Una ofensiva relámpago y sorpresiva. En solo cuatro días, los rebeldes agrupados en el movimiento militante islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) tomaron Alepo, la segunda ciudad más importante de Siria. Derrotaron de manera humillante al ejército del presidente Bashar al Asad y a su aliado Hezbolá libanés, que estaban en la primera línea de la defensa de la urbe de 2 millones de habitantes. Se trata de una de las acciones armadas más resonantes desde el inicio de la guerra civil en el país asiático en marzo del 2011. ¿Quiénes están detrás de esta coalición rebelde? ¿Está en peligro el régimen sirio?
De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), la ofensiva de la alianza de milicias rebeldes dejó al menos 412 muertos en ambos bandos. Además de Alepo, los rebeldes consolidaron su dominio sobre la ciudad de Idlib y buscan apoderarse de Hama.
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Es el primer gran ataque rebelde sobre Alepo desde el 2016, año en el que una brutal ofensiva del régimen sirio en la que se usaron aviones de guerra rusos permitió a Al Asad retomar su control.
Además de Rusia, otros alidos claves de Al Asad son Irán y la milicia libanesa chiita Hezbolá. Esa alianza ha permitio al régimen mantenerse en el poder y controlar el 70% del territorio sirio.
La guerra civil en Siria empezó en el 2011 como parte de la denominada Primavera Árabe. El objetivo era provocar la caída del presidente Bashar al Asad, quien gobierna el país desde julio del 2000, un mes después de la muerte de su padre, Hafez al Asad, que estuvo en el poder entre 1971 y junio del 2000.
El conflicto ha provocado más de 300.000 muertos y el éxodo de 6,8 millones de personas.
Estas son las claves de lo que ocurre en Siria:
El contexto de la caída de Alepo
La ofensiva de los rebeldes de HTS se inició el pasado 27 de noviembre, coincidiendo con la entrada en vigor del alto el fuego en el Líbano entre Israel y Hezbolá, que está seriamente debilitado y ha perdido a casi todos sus comandantes a manos de las fuerzas israelíes.
Además, como hace notar la agencia EFE, en el último año Israel también ha atacado decenas de posiciones de Hezbolá en Siria, donde tiene una amplia presencia y actúa como primera línea de defensa de las tropas de Bashar al Asad.
Según el último recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Israel ha lanzado 160 ataques contra territorio sirio desde principios del 2024 y ha matado a unos 60 integrantes de Hezbolá. También ha destruido gran cantidad de depósitos de armas y centros de comando del grupo.
Tras retirarse de Alepo el fin de semana, el ejército sirio empezó a enviar refuerzos. Además, el lunes lanzó bombardeos aéreos conjuntamente con Rusia en su intento por neutralizar la ofensiva rebelde.
¿Qué es Hayat Tahrir al-Sham (HTS)?
El nuevo grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) está formado por numerosas fuerzas de oposición que van desde facciones islamistas radicalizadas hasta moderadas.
Hayat Tahrir al-Sham está comandado por el antiguo Frente Al Nusra, que fue una filial en Siria del grupo terrorista Al Qaeda, del desaparecido Osama Bin Laden.
HTS rompió con Al Qaeda y ahora está patrocinado por Turquía. Su principal bastión está en la provincia noroccidental de Idlib.
Específicamente, en el 2016 el líder del Frente Al Nusra, Abu Mohammed al-Jawlani, disolvió la organización y creó Hayat Tahrir al-Sham.
Forman parte de HTS otros grupos que también tienen el respaldo de Turquía y rebeldes que en su momento fueron apoyados por Estados Unidos.
¿Cuál es el objetivo de Turquía en Siria? Para entender el papel de este país hay que mencionar que otro grupo relevante en Siria es las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que tienen una fuerte presencia en Alepo, luchan por la caída de Al Asad, pero también se enfrentan a otras formaciones rebeldes.
Las FDS son una alianza de milicias kurdas y árabes que se formó en octubre del 2015 con el apoyo de Estados Unidos para combatir al grupo terrorista Estado Islámico en el norte de Siria, zona de mayoría étnica kurda.
Los kurdos habitan principalmente el sureste Turquía y han estado en conflicto con el gobierno turco. No tienen un país oficial. También tienen presencia en el noreste de Siria, el norte de Irak, el noroeste de Irán y el suroeste de Armenia. A principios del siglo XX, comenzaron a considerar la creación de un Estado que se llamaría “Kurdistán”, pero todos los intentos han sido aplastados militarmente.
La columna vertebral de las FDS son combatientes kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que no solo derrotaron al Estado Islámico, sino que también se han enfrentado contra otros grupos de la oposición siria, especialmente los respaldados por Turquía.
Turquía considera a las YPG como un grupo terrorista debido a sus vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lideró una sangrienta guerra de guerrillas en ese país desde 1984.
¿Está en peligro el régimen de Bashar al Asad?
Para el analista internacional Francesco Tucci, hay que tener en cuenta que el panorama internacional ha cambiado desde que Bashar al Asad retomó el control de Alepo en el 2016, gracias a un gran respaldo de Rusia, Irán y Hezbolá.
“Ahora la situación es distinta. Rusia está centrada en la guerra de Ucrania, Hezbolá ha sido blanco de ataques por parte de Israel, Irán está ocupado en otras zonas del Medio Oriente; entonces, es muy difícil que sus aliados puedan ayudar a Al Asad como antes”, dijo Tucci a El Comercio.
Pero aclaró que no lo abandonarán debido a la posición estratégica de Siria. “No diría que peligra al 100% el régimen de Al Asad, pero hay señales de que podría darse un cambio violento, porque este grupo rebelde sigue avanzando, es difícil que el ejército sirio envíe refuerzos en el corto plazo. Peligra una vez más el régimen de Bashar al Asad, pero todavía no se le puede dar por caído, sus aliados irán en su auxilio, aunque con limitaciones”.
Roberto Heimovits, especialista en temas internacionales, sostuvo que hay cuatro factores a tener en cuenta para determinar si el régimen de Al Asad corre peligro.
“Primero habría que ver si el HTS logra superar el error que cometió el Estado Islámico, que en lugar de concentrarse solo en el régimen sirio se puso a luchar contra los kurdos, los drusos, los cristianos, y esto contribuyó a su fracaso. Habría que ver si el HTS logra evitar esa situación”, indicó Heimovits.
“La segunda variable tiene que ver con Turquía, y qué tanto está dispuesto a mantener el apoyo a los rebeldes, cómo estos han preparado sus depósitos de municiones, de combustible, de repuestos para apuntalar la ofensiva”, manifestó.
El tercer factor, sostuvo el analista, tiene que ver con la coalición que apoya al dictador Al Asad. “Qué tanto está dispuesto a apoyar Irán a Al Asad, al parecer se está preparando para enviar milicianos chiitas desde Irak. Rusia también está bombardeando a los rebeldes, pero su apoyo es limitado debido a la guerra en Ucrania”.
“El cuarto factor importante es si Hezbolá logra mantener la tregua con Israel o si se reanudan las hostilidades; en ese caso, va a ser difícil luchar a la vez contra los rebeldes en Siria y contra Israel en el Líbano”, puntualizó.
¿HTS llegará a ser un movimiento de alcance global?
En el 2014, Abu Bakr Al Baghdadi estableció un califato que denominó Estado Islámico en los territorios donde tenía presencia en Siria e Irak, y pidió lealtad a todos los muslmanes del mundo. Pretendía tener alcance global y perpetró atentados terroristas en varios países occidentales. ¿Puede pasar lo mismo con Hayat Tahrir al-Sham?
Roberto Heimovits sostiene que en teoría, HTS podría tener aspiraciones globales, pero lo que pasó con el Estado Islámico, su derrota, es tan contundente que probablemente les ha servido la lección para concentrarse solo en Siria y ser más moderados. “Además, este HTS no desciende del Estado Islámico sino de Al Qaeda, que se había vuelto más pragmático que el Estado Islámico”, recordó.
“No hay que olvidar que en el 2014, el Estado Islámico controló un territorio más grande que Hungría entre Irak y Siria, tenía a más de 8 millones de personas bajo su control, armamento, y todo este poderío lo desperdició por su afán fundamentalista de querer conquistar a todos. Me imagino que el HTS aprendió de esto y se concentrará solo en la lucha contra Bashar al Asad”, remarcó.
Francesco Tucci dijo no creer que HTS aspire a tener un alcance global. “Tiene objetivos diferentes al Estado Islámico, que era una amenaza tanto local como internacional por el tipo de ideología que seguía, por el protoestado que estaba creando; por ahora, no tenemos indicios de que se vaya a formar algo parecido al califato. Además, el grupo que ha tomado Alepo es de ex yihadistas de Al Qaeda, que eran enemigos del Estado Islámico”.