El acusado, R.J.Z.Q., de 36 años, fue acusado de matar a su expareja, Rubi R.C., de 20 años, el 28 de diciembre de 2020. (Foto: Freepik)
El acusado, R.J.Z.Q., de 36 años, fue acusado de matar a su expareja, Rubi R.C., de 20 años, el 28 de diciembre de 2020. (Foto: Freepik)
Agencia EFE

Un hombre de origen peruano, acusado de matar a su expareja en , reconoce ser el autor del crimen, con el agravante de parentesco, y acepta una pena de 18 años, tras un acuerdo con la Fiscalía.

El acusado, R.J.Z.Q., de 36 años, fue acusado de matar a su expareja, Rubi R.C., de 20 años, el 28 de diciembre de 2020, tras incumplir reiteradamente la orden de alejamiento que tenía contra ella y contra la madre de la joven, una mujer de 56 años de la que también había sido pareja, y que no conocía la relación entre el acusado y su hija.

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El hombre confesó el crimen este lunes y la fiscal concluyó que se trata de un asesinato con agravante de parentesco, por lo que elevó de 16 a 18 años la pena que pedía para el acusado, además de 10 meses de prisión por quebrantamiento continuado de condena y 9 años de libertad vigilada una vez que salga de la cárcel.

Las sesiones del juicio con jurado finalizaron este martes en la Audiencia Provincial de Madrid.

Pese a que al acusado se le comunicó a finales de 2022 la prohibición de acercarse o comunicarse con ambas mujeres, a las que había amenazado, hizo llamadas a la joven y se reunió con ella dos veces, la última el 28 de diciembre, día en que la convenció para ir a su piso y la mató, según reconoció ante el jurado.

Fuentes jurídicas precisaron que ya el lunes existía la intención de llegar a este acuerdo de conformidad entre las partes, y por eso el acusado reconoció todos los hechos que se le imputaban.

Este martes el acusado aprovechó el derecho a la última palabra para decir que se arrepiente de todo lo ocurrido y pedir perdón a la madre de la víctima y a toda su familia.

Previamente, varios policías declararon que se encontraron a la víctima fallecida en la cama, con varias heridas, y que en el domicilio había “diferentes botellas de alcohol vacías por toda la casa y blísteres de medicamentos consumidos”.

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