espada que distingue a cada miembro. Un símbolo ligado a los ritos originarios de una institución de 400 años.