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Para ubicar el origen del álbum hay que remontarse al verano del año 2000, cuando la banda realiza la histórica presentación en vivo en Radio Nacional. En plena dictadura fujimorista, Leusemia interpreta un cover del tema “Cartón piedra”, original de Serrat, que en la versión interpretada por Daniel F, se permite un monólogo en el que el cantante alaba a esos locos que acuden “a marchas contra dictaduras y opresores”. Una audacia que, además de arengar a los opositores del régimen a través de los medios controlados por el gobierno, puso sobre la mesa el tema de la locura. En la canción Daniel F empieza a cuestionar al mundo presuntamente cuerdo y civilizado, y al mismo tiempo propone que aquellos considerados dementes, abstraídos de ese mundo voraz en los hospicios y manicomios, son en realidad los verdaderos seres sensatos y capaces aún de sentir amor y abrazar ideales como la democracia, la justicia y la libertad.
Portada del disco “Hospicios” de Leusemia.
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LAS TROMPETAS DE LA DEMENCIAAunque el tema de la locura no es nuevo en la vena creativa del guitarrista de Leusemia, la ambición de confeccionar un disco conceptual recién se plantea desde aquellos años. En varias entrevistas, Daniel F aseguraba que a partir de su devoción por los grupos progresivos de los años 70, pensaba en el nuevo disco de Leusemia como una unidad total, en el que cada canción fuera parte de un todo. A partir de ese universo, es que se plantea a Hospicios como una narración sonora en el que se arremolinan las historias de varios internos de ese reclusorio. Y en medio de esas historias, como las de “El hombre que hablaba con la luna”, “El hombre del otro día”, “El hombre que no podía dejar de masturbarse”, se producen incidentes como la manifestación anti taurina que pone en aprietos a la seguridad (“Los hombres y mujeres de la plaza”) o la fuga de los pacientes que alerta a todos los médicos y enfermeros de los pasillos (“Motín en el patio de las dudas”).
Ciertamente el disco, tal como fue concebido, solo ha podido ser ejecutado completo en cuatro oportunidades, dos de ellas, Leusemia estuvo acompañado por una orquesta sinfónica, y en la última (2011) de una representación teatral. Y aunque se anunció la edición en disco de la versión en directo, este proyecto sigue sumergido en los infinitos sueños truncos que aglutina la banda en sus más de 30 años de historia.
CORAZÓN DE TIZAEl disco se grabó en Pando, en los estudios que entre el 2003 y 2004 operaba el ex Turmanyé, Janio Cuadros. La banda por ese entonces, además de Daniel F, estaba conformada por los primos Walter Peche y Kike Altez, en guitarra y bajo respectivamente. Estos dos músicos provienen de las divisiones menores del Rock Subterráneo superviviente en la Unidad Vecinal nro 3, de donde provenía la agrupación Histeria Kolectiva, grupo fundacional de Walter y Kike. En los teclados permanecía Aldo Toledo y en batería Adrián Arguedas, y más relegado aún, con eventuales participaciones en percusión, Kimba Vilis, el baterista fundador del grupo.
“Hospicios” fue además el segundo trabajo realizado para la disquera L-25, dirigida por el chino Alberto Chávez, músico extraordinario de la agrupación Tiempo Nuevo y que en épocas del rock en español de los 80 prestó servicios para las agrupaciones TV Color y Danai y Pateando Latas.
El disco, lanzado en diciembre del 2004 bajo un sistema de oferta en kiokos, vendió solo en sus tres primeros días, la impresionante cantidad de 10 mil copias. Un récord impresionante para una banda ajena a las radios y la divulgación masiva, y que además proponía canciones de más de 20 minutos de duración. Una locura.
Y si bien el disco, ofreció la versión más ambiciosa musicalmente hablando, de Leusemia, lo cierto es que también con este trabajo el grupo perdió una de sus más grandes virtudes: el sentido del humor. Es un álbum conceptual y progresivo, presentado en pleno Siglo XXI, pero también es una placa solemne, ampulosa, sofisticada. Una obra difícil y que demanda paciencia, pero que se inserta dentro del derrotero discográfico del grupo, y cuyos primeros bandazos se perciben en el álbum doble, Moxón (1998) y ya de modo más abierto en “Yasijah” (2000) y en “Al final de la calle” (2001).
EPÍLOGOCon el retorno de Leo Escoria el 2008 se pensaba, y hablaba, de un disco nuevo con la formación clásica de 1985: Kimba, el F, Leo y Raúl Montañez. Sin embargo, las reyertas entre Leo y Daniel, dejaron el proyecto en nada. En tiempos recientes, se decía que la presencia de Montaña en la nueva versión de Leusemia traería una nueva y esperada grabación, sin embargo, en esa espera estamos hace ya una década.
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