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Silvio Rodríguez sobre las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela: “Cierro filas con mi pueblo que sufre una tortura calculada de seis décadas”
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Silvio Rodríguez sobre las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela: “Cierro filas con mi pueblo que sufre una tortura calculada de seis décadas”

Silvio Rodríguez sobre las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela: “Cierro filas con mi pueblo que sufre una tortura calculada de seis décadas”

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Nadie recuerda el instante exacto en que comenzó a formar parte de la vida cotidiana de los latinoamericanos. Sus canciones aparecieron como una voz que venía de todas partes: de la radio, de los viajes en bus, de las sobremesas familiares y de las guitarras que acompañaron las noches de universidad. Desde entonces, el trovador cubano fue una presencia constante, no solo por lo que canta, sino por lo que provoca al hacerlo.

A los 78 años, regresa a Lima acompañado por el grupo Trovarroco y una orquesta de músicos cubanos. No lo mueve la nostalgia. Llega con la serenidad de quien atravesó todas las épocas y sigue encontrando en la música una forma de resistencia. En los últimos días sorprendió al colaborar con Milo J, el joven artista argentino que lo llevó a dialogar con nuevas audiencias sin perder su esencia.

Silvio Rodríguez junto a Fidel Castro durante un encuentro en La Habana. La Nueva Trova fue, desde sus inicios, un puente entre la música y el proyecto político de la Revolución Cubana. (Foto: Difusión)
Silvio Rodríguez junto a Fidel Castro durante un encuentro en La Habana. La Nueva Trova fue, desde sus inicios, un puente entre la música y el proyecto político de la Revolución Cubana. (Foto: Difusión)

Aunque lo que no cambia es su forma de componer, una mezcla de disciplina y necesidad. “Fue en el servicio militar donde compuse mis primeras canciones. Aquella disciplina y ese contexto me marcaron profundamente como creador”, recuerda. En aquellas guardias solitarias empezó a registrar en melodías sus dudas, sus primeros amores y sus preguntas sobre la libertad. Lo que nació entonces no fue su manera de pensar el mundo a través del sonido.

De esa etapa también surgió “Ojalá”, la canción que lo hizo universal. “Era una mujer adelantada a su época, muy inteligente. Luego siguió medicina y volvió a Camagüey”, cuenta sobre Emilia Sánchez, su primer amor. Del resto de la historia no se supo más, aunque muchos creyeron que el tema era un mensaje político dirigido a Fidel Castro; en realidad, era una despedida privada.

Revolucionar la revolución

Silvio Rodríguez nunca ocultó sus convicciones. Creció bajo el influjo de la Revolución Cubana y durante años fue su voz más reconocible en el ámbito cultural. Hoy, sin embargo, su relación con ese pasado es más reflexiva. “La revolución que tuvimos en un inicio en la mente no es lo que ha resultado... jamás hemos sido el resultado de lo que soñamos”, confiesa.

En sus palabras no hay nostalgia, sino una convicción serena: la de quien defiende los principios, no las rigideces, pues en el aún habita la certeza de un cambio. “La revolución nunca ha dejado de estar en riesgo. Siempre ha peleado por su derecho a existir, por la validez de su alternativa”, sostiene.

Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Gabriel García Márquez, reunidos en una sobremesa que condensó la amistad entre canción, literatura y compromiso latinoamericano. (Foto: Difusión)
Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Gabriel García Márquez, reunidos en una sobremesa que condensó la amistad entre canción, literatura y compromiso latinoamericano. (Foto: Difusión)

Esa misma claridad lo lleva a mirar con inquietud el presente latinoamericano. Observa los movimientos de poder y las nuevas formas de bloqueo económico con la lucidez de quien ve repetirse los ciclos. “Cierro filas con mi pueblo que sufre una tortura calculada de seis décadas”, dice, aludiendo tanto a Cuba como a la actual Venezuela.

Entre sus recuerdos que aparecen durante la época de Fidel Castro, conserva una escena que lo marcó. “Hubo un momento en que me sentí desubicado ante gigantes”, rememora sobre la reunión de fin de año en la que coincidió con el mismo Castro y el actor Gregory Peck en casa de Gabriel García Márquez. Uno hablaba de política, el otro del cine, y Rodríguez solo pensaba en mis canciones. Aquella noche, entre dos mundos —el del poder y el de la fama—, el trovador eligió el silencio de la música como su territorio.

Dos tiempos de una misma historia: del diálogo con el poder a la complicidad con los poetas, Silvio Rodríguez ha sido testigo y cronista de las contradicciones de su época. (Foto: Difusión)
Dos tiempos de una misma historia: del diálogo con el poder a la complicidad con los poetas, Silvio Rodríguez ha sido testigo y cronista de las contradicciones de su época. (Foto: Difusión)

Esa sensación de pequeñez, lejos de restarle importancia, lo definió. Desde entonces, prefirió ser la voz que duda antes que la que sentencia. Y hasta hoy sigue siéndolo: el hombre que canta para entender, que hace de la guitarra una brújula ética y que, medio siglo después, aún se pregunta por el sentido de las cosas.

Sobre
Silvio Rodríguez en Lima

El artista cubano se presentará el 25 de octubre en Costa 21. Entradas disponibles en Teleticket. Suscriptores de Club El Comercio cuentan con un 25 % de descuento.

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