La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, le da la mano al viceprimer ministro chino, He Lifeng, durante una reunión en la Casa de Huéspedes Estatal Diaoyutai en Beijing el 8 de julio de 2023. (Foto de Mark Schiefelbein / POOL / AFP)
La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, le da la mano al viceprimer ministro chino, He Lifeng, durante una reunión en la Casa de Huéspedes Estatal Diaoyutai en Beijing el 8 de julio de 2023. (Foto de Mark Schiefelbein / POOL / AFP)
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Agencia EFE

La visita a de la secretaria del Tesoro , , se saldó con reuniones de alto nivel para mejorar la comunicación entre ambos países, especialmente en el apartado económico, si bien ambos lados reconocieron que siguen existiendo diferencias importantes en sus relaciones.

En sus cuatro días en la capital china, Yellen se entrevistó con los principales responsables de la política económica del país asiático, incluyendo al primer ministro, Li Qiang; al nuevo jefe del Partido Comunista Chino (PCCh) en el Banco Popular, Pan Gongsheng; al ministro de Finanzas, Liu Kun, o al viceprimer ministro He Lifeng.

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En todas las interacciones, calificadas por ambos como “francas y productivas”, los dos lados enfatizaron en la necesidad de “evitar malentendidos” y tratar de encauzar su maltrecha relación, con lo que se emplazaron a seguir manteniendo “diálogo e intercambios”, si bien tanto Yellen como los funcionarios chinos reconocieron que existen amplios desacuerdos.

La parte china expresó sin rodeos sus preocupaciones “por las sanciones estadounidenses y sus medidas restrictivas contra China”, mientras que Yellen criticó las “prácticas injustas” de Beijing, citando, entre otros, “las barreras existentes para acceder a sus mercados”, y aclaró que Washington seguirá tomando “medidas específicas por motivos de seguridad nacional”.

En la mesa de negociaciones planearon las restricciones que EE.UU. impuso el año pasado a la exportación de semiconductores y materiales de fabricación estadounidense, medida llamada a limitar la capacidad de Beijing para fabricar piezas necesarias para el funcionamiento de superordenadores o sistemas militares avanzados.

Restricciones a las que podrían sumarse otras a las exportaciones de chips de inteligencia artificial a China, según la prensa estadounidense, ante lo que Beijing respondió esta misma semana con limitaciones la exportación de galio y germanio, dos metales clave para la fabricación de semiconductores, producto que se halla en el centro de las tensiones comerciales y tecnológicas entre ambos.

Abusar del concepto de la seguridad nacional es algo que lo único que consigue es dañar los intercambios económicos y comerciales”, acusó la agencia estatal china Xinhua tras el encuentro del sábado entre Yellen y He, evidenciando las desavenencias.

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La secretaria del Tesoro, por su parte, sacó también a la palestra las últimas “medidas punitivas contra firmas estadounidenses”, en referencia a las investigaciones lanzadas en China contra varias consultoras estadounidenses o la prohibición a la tecnológica estadounidense Micron de vender productos a clientes chinos.

“Una señal positiva para el mundo”

La prensa china incide este domingo en que “es Estados Unidos quien debe trabajar con China” para que las relaciones vuelvan “al camino correcto”, si bien reconocen que los funcionarios estadounidenses están haciendo “esfuerzos” para mejorar los contactos.

Es una señal positiva para el mundo, que necesita urgentemente que las dos grandes potencias económicas globales conversen y cooperen ante desafíos cada vez más mayores. Pero es necesario que Washington sea fiel a sus palabras”, comenta al respecto el diario oficialista Global Times en un editorial.

Según el académico Gao Lingyun, de la Academia China de Ciencias, las relaciones económicas entre ambos “sirvió durante mucho tiempo como factor estabilizador”, pero el problema ahora está en que las dos potencias compiten al mismo tiempo que evidencian su dependencia, lo que hace tan difícil llegar a acuerdos “significativos”.

La propia Yellen reconoció que EEUU “no busca desvincularse económicamente de China” porque eso sería “desastroso” y “desestabilizador” para ambos: “Ver a las dos partes sentadas a la mesa es bueno de por sí. Pero que Estados Unidos sancione a China al tiempo que expresa ‘preocupaciones’ es un tanto exagerado. Solo les sirve para justificar sus medidas, que tienen el objetivo de dañar el desarrollo de China”, denuncia Gao.

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Y mientras Yellen pedía competir pero “bajo unas reglas”, el viceprimer ministro He confesaba que la parte china lamenta los “incidentes inesperados que dañaron los lazos en los últimos meses”, en aparente referencia al episodio del supuesto globo “espía” chino que sobrevoló Estados Unidos a finales de enero y que cayó sobre aguas del Atlántico el 4 de febrero.

Aquel episodio pareció echar por tierra el acercamiento entre los presidentes de ambos países, Joe Biden y Xi Jinping, durante su reunión en noviembre de 2022 en los márgenes de la cumbre del G20 en Bali.

La visita de Yellen ha seguido a la que realizó en junio el secretario de Estado, Antony Blinken, quien igualmente enfatizó “la importancia de mantener canales de comunicación abiertos en todos los ámbitos para reducir el riesgo de errores de cálculo” en un intento de rebajar la tensión entre las dos potencias y evitar que la competencia desemboque en un conflicto abierto.

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