Siguiendo los pasos de quien se convertirá en su jefe en los próximos días. el magnate tecnológico Elon Musk está envuelto en un nuevo escenario controversial que trasciende las fronteras de Estados Unidos a partir de sus declaraciones y puntos de vista.
Así pues, no solo Donald Trump se zambulle en polémicas sino también quien liderará una comisión de eficiencia gubernamental cuando el líder republicano retorne a la Casa Blanca el lunes 20 de enero. La último que protagonista Musk tiene como antagonistas a varios gobernantes de naciones del Viejo Continente.
Las críticas hacia Musk pasan por inmiscuirse en temas de política interna de cada país y por supuestas intenciones de interferir en próximas elecciones.
Alemania fue el primer país donde se desató el incendio: el fuego lo encendió Elon Musk cuando tildó de “tonto incompetente” a su canciller Olaf Scholz tras el ataque ocurrido en Magdeburgo poco antes de Navidad y llamó “tirano antidemocrático” al presidente Frank-Walter Steinmeier. Y lo atizó hace diez días cuando firmó un artículo en el dominical conservador “Welt am Sonntag” diciendo que la agrupación ultra AfD (Alternative für Deutschland, Alternativa para Alemania) es “el último rayo o chispa de esperanza para este país” en las elecciones adelantadas de febrero.
El AfD no es un partido cualquiera. Viene siendo vigilado por el servicio de inteligencia alemán por la sospecha de ser de extrema derecha, y ya fue reconocido como tal en algunos estados alemanes. En las elecciones federales germanas del 2021, obtuvo más del 10% de los votos y 83 escaños. Hoy luce en las encuestas en el segundo lugar por detrás de los conservadores, pero su candidata a la cancillería, Alice Weidel, tiene remotísimas opciones de llegar al cargo porque otros partidos se niegan a trabajar con una formación extremista que, según Scholz, predica un acercamiento a la Rusia de Putin.
Líderes europeos, como los de Francia y Gran Bretaña, han alzado la voz contra Musk. Emmanuel Macron lo acusa de apoyar “una nueva internacional reaccionaria” y Keir Starmer denuncia que “se ha cruzado una línea” y que “quienes difunden mentiras solo están interesados en ellos mismos”. El primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, lamentó que “un hombre con un acceso considerable a las redes sociales esté involucrado tan directamente en asuntos internos de otros países” y el canciller polaco, Radislaw Sikorski, le advirtió de no interferir en los comicios presidenciales.
El hombre más rico del planeta ha respondido que sus inversiones en Alemania le dan derecho a hablar de política interna. Musk se refiere, entre otras cosas, a que su empresa fabricante de autos eléctricos Tesla tiene una de sus factorías gigantes en Brandeburgo, instalaciones en las que da empleo a unas 12.000 personas. Por si no fuera suficiente, este jueves 9 sostendrá una conversación en vivo con Weidel, la mujer fuerte del partido AfD, en su red social X. Seguramente ello generará otra andanada de críticas y epítetos de uno y otro lado.