En Barranco, al lado de la ermita, en la bajada a los baños, se había instalado un camión de bomberos. Esa tarde de viernes no hubo incendios, pero sí el cálido fulgor de artistas que, tras un año y medio, por primera vez ofrecían un concierto en vivo. Convocados por la Alianza Francesa y la Municipalidad de Lima, el “Día de la música” permitió, sobre ese escenario rojo, móvil y brillante, a que los intérpretes compartieran con su público la felicidad de quien recupera el vínculo. Todos ellos confesaron ese sentimiento de quien ofrece un recital luego de vivir privados del aplauso tras tanto tiempo.
El Día de la música, evento que además de su plataforma virtual se realizó de forma presencial el pasado fin de semana en Barranco y el Parque de las Aguas en Lima, es una de las varias iniciativas que, lentamente, empiezan a activarse en el país gracias a instituciones como los municipios y centros culturales que invierten sus presupuestos en reanimar uno de los sectores más golpeados por la pandemia: el cultural.
Por cierto, el “Día de la música” no es el primer evento cultural que la Alianza Francesa realiza en estos tiempos difíciles. Sus galerías se mantienen abiertas desde que el Ministerio de Cultura autorizó el ingreso de visitantes a museos y sitios arqueológicos con aforos reducidos y de acuerdo al nivel de alerta por la pandemia, el pasado marzo. Y su teatro actualmente tiene en cartelera la obra “El Sr. Armand, alias Garrincha”, del autor francés Serge Valletti, dirigida por Gilbert Rouvière e interpretada por Miguel Iza, tanto en funciones presenciales como virtuales.
Por ejemplo, la Municipalidad de Lima el martes 15 de junio el Teatro Municipal reabrió sus puertas un año y medio después para la celebración del Día de Canción Andina, convocando a Amanda Portales, Karito Collazos y el elenco del Ballet Folklórico Municipal. El evento contó con la presencia de vecinos y vecinas de las asociaciones participantes de los programas municipales, quienes disfrutaron del espectáculo cumpliendo con los protocolos de bioseguridad. Para poder ingresar al recinto, el público debió pasar previamente por una prueba de antígeno y entregar sus resultados negativos antes de la actividad.
Asimismo, la municipalidad realiza el programa “Cultura al Aire Libre” en clubes zonales como Sinchi Roca, en Comas, y Cahuide, en Ate, donde participaron el Conjunto Musical del Ballet Folclórico Nacional y el Ensamble de Violonchelos de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario, gracias a gestiones articuladas entre el municipio limeño y el Ministerio de Cultura.
Como se recuerda, el Mincul estableció, en marzo pasado, las medidas para el Sector Cultura en la emergencia sanitaria. En las provincias de nivel de alerta extremo se permite el acceso a las bibliotecas, museos, monumentos arqueológicos, centros culturales y galerías con un 30% de aforo, mientras que las artes escénicas (música, circo, danza y teatro) también están permitidas en espacios abiertos con un 20% de aforo.
En el nivel de alerta muy alto, se permiten las artes escénicas en espacios cerrados y cines con 20% de aforo, las artes escénicas en espacios abiertos, se pueden realizar con un 30% de aforo y el ingreso a las bibliotecas, museos, monumentos arqueológicos y centros culturales se permiten con un 40% de aforo. Además de estas limitaciones, las medidas oficiales de bioseguridad frente al COVID-19, establecidas obligan al uso de doble mascarilla, la toma de temperatura, la desinfección de manos con alcohol y la distancia de 2 metros entre los asistentes.
Reaperturas lentas
También en forma gradual, la Casa de la Literatura Peruana anunció que reiniciará sus servicios presenciales desde el sábado 26 de junio. En esta primera etapa se activará el servicio de préstamo de libros a domicilio, dirigido a docentes de escuela y de educación superior, así como investigadores y estudiantes de educación superior. El servicio es previa reserva y solo es válido para Lima Metropolitana.
Y hablando de literatura, la Cámara Peruana del Libro retoma también sus actividades presenciales con la primera edición de la Feria del Libro Augusto Tamayo Vargas, a realizarse desde el 22 de junio hasta el 4 de julio en la Plaza Túpac Amaru de Magdalena del Mar. Las actividades organizadas giran en torno a la tradición e identidad literaria del distrito. La feria cumplirá todos los protocolos sanitarios y mantiene, paralelamente, su formato digital.
Asimismo, también buscando la reactivación del sector, en el distrito de Surco la llamada Cúpula de las Artes reabre sus puertas en la primera cuadra de la avenida Manuel Olguín, (al lado del Jockey), presentando del 24 junio al 18 de julio una variada programación de espectáculos de música, danza, circo y teatro. ‘Aplausos’, como se titula esta temporada, presenta funciones en vivo de máximo cuarenta minutos. La capacidad del aforo será de trescientas personas por función, menos del 30% del aforo total de la sala.
Inti Raymi sin público
Sin embargo, estando prohibidos los eventos masivos como carnavales o fiestas patronales, una ceremonia tan tradicional como el Inti Raymi, se desarrollará esta vez sin público el jueves 24 de junio en el Cusco, para ser transmitida por TVPerú y las redes sociales del Ministerio de Cultura desde el Complejo Arqueológico de Sacsayhuamán.
“En esta oportunidad no podemos hacer una actividad de gran magnitud de forma presencial. Pero, demostrando que unidos podemos hacer grandes cosas, con un gran esfuerzo de varias instituciones como la Municipalidad Provincial del Cusco, el Ministerio de Cultura, el Proyecto Especial Bicentenario y Promperú, vamos a organizar La Fiesta del Sol brillando para todo el mundo, el Inti Raymi del Bicentenario, en una versión reducida entre las personas que harán la escenificación, con un carácter simbólico. El Inti Raymi nos unirá a todos los peruanos y al mundo”, ha explicado el ministro Alejandro Neyra. La escenificación contará con la mitad de participantes, atendiendo las medidas de bioseguridad para evitar cualquier riesgo de contagio.
Pero la incertidumbre continúa
¿La activación de todas estas iniciativas culturales nos puede hace pensar que la recuperación de la actividad cultural privada e independiente está a la vuelta de la esquina? El productor y director teatral David Carrillo sugiere tener aún paciencia, pues la sensación de incertidumbre aún permanece entre los trabajadores independientes del sector cultural. “Todas estas actividades están abriendo el camino. Lo que están haciendo las instituciones nos ayuda a ver sus protocolos, a segur las decisiones que ellos toman. Lo que menos queremos tener los independientes, son problemas con el Minsa, el Ministerio de Trabajo o las municipalidades”, señala.
“Personalmente, yo no abro mi sala porque no puedo garantizar a mis actores que no se vayan a contagiar. Estamos actualmente en tiempos en que trabaja el que se atreve, el más temerario. Yo no me atrevo, necesito una vacuna antes de pensar en reabrir”, explica. Para Carrillo, el temor de un productor teatral se basa, por ejemplo, en la posibilidad de contratar a un actor y que este pueda enfermarse. “Los espectáculos escénicos dependen de la garantía que les das a tus trabajadores de cultura. Si un actor se me enferma, se cae la temporada. Sobre todo porque lo más probable es que haremos obras de uno o dos actores”.
Son estos problemas los que nos permiten entender por qué la reactivación de las actividades culturales resulte un proceso lento y muy cauto. “El teatro es como el malabarismo, trabaja siempre con un riesgo controlado. Una función siempre es incierta, pero tenemos la garantía de que todo saldrá bien pues hemos ensayado y tenemos previsto cualquier problema. El teatro tiene sentido siempre y cuando tú puedas garantizar que se puede repetir. Es por ello que redoblamos las precauciones en tiempos de pandemia”, afirma.
“Aprendimos mucho el mes de enero pasado, cuando se permitió reabrir las salas de teatro pero dos semanas después nos volvieron a cerrar. La gente que comenzó a invertir para la reapertura, tuvieron que volver a cancelar. Ya se habla de una posible tercera ola. Si yo produzco algo solo para un día, es un evento. Pero para hacer teatro debes garantizar la recreación, función a función. De otra forma, no dan ni los números ni las ganas. Los productores nos sentimos atados de manos”, añade Carrillo.
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