Las relaciones entre España y Argentina han entrado, desde el último fin de semana, en un capítulo de tensiones más agudo, esta vez tras la visita del presidente argentino Javier Milei a territorio español. Sus declaraciones en el encuentro Europa Viva 24, organizado por la agrupación política Vox, han remecido el ambiente diplomático entre ambos estados al punto de que ha sido llamada en consulta la embajadora española en Argentina, María Jesús Alonso Jiménez.
Milei llegó al país ibérico el viernes 17 para la presentación de su libro “El camino del libertario” en el auditorio del periódico español La Razón. Al día siguiente cumplió algunas reuniones con empresarios españoles y el domingo 19 fue el protagonista absoluto de la cita del referido partido español de extrema derecha, que además invitó a otros líderes europeos con afinidad ideológica.
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La visita cayó bastante mal en el seno del Gobierno Español porque el jefe de Estado argentino no planteó ninguna reunión con el rey Felipe VI ni con el presidente Pedro Sánchez.
En ese contexto, la número tres del gobierno hispano, Yolanda Díaz, acusó a Javier Milei de propagar el “odio”. “No son muchos los generadores del odio, pero hacen un enorme ruido y lo inundan todo. Milei y otros gobiernos del odio vuelven con los recortes y el autoritarismo”, dijo la vicepresidenta segunda del Gobierno y aliada de Sánchez (Partido Socialista Obrero Español).
Durante su presencia en Madrid, Milei calificó al socialismo de “satánico” y “cancerígeno”. “No dejemos que el lado oscuro, negro, satánico, atroz, espantoso, cancerígeno, que es el socialismo, nos gane”, dijo el mandatario el mismo día que llegó. Pero la situación se puso más tirante dos días después.
“Las élites globales no se dan cuenta de lo destructivo que puede llegar a ser implementar las ideas del socialismo (...), aun cuando tenga a la mujer corrupta, digamos, se ensucia [sic], y se tome cinco días para pensarlo”, aseguró Milei en su sonado discurso. Sus palabras fueron tomadas como una referencia clara a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez e investigada por posible tráfico de influencias, y al líder español, a propósito de los días que se tomó para decidir si dimitía o no.
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Sánchez dio una conferencia este lunes 20 y respondió a Milei: “Quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino”, indicó en un video que ha compartido en su cuenta de X, y aseguró que entre los gobiernos los afectos son libres, pero “el respeto es irrenunciable”. Además, exigió una rectificación pública.
España y Argentina son dos países hermanos cuyos pueblos se quieren y se respetan. Entre Gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) May 20, 2024
Quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino.
Defender a las instituciones españolas de los insultos… pic.twitter.com/py62tCHfXR
2023: año de elecciones
La ojeriza entre ambos líderes nos lleva a las elecciones presidenciales de Argentina. Sánchez respaldó la candidatura de Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria y rival de Javier Milei, entonces candidato del Partido Libertario. “Ojalá que gane Massa y no gane Milei”, dijo en una ocasión.
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Como era de esperarse, hubo una respuesta. Según el diario La Nación, Milei reaccionó en redes sociales a publicaciones que cuestionaban el sistema español de recuento de votos (empresa Indra) contratado por el expresidente argentino Alberto Fernández, en especial a las publicaciones que decían “Es amiga de Pedro Sánchez”.
Una vez elegido Milei, Sánchez volvió a la carga: “Nosotros sí tenemos un proyecto para España. La derecha y la ultraderecha solamente tienen insultos para la mitad de España (...) No va a haber ni Trump, ni Milei, ni Bolsonaro, ni el holandés Wilders, ni Feijóo ni Abascal”.
Al comenzar este año, tocó la respuesta de Milei durante el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza). Como ha sido su característica, atacó el socialismo y dijo que Occidente estaba en peligro: “El socialismo es un modelo empobrecedor que fracasó”. La respuesta de Sánchez fue a los españoles y aseguró que “las políticas neoliberales no funcionan”, así como la reducción del tamaño del sector público.
La última disputa se dio cuando el ministro de Transporte de España, Óscar Puente, acusó a principios de mayo al presidente argentino de “ingerir sustancias”. Esta vez la respuesta se hizo por medio de un comunicado del gobierno argentino, remarcando además las acusaciones de corrupción contra la esposa de Pedro Sánchez.
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Repercusiones
La tensión diplomática ha seguido este lunes con la respuesta de España. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, convocó al embajador argentino en Madrid, Roberto S. Bosch, para exigirle disculpas públicas. Además, llamó a consulta a la embajadora española en Argentina, María Jesús Alonso Jiménez.
Por parte del gobierno argentino se ha señalado que no habrá disculpas. “No corresponde ninguna disculpa. Ninguna disculpa. Al contrario, yo creo que debería haber varias disculpas del Gobierno español por las cosas que han dicho del presidente Milei”, declaró al canal TN el ministro del Interior, Guillermo Francos. Lo mismo ha señalado Manuel Adorni, vocero presidencial argentino, en su cuenta de X: “Ojalá en algún momento reflexionen y pidan sinceras disculpas”, escribió.
Carlos Malamud, especialista en Latinoamérica del Real Instituto Elcano, señaló en la agencia AFP que “hay actitudes conflictivas por ambas partes que aceleran un cierto deterioro”, como el apoyo de Sánchez al rival de Milei en la campaña electoral, Sergio Massa, o esta visita del dirigente argentino a España sin reunirse con las máximas autoridades del país.
La discrepancia política entre ambos gobiernos, ya bastante subida de tono, es un escenario que no parece vaya a cambiar pronto.
Enrique Banús
Director del Centro Cultural de la Universidad de Piura.
- ¿Cómo han sido, en general, las relaciones entre España y Argentina?
Las relaciones entre España y Argentina han sido buenas. No es una relación que se haya caracterizado por muchas tensiones y, en momentos álgidos como la guerra de las Malvinas, España apoyó incluso a Argentina. No es una relación conflictiva, no hay temas de divergencias notables. En general es una relación cordial.
- ¿Qué efectos puede tener la tirantez actual en la sociedad española?
En el plano político vamos a ver hacia dónde va este asunto. En la sociedad no creo que tenga mucho impacto, más allá del momento. Seguramente habrá gente enojada con Milei, hacia donde va con esas bravatas, o gente que aproveche esto para criticar al gobierno español. Pero no creo que sea algo que enturbie la imagen positiva de unos y otros en el otro país que los acoge. Los argentinos en España son bien recibidos y no hay problemas de integración.
- ¿Cuál sería el trasfondo de estas discrepancias?
El asunto es que hay representantes de dos gobiernos muy opuestos en su fondo ideológico y aquí han chocado. El presidente argentino ha venido invitado por un partido político que está en la oposición total al Ejecutivo español y allí ha hecho unas afirmaciones que van mucho en su línea: provocadoras, y ha habido una reacción incluso por partidos de la oposición que han dicho que eso es inaceptable. Ambos países están ahora en una fase de no ceder ni un milímetro. Hay que añadir que este tipo de asuntos, que en realidad son circunstanciales, no tiene un fondo. Aquí no se están peleando por un tema económico, comercial o de política exterior. Estos asuntos vienen también, en el caso del gobierno español, para distraer de otros temas que son problemáticos: qué va a pasar con Cataluña, España en política exterior acaba de no tener ningún eco con la propuesta de reconocer a Palestina. Interesa agitar estos temas coyunturales para distraer de otros más de fondo.
- ¿El panorama puede empeorar?
Las relaciones entre España y Argentina están mucho más consolidadas. No creo que una posición que exacerbe el conflicto tenga mucho respaldo social. Es la impresión. Sí es cierto que el gobierno español actual es un gobierno algo frentista, es decir, no es tan mesurado como otros. Quizá a la otra semana todo esté más complicado, pero por lo pronto no creo que esto escale como ha sucedido con otros países.