Harry Maguire debería leer esta nota. Sí, ese defensa del Manchester United, famoso por llevar la lentitud y la torpeza con dignidad en el más alto nivel del fútbol. Harry Maguire enfrentará hoy a Mbappé. Seguramente su técnico Southgate lo evitará y mandará a Stones y Walker a la difícil empresa de frenarlo. Pero en algún momento Maguire, que seguramente se quedaría lisiado si bailara una salsa o una timba, se topará con el jugador más amenazante del mundo, kilo por kilo.
Los peruanos sabemos lo que significa el semejante reto de intentar parar a Mbappé. Sucedió en Rusia 2018, en la primera fase. La Blanquirroja había caído por 1-0 ante Dinamarca y urgía de una victoria o por lo menos de un empate ante los franceses para no ser eliminada. Habíamos regresado a los mundiales después de 36 años y, simplemente, no queríamos irnos tan pronto.
Pero enfrente estaba Mbappé, un guepardo de 19 años que ya descollaba en el Paris Saint Germain luego de unas temporadas brillantes con el Mónaco de Radamel Falcao y James Rodríguez. Los números son fríos: Mbappé venció a Gallese a los 34 minutos del primer tiempo. Fue el único gol del partido. La defensa peruana no consiguió alejar su letalidad del área. Pero lo cierto es que el balance fue positivo. La marca escalonada de Alberto Rodríguez, Pedro Aquino y Christian Ramos lo incomodaron en varios pasajes del encuentro.
“Definitivamente fue muy difícil por la categoría y calidad que tiene. Es un jugador de elite. Es muy veloz, potente y desequilibrante. A cualquier defensa complica, pero lo dimos todo”, nos dice el ‘Mudo’, un baluarte de la defensa Bicolor que quemó sus últimas naves en aquel torneo.
Por su parte, Néstor Bonillo, preparador físico del comando técnico de Ricardo Gareca, definió las cualidades de Mbappé. “Es un jugador con una velocidad muy alta, no solo en el juego largo, también acelera y desacelera por encima de la mayoría de los futbolistas”. Eso sí, no quiso contar la estrategia que empleó Gareca. Un secreto de Estado al parecer. “Yo sé que le pidió Ricardo a todos los jugadores que tenían una distinción en su característica ofensiva. Pero son cosas que te tiene que decir él mismo”, agregó. Más allá de ello fue claro que hubo el ímpetu de encajonarlo. Por aquella época Mbappé era más un extremo y no era el ariete que se mueve por todo el centro de ataque como ahora.
Sobre aquel partido, Miguel Trauco, el lateral izquierdo que debió contener a Mbappé y a Pavard solo ha dicho: “Fue complicado. A mí siempre me cuesta enfrentar a jugadores rápidos”. El mismo suplicio que Maguire. Veamos qué propone Inglaterra. Difícil descifrar al mejor jugador del mundo.
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