
Como no podía ser de otra forma, la reunión de los líderes mundiales del Grupo de los 20 (G20) que terminó este miércoles en Indonesia centró su interés en la invasión de Rusia a Ucrania y en las consecuencias que todos los países estamos padeciendo a nivel global.
De hecho, en el primer día de reuniones, Moscú lanzó su mayor ataque contra la red eléctrica ucraniana con el lanzamiento de unos 90 misiles contra varias ciudades, como para mostrar que el conflicto está lejos de resolverse.
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Y ayer, la alarma se encendió cuando un misil cayó en territorio polaco, lo que provocó reuniones de emergencia entre los líderes occidentales.
Sin embargo, pese a que no había muchas esperanzas, sí se logró la adopción de un comunicado conjunto, que incluye una condena de la mayoría de países a la guerra en Ucrania. No hubo unanimidad, por obvias objeciones de Rusia, pero por lo menos Moscú aceptó firmar el documento, lo cual no ha sido poca cosa.
“Es la primera declaración conjunta que se ha realizado desde febrero de 2022″, celebró el presidente del país huésped, el indonesio Joko Widodo.
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El comunicado final del G20 reconoce “otros puntos de vista”, pero afirma que “la mayoría de miembros condenaron firmemente la guerra en Ucrania y destacaron que está causando un inmenso sufrimiento humano”. También apunta que el conflicto “afectó aún más negativamente la economía global” y declara “inadmisible” el uso de armas nucleares o la amenaza de recurrir a ellas.
La reunión, sin embargo, también sirvió para dividir las aguas y poner a Rusia de un lado; y del otro a Estados Unidos y sus aliados, como el Reino Unido y la Unión Europea, cuyos líderes apoyaban una resolución de absoluta condena contra el Kremlin. En el medio, países como China, India, Turquía o México preferían no criticar abiertamente a Moscú, pero sí se sumaron a los pedidos de paz.
A la reunión no asistió el presidente Vladimir Putin, pero envió en su representación a Serguéi Lavrov, su ministro de Relaciones Exteriores, quien denunció el intento de condenar a Moscú considerándolo “una politización por parte de los países occidentales”.
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El canciller ruso dejó ayer la cumbre en Indonesia el martes tras culminar varias reuniones bilaterales.
El escrito también incluye un llamado a renovar el pacto entre Moscú y Kiev para permitir la exportación de cereales ucranianos, que caduca este 19 de noviembre, y cuya escasez ha supuesto una crisis alimentaria mundial.
¿El comienzo del fin?
“Está claro que Rusia está muy aislada”, dijo el martes un alto cargo de una delegación occidental, durante las álgidas negociaciones. “Nadie ha salido en defensa de Rusia. Hay quien no quiere atacarla, pero no hubo nadie que haya salido en su defensa”, apuntó otra fuente a la agencia AFP.
¿Esta reunión ha servido para aislar más a Putin?
“Efectivamente, esta cumbre ha evidenciado que Rusia ha quedado más aislada, que China está jugando su propio juego y que la prioridad de casi todos los países europeos es la guerra en Ucrania”, comenta desde México la analista internacional Brenda Estefan.
“Es cierto que en el G20 hay voces más neutrales, pero en su conjunto, excepto China o la India, no hay casi aliados de Rusia entre las 20 mayores economías del mundo”, agrega a El Comercio.
Aribel Contreras, coordinadora de la Licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana de México, considera que siempre hay matices: “Esta cumbre se da en medio de una gran polarización, porque no todos los que asisten están totalmente en contra de Rusia, pero eso no quiere decir que estén a favor de la guerra. Hay medias tintas”.
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“Yo no veo una declaración final donde todos los países se muestren de acuerdo y coincidan enérgicamente en condenar la guerra en Ucrania, por lo menos no en el modo en que lo quiere Occidente”, añade la internacionalista.
Para Contreras, el G20 -que suele ser una reunión más económica- no iba a tratar exclusivamente el tema del conflicto, sino de las consecuencias económicas a partir de él.
“No hay que perder la perspectiva de que no era un G20 sobre la guerra. Sí es una coyuntura particular, pero también se han estado abordando diferentes temáticas”, agrega.
El rol de Biden y Xi
Otro factor que ha marcado la cumbre ha sido, sin duda, la esperada reunión del lunes entre los presidentes de China y Estados Unidos, Xi Jinping y Joe Biden, y las consecuencias que podría traer para la resolución del conflicto y para el devenir del futuro geopolítico mundial.
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“A China no le conviene que se extienda la guerra, porque le está costando caro para su economía”, explica Estefan. “China está viendo que Biden ha salido fortalecido después de las elecciones legislativas, y que Washington, a pesar de que ha perdido influencia en el mundo, ha logrado que países como Suecia y Finlandia busquen integrarse a la OTAN, que prácticamente estaba en estado de muerte cerebral”.
“La cumbre entre Xi y Biden ha sido muy importante, porque solo ellos dos tienen el poder para llevar a la mesa de negociación a Ucrania y Rusia: Biden con Zelensky y Xi con Putin. Solo a través de ellos se podrá hablar de una posibilidad de un acuerdo de paz para el año 2023. El G20 no va a solucionar la guerra en un par de días”, sentencia Contreras.
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