Si lo rompes, lo pagas. Pero, ¿qué pasa cuando hablamos de la destrucción de un país? Para Josep Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, la lógica es la misma, así que Rusia debe pagar por los destrozos que causó al invadir y bombardear Ucrania.
Por supuesto, confiscar “las reservas de Rusia congeladas por” Occidente es solo una posibilidad.
LEE TAMBIÉN: “Rusia podría destruir todos los países de la OTAN en media hora”, afirma aliado de Putin
“Esta es una de las cuestiones políticas más importantes que hay sobre la mesa: ¿quién va a pagar la reconstrucción de Ucrania?”, cuestionó Borrell.
Y agregó: “Yo estaría muy a favor [de usar las reservas] porque tiene mucha lógica. Tenemos el dinero en nuestros bolsillos y alguien tendría que explicarme por qué sí puede hacerse con el dinero afgano, pero no con el ruso”.
TE PUEDE INTERESAR
El precedente es claro: en su momento, Estados Unidos expropió los “bienes de Afganistán para financiar la ayuda humanitaria a ese país y las indemnizaciones a las víctimas de los ataques terroristas del 11-S”.
Específicamente, recuerda la Deutsche Welle, EE.UU. tomó cerca de US$ 3.500 millones “en activos congelados del Banco Central de Afganistán a fin de poder compensar a las víctimas”.
LEE TAMBIÉN: El pequeño país que se volverá aún más rico gracias a la guerra en Ucrania
Dinero como cancha
Si se concreta esta iniciativa, el golpe contra Rusia sería durísimo. Según el Financial Times, hacia marzo de este año, las “reservas de oro y divisas congeladas” de Moscú, así como las “mansiones, terrenos o yates” de oligarcas, sumaban US$ 300 mil millones.
En respuesta, Alexandr Grushkó, viceministro de Exteriores de Rusia, sostuvo que la expropiación significaría “la destrucción de los cimientos mismos de las relaciones internacionales, y estas decisiones, si se toman, afectarán a los propios europeos, al sistema financiero y socavarán la confianza en Europa y en Occidente en general, porque esto es una completa anarquía y, más bien, la ley de la selva”.
Al respecto, el internacionalista Norberto Barreto se pregunta cuán factible es llevar a cabo estos planes.
Y no solo eso: “Cuán conveniente es seguir ese camino?”.
“Me da la impresión de que el discurso de los países occidentales está dando un giro peligroso, especialmente el de Estados Unidos”, anota Barreto.
Y agrega: “Está bien, hay que presionar a Rusia, pero, ¿qué tan inteligente es acorralar al país de Vladimir Putin?”.
Porque, para el especialista, es preciso recordar cuál es el objetivo de Occidente. “¿Se busca ayudar a Ucrania o el cambio de régimen? ¿Se busca negociar con Rusia o derrotarla? ¿El plan pasa por debilitarla?”.
“Este tipo de propuestas, además, son música para la propaganda rusa. Hay que recordar que Putin vende la invasión a Ucrania como un acto defensivo frente a la amenaza occidental”.
Esta “sería” la máxima prueba de que siempre tuvo razón.
Las dimensiones del golpe
La confiscación es una idea que Borrell comparte con algunos eurodiputados. De hecho, según informa “La Vanguardia”, la propuesta “lleva semanas rondando en Bruselas”.
Por ejemplo, Domènech Ruiz-Devesa “-apoyado por miembros de los populares, liberales, verdes, y no inscritos-” escribió una carta a la Comisión Europea con el pedido, recordando que el mismo presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, realizó un cálculo de la serie de daños.
“Escuelas, hospitales, museos y la herencia cultural han desaparecido y con ello la base de la infraestructura social de Ucrania”, se lee en la carta.
Al mismo, a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, le gusta la idea. “Es extremadamente importante no solo congelar los bienes, sino hacer posible su confiscación para ponerlos a disposición de la reconstrucción del país”, sostuvo.
Pero no es el único plan que se maneja. En abril y hace poco, se llevaron a cabo reuniones de donantes con el propósito de recaudar dinero para Ucrania. En la primera junta se consiguió 9.100 millones de euros y, en la última, 6 mil millones, “cifras muy inferiores a las necesidades vitales de Ucrania”.
“El País” explica que “durante el período de guerra”, Kiev necesita “unos 5.000 millones de euros al mes para el gasto corriente del Estado como salarios y pensiones”, en tanto que para la posguerra, unos “cientos de miles de millones de euros”.
¿Se concretará la expropiación? ¿Será suficiente para reconstruir Ucrania?