Por: Mammad Talibov (*)
En el mundo actual, donde todo cambia rápidamente, la engañosa narrativa armenia de mentiras y acusaciones infundadas sigue siendo la misma. Dicen que una verdad a medias es peor que una mentira completa, y curiosamente la misma propaganda armenia ha dejado a muchos armenios sintiendo el impacto de sus propias falsedades. Por ejemplo, tras la derrota armenia en la Guerra de 44 Días del 2020, los armenios experimentaron el amargo sabor de sus propias mentiras tras haber escuchado repetidamente que estaban a punto de salir victoriosos.
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Con esto en mente, no debe sorprendernos que el Sr. Hovhannes Virabyan, Embajador de Armenia, haya aprovechado para difundir desinformación en una entrevista. Por ello, y con la intención de esclarecer con hechos la realidad y no dejar en manos de puras falsedades a la respetada audiencia de El Comercio, decidí escribir estas líneas para aclarar los temas tergiversados en distintos niveles por el Embajador Virabyan.
Para que no se equivoque: la región de Karabaj es territorio reconocido por todo el mundo, incluso por el Perú, como una parte integral y soberana de Azerbaiyán que por años estuvo bajo control de Armenia después de su atroz y despiadada invasión. El nombre de la región es Karabaj, traducido del azerbaiyano como “Jardín Negro”. Sin embargo, la palabra rusa “Nagorno” (Montañosa) fue incrustada por el régimen soviético de Stalin para crear una región artificial en el corazón de Azerbaiyán, seleccionando a pequeñas partes de la región de mayoría armenia con el objetivo de crear una bomba de tiempo para hacerla estallar en un momento idóneo y así poder controlar en el futuro a Azerbaiyán. En ese tenor, es importante señalar que la población de la región de Karabaj de Azerbaiyán era varias veces mayor que la del entonces llamado “Nagorno Karabaj”, y que siempre ha existido una mayoría azerbaiyana en Karabaj.
El Embajador Virabyan habla de un ilusorio Reino de Armenia, pero sabemos perfectamente que existía el reino de Karabaj por siglos antes de la invasión del Imperio Ruso. Con la llegada del Imperio Ruso a la región, se impulsó una política de cambio demográfico en la zona correspondiente a la actual Armenia, así como en territorios de Azerbaiyán como Karabaj, en la que se trasladó a cientos de miles de azerbaiyanos fuera de regiones como Goychá, Basar Kechar, Zangezur, etc. Además, al revisar información estadística oficial del Imperio Ruso del Siglo XIX, se puede notar que existían más madrazas y mezquitas en Ereván, la actual capital de Armenia, que en Bakú, la actual capital de Azerbaiyán, por lo que sobra decir que todas las joyas arquitectónicas del patrimonio azerbaiyano fueron erradicadas sin piedad por Armenia. Con el tiempo, los armenios lograron cambiar casi todos los topónimos y demografía de las regiones de la actual Armenia, olvidando convenientemente que el azerbaiyano era uno de los idiomas más usados en Armenia hasta los años 40 del siglo pasado.
Por otra parte, en la entrevista falla en decir la verdad sobre las últimas 3 décadas. Estas consisten en la invasión de Armenia a Azerbaiyán; la expulsión de los azerbaiyanos que vivían en Armenia y del millón de azerbaiyanos desplazados de sus tierras natales en Azerbaiyán; la ocupación del 20% de los territorios de mi país; la destrucción total de ciudades y más de 300 aldeas; los crímenes de guerra y genocidio que se resumen en 3 décadas en las que Armenia intentó consolidar su ocupación a pesar de las 4 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigían el inmediato retiro de sus fuerzas armadas del territorio de Azerbaiyán.
El Embajador Virabyan habla constantemente sobre genocidio y limpieza étnica, y omite convenientemente las masacres perpetradas por Armenia. ¿No recuerda a las decenas de víctimas de los bombardeos armenios con misiles balísticos a ciudades densamente pobladas de Azerbaiyán como Ganyá en 2020? ¿Acaso olvidó que su país es el responsable de masacrar a cientos de civiles azerbaiyanos en la ciudad de Joyalí en 1992, cuyo crimen ha sido resaltado por renombrados medios de comunicación mundiales como genocidio y que es reconocido como tal por numerosos parlamentos del mundo, incluyendo el del Perú?
Por décadas, Armenia ha intentado victimizarse para distraer al mundo de las atrocidades que estuvo realizando contra el pueblo azerbaiyano. Es fácil percatarse que a Armenia le es conveniente escudarse en su imagen de víctima para comportarse en simultáneo como un país agresor. Incluso, el tema del llamado “genocidio” quedó en evidencia cuando Armenia rechazó la propuesta de Turquía de abrir mutuamente los archivos sobre el tema.
El Embajador Virabyan acusa a Azerbaiyán de “bloquear” la Ruta de Lachín. Al respecto, expertos serios en todo el mundo han ridiculizado el llamado “bloqueo” pues hasta el día de hoy decenas de miles de camiones han transitado libremente por la ruta. Más aún, Armenia estaba utilizando ilegalmente una ruta clandestina a la Ruta de Lachín para seguir traficando armas y minas terrestres a Azerbaiyán. ¿Qué país permitiría estas acciones en su territorio soberano?
Por ello, y de acuerdo con el derecho internacional, Azerbaiyán como todos los países, instaló recientemente en su territorio soberano un punto de control fronterizo con objeto de garantizar la transparencia del paso y detectar y prevenir el tráfico ilícito de armas, minas y personal militar de Armenia hacia Azerbaiyán. Videos diarios demuestran abiertamente que día y noche hay un paso ordenado y sin problemas para los armenios que quieren ingresar a Azerbaiyán.
En cuanto a la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, el Embajador Virabyan olvidó mencionar que la corte emitió una orden vinculante para Armenia en la que indica que debe prevenir la incitación y promoción de odio racial hacia los azerbaiyanos. Desafortunadamente seguimos viendo cómo Armenia aún permite que organizaciones militares con sede en Armenia como VoMA y POGA sigan incentivando y promoviendo la discriminación y el odio hacia los azerbaiyanos, incluso reclutando niños.
Asimismo, el representante del país que por 30 años cometió despiadadas barbaries como desapariciones de miles de personas cuyo destino permanece incierto, trágicas masacres que dejaron decenas de fosas comunes, y que arrasaron y borraron del mapa a ciudades enteras como Agdam, Jabrayil y Fizulí, no tiene el derecho moral para pronunciarse sobre derechos humanos.
En muchos blogs de internet armenios, especialmente tras su derrota en la Guerra de 44 Días, se dice la verdad de que todo lo que el gobierno armenio y el régimen títere separatista hicieron durante años en nuestros territorios ahora liberados fue robar a su pueblo y mantener un nivel de corrupción sin precedentes. Asimismo, comparan este actuar de Armenia con el rápido proceso de reconstrucción que Azerbaiyán ha realizado durante 2 años y medio en el que se han desarrollado nuevas aldeas y ciudades inteligentes, hospitales, escuelas, cientos de kilómetros de carreteras, así como dos aeropuertos internacionales.
El Embajador Virabyan pide a los países mantenerse fieles al derecho internacional. Me pregunto: ¿cómo puede decir esto un representante oficial de un país que por 3 décadas rechazó 4 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y numerosas resoluciones de otras Organizaciones Internacionales que exigían a Armenia liberar los territorios azerbaiyanos? De igual forma, tras leer su entrevista, me intriga saber si el Embajador Virabyan está enterado que su Primer Ministro firmó declaraciones en las que se reconoce la integridad territorial de Azerbaiyán como lo hace toda la comunidad internacional.
El Embajador Virabyan quiere engañar. Trata de justificar que los reclamos territoriales e intentos de anexión de los territorios azerbaiyanos por parte de Armenia son consecuencia de inconformidades sociales en sentido de que los armenios no quieren vivir en Azerbaiyán. En simultáneo, lo que prueba que esto es una mentira flagrante es que Azerbaiyán es conocido en la región por su desarrollo socioeconómico y su milagro económico al lograr mejorar drásticamente la vida de su pueblo, a pesar de la invasión armenia, de la ocupación de sus territorios y de la carga de sus desplazados internos. Esto se puede comprobar con solo mirar que el nivel de pobreza en mi país disminuyó de más del 50% a 4.3% en solo tres décadas.
Más aún, Azerbaiyán es reconocido por el mundo como uno de los líderes del diálogo intercultural y calificado por el propio Papa Francisco como un “modelo de la tolerancia en el mundo”. En el caso de Armenia, es un país monoétnico, monoreligioso, con niveles de antisemitismo preocupantes, según encuestas reconocidas como Gallup. En cuanto a la esfera socioeconómica, podemos decir que su pueblo “votó con sus pies” pues casi 1/5 de su población ha emigrado de Armenia tras su independencia en 1991 por falta de oportunidades y estabilidad económica.
Aunque Azerbaiyán salió victorioso, ofreció a los armenios que viven en su región de Karabaj la ciudadanía de Azerbaiyán para que puedan ejercer todos sus derechos como cualquier ciudadano lo hace. Sin embargo, así como sucede en todos los países del mundo, aquellas personas extranjeras que no respeten la Constitución o las leyes del país donde se encuentran son libres de salir si así lo desean.
Quisiera finalizar mencionando que a pesar de los sufrimientos de la agresión armenia, Azerbaiyán, como país comprometido con la paz, considera el conflicto resuelto y por ello propuso firmar un acuerdo definitivo de paz basado en 5 principios básicos del derecho internacional. Entre los puntos más importantes se encuentran el respeto y reconocimiento mutuo a la soberanía e integridad territorial, la no intervención a los asuntos internos. Estos 5 principios, al igual que la delimitación de las fronteras y la apertura de las comunicaciones de la región, como el corredor de Zangezur, que según la Declaración Trilateral debe conectar a Azerbaiyán con su enclave de Najchiván, son el verdadero camino para alcanzar la paz.
(*) Embajador de la República de Azerbaiyán ante el Perú